Obama sale también dañado, pero confía en que la derrota conservadora le sirva a la larga para recuperar la mayoría en la Cámara baja en 2014
Por Francisco de Andrés/ ABC
Los grandes rotativos norteamericanos coinciden en señalar hoy a los republicanos como los principales derrotados, tras el largo pulso en el Congreso con los demócratas y el cierre parcial del gobierno. Aunque el New York Times y el Washington Post suelen ser más críticos con la derecha que con la izquierda norteamericana, y el conservador Wall Street Journal detesta al Tea Party (un sentimiento compartido por éste), la similitud de análisis parece dar la victoria por puntos al presidente Obama.
Tanto el partido demócrata como la Casa Blanca salen igualmente perjudicados de la larga batalla en el Congreso, según indican los sondeos de opinión realizados a lo largo de la disputa. La crítica de intransigencia que el partido en el poder lanzó contra los republicanos también les ha rebotado. Gran parte de la población no entiende cómo es posible que Obama no haya sido capaz de consensuar su plan de seguridad social con un poco más de cintura. El acuerdo final es solo un balón de oxígeno hasta el 7 de febrero próximo: un plazo tan corto que impide aún cantar victoria.
Los más dañados son sin duda los republicanos. Ellos fueron los responsables de boicotear la firma de las cuentas en el Congreso si no se introducían cambios sustanciales en el Obamacare. El resultado: dos millones de personas sin trabajo y sueldo durante más de dos semanas, y miles de millones de dólares perdidos para la economía de Estados Unidos.
Según uno de los analistas del Wall Street Journal, la operación podría haber sido una trampa del presidente Obama en la que, ingenuamente, cayeron los republicanos. La percepción general de que son los primeros culpables puede significar que en las elecciones legislativas de noviembre de 2014 pierdan su actual mayoría en la Cámara baja. El objetivo dorado de Obama no es tanto pasar a la historia como asegurar la tranquilidad de su segundo y último mandato, con una mayoría en las dos cámaras del Congreso.
Los republicanos han perdido, sobre todo, unidad interna. Los conservadores ya llegaron enfrentados a la batalla del presupuesto, pero ahora la división entre el sector intransigente del Tea Party y el moderado es más fuerte que nunca. El Tea Party cedió finalmente en el voto de ayer en la Cámara de Representantes y dejó de apretar la cuerda, pero solo para reservarse ante la próxima batalla.
Fuente: ABC.es