Republicanos en su laberinto

0

Peligra estrategia republicana para 2016, advierten los expertos

Por Charles Babington

La hoja de ruta del Partido Republicano de cara a las próximas elecciones presidenciales parece más confusa que nunca en momentos que legisladores y otros miembros del partido rechazan lo que muchos consideran lecciones obvias del fracaso de Mitt Romney el año pasado.

Los republicanos de la Cámara de Representantes se han rebelado contra las recomendaciones clave de un análisis aprobado por el partido tras la derrota electoral de noviembre pasado: aceptar una “reforma integral de las leyes de inmigración” o sufrir fuertes derrotas a manos de los electores hispanos en las elecciones de 2016 y más adelante.

Sin embargo, el amplio rechazo a las advertencias del establishment republicano va más allá. Muchos activistas dicen que el partido sencillamente necesita plantear mejor sus principios conservadores, sin modificar ninguna política, incluso después de perder el voto popular en cinco de las últimas seis elecciones presidenciales.

A pesar del mal desempeño de Romney entre las electoras, los representantes republicanos provocaron esta semana pasada nuevas críticas demócratas de estar “guerra contra las mujeres” al aprobar las medidas más restrictivas al aborto en varios años.

A pesar de los temores del sector privado sobre los daños económicos que resulten de una mora en las obligaciones de deuda de Estados Unidos, los legisladores republicanos amenazan con bloquear un aumento en el límite de la deuda en los próximos meses si el presidente Barack Obama no acepta las reducciones a los gastos a los que se resiste con fuerza.

Los republicanos cuentan con mucho tiempo para fijar sus prioridades y escoger un nominado antes 2016. Y posiblemente lo necesiten.

Activistas del partido parecen estar mucho lejos de ponerse de acuerdo incluso en cuestiones básicas, como mostrar un rostro más conservador o más moderado ante los electores, o buscar un nominado de inclinación liberal, del Tea Party o más tradicional como Romney.

“Hay muchos debates vigorosos dentro del partido”, dijo Kevin Madden, asesor de Romney.

El debate más inmediato se centra en la única recomendación de un informe ordenado por el partido después de la derrota de Romney. Citando resultados pésimos entre el electorado hispano, que crece con rapidez, el informe indicó que los republicanos “tienen que aceptar y defender la reforma integral de las leyes de inmigración. Si no lo hacemos, el atractivo de nuestro partido seguirá reduciéndose hasta abarcar sólo a sus seguidores más militantes”.

Muchos republicanos rechazan de plano ese consejo.

“Si la meta es tratar de arreglar la política presidencial, creo que es la manera equivocada de hacerlo”, dijo el representante James Lankford, republicano por Oklahoma. Lankford y muchos otros legisladores republicanos dicen que la mejor manera de atraer a los hispanos es con el mensaje básico republicano que se usa en otras partes: menos gobierno, menos impuestos y libertad personal.

Pero el senador Lindsey Graham, republicano por Carolina del Sur, dijo que estos republicanos se engañan a sí mismos. Si los hispanos “creen realmente que van a deportar a su abuela y uno tiene el corazón duro sobre este tipo de cosas, las ideas económicas que uno plantee no van a llegar a esos oídos”, dijo Graham”.

“Es imposible ganar la presidencia con 27% del voto hispano, 30% del voto asiático y 7% del voto afroamericano”, dijo Graham. “Estados Unidos está cambiando”.

En realidad, a Romney le fue un poco peor. Ganó el 26% del voto de los asiáticos estadounidenses y 6% del voto negro. Sus mejores cifras fueron entre los electores blancos de más edad, un grupo electoral cada vez menos numeroso.

Muchos republicanos dicen que sus mayores problemas en las elecciones presidenciales son de tono y percepción, no sólo de posturas ante los temas. Si los candidatos republicanos al Senado evitan decir cosas incendiarias, como que la “violación legítima” no lleva a embarazos, el mensaje económico del partido puede llegar a los electores, dicen estos republicanos.

En noviembre pasado, “una buena parte de nuestro problema fue de tono y temperamento”, dijo Mike McKenna, asesor y encuestador republicano. El equipo de Obama también hizo un mejor trabajo en identificar y contactar a potenciales partidarios, dijo.

“Una parte mucho, mucho más pequeña del problema fue cuestión de política”, dijo McKenna. “No es que seamos un partido a punto de extinción”, dijo, así que no hay necesidad de sentirse presa del pánico.

Las encuestas de opinión tienden a apoyar su punto de vista de que las percepciones están afectando a los candidatos republicanos más que sus posiciones políticas. Una encuesta del Pew Research Center realizada en mayo concluyó que los encuestados no daban a ningún partido la ventaja en temas como el control de armas, la inmigración o la economía.

Sin embargo, en términos generales, la población considera a los republicanos de manera menos favorable que a los demócratas. Una encuesta realizada de la Universidad Quinnipiac esta primavera concluyó que 53% de los electores inscritos opinaban que el Partido Demócrata “se preocupa por las necesidades y problemas de personas como usted”, mientras que sólo 37% indicó lo mismo en el caso del Partido Republicano.

El estratega republicano Steve Lombardo dijo que el partido necesita cambiar sus tácticas y mensajes, no sus principios subyacentes. El problema, dijo, no es “que el partido es conservador, sino que dedica mucho tiempo a temas que no son tan importante para una amplia gama de estadounidenses”. Eso incluye, dijo Lombardo, “las decenas de votaciones en la Cámara de Representantes para anular el plan de salud del presidente Obama sin esperanza de aprobación en el Senado.

Activistas del Tea Party dicen que los candidatos republicanos deben presionar incluso con más fuerza a favor de los valores conservadores.

“Dejen de comprometerse”, dijo Jessica Johnson, de 37 años y de Charleston, Virginia Occidental, quien asistió a un mitin político esta semana pasada en Washington. “Algunos conservadores se frustran y se quedan en casa” el día de las elecciones, dijo en una defensa de menos impuestos y normas que pudieran mejorar las posibilidades presidenciales de los republicanos.

Desde el punto de vista de la campaña, motivar a la base del partido es sólo la mitad de la batalla, dijo Dan Schnur, ex asesor republicano que ahora enseña Ciencias Políticas en la Universidad del Sur de California. La otra mitad, afirmó, es traer a los electores centristas que deciden las elecciones generales en los estados cruciales.

Pero un representante republicano que trate de llegar a los electores moderados pudiera invitar a un reto de la derecha en su próxima primaria, dijo Schnur. “Hacer más presión en el conservadurismo social es una estrategia perfecta para mantener o ampliar una mayoría en la Cámara de Representantes”, afirmó, pero eso no ganará los votos indecisos que un nominado presidencial tiene que acumular.

Algunos estrategas republicanos dicen que es contraproducente tratar de reconciliar las ambiciones de los representantes con las de los aspirantes a la presidencia. Un candidato presidencial exitoso “tiene que diferenciarse de la muy tóxica marca republicana en el Congreso”, dijo Steve Schmidt, alto asesor del senador John McCain, republicano por Arizona y nominado republicano en las elecciones presidenciales de 2008.

Schmidt dijo que el contendiente republicano más prometedor probablemente sea un gobernador o “un senador iconoclasta” que se considere alejado de las batallas partidistas en Washington que tanto enfurecen a los electores.

Algunos demócratas preguntan por qué deben salvar a los republicanos de algunas decisiones cuestionables como obstaculizar los cambios a las leyes de inmigración.

“En momentos que medio millón de ciudadanos hispanos llegan a la mayoría de edad todos los años y se convierten en electores potenciales, los republicanos parecen empeñados en saltar un abismo demográfico”, dijo el representante Luis Gutiérrez, demócrata por Illinois, en un discurso reciente. “Como demócrata, probablemente deba sencillamente echarme a un lado y observar”.

Fuente: AP

Comments are closed.