Desde que regresó de su exilio en Argentina hace diez días, el ex presidente Evo Morales ha retomado el liderazgo de su partido y del mayor sindicato de cocaleros de Bolivia, que dirigió durante más de dos décadas, pero sus movimientos son cautelosos, divulga la agencia AP.
“Una vez que ha retornado nuestro presidente (Morales), retoma la dirección del partido (Movimiento al Socialismo MAS) y la presidencia de las federaciones del Chapare (cocaleros)”, dijo Gerardo García, quien ejerció la presidencia de ese partido en ausencia de Morales.
El MAS regresó al poder con Luis Arce tras ganar las elecciones de octubre pasado, un año después de la precipitada renuncia de Morales por sospechas de fraude electoral en los anulados comicios en los que buscaba un cuarto mandato consecutivo tras 14 años en el poder, cita la AP.
Después de cruzar el país en una caravana que lo trajo desde Argentina, Morales se asentó en su feudo del Chapare -en el centro del país- donde dirigió al mayor sindicato de cultivadores de coca y desde el cual saltó a la política para convertirse en el primer presidente indígena en 2006 tras el derrumbe de los partidos tradicionales.
De inmediato retomó sus actividades políticas y sindicales en el Chapare, donde es querido y se mueve rodeado de una guardia sindical que lo protege. Su base de operaciones es la población de Lauka Ñ, cuna del sindicalismo cocalero.
Aún como jefe de Estado, Morales siguió como presidente honorario de los cocaleros hasta 2018. Fue sustituido por Andrónico Rodríguez, un politólogo de 32 años de origen quechua quien ahora es presidente del Senado.
El expresidente desata sentimientos encontrados por lo que sus desplazamientos son cuidadosos y planificados. Desde su retorno se ha mostrado más conciliador, ha evitado a la prensa y sólo aparece en reuniones políticas.
Fuente: AP