Tras casi un mes de permanecer en la Torre Médica de Tepepan, el exprocurador Jesús Murillo Karam fue reingresado al Reclusorio Norte para continuar con la prisión preventiva justificada por el caso Ayotzinapa.
Al respecto sus abogados rechazaron esta medida pues señalaron que “pone en riesgo la salud y vida” del ex funcionario.
“La semana pasada el licenciado Murillo Karam fue diagnosticado con covid-19, lo cual lo deja en una posición aun más vulnerable su salud por las enfermedades que padece como son enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), hipertensión arterial sistémica e insuficiencia vascular cerebral. Incluso el día de hoy, presentó una presión arterial de 190/100”.
La defensa del ex procurador apuntó que el 6 de diciembre pasado impugnó la determinación de Marco Antonio Fuerte Tapia, juez de control del Centro de Justicia Penal Federal con sede en el Reclusorio Norte, “que inexplicablemente por la evidencia médica que se presentó, negó el cambio de medida cautelar para que el licenciado Murillo Karam siguiera su proceso en su casa”.
Los abogados recordaron que, desde su ingreso al Reclusorio Norte, fue trasladado en 8 ocasiones del centro penitenciario a diversos hospitales públicos. En la última ocasión, registrada el 19 de octubre, ya no regresó al reclusorio, sino que fue llevado a cuatro diferentes hospitales públicos: Hospital General de Xoco; el Instituto Nacional de Cardiología “Ignacio Chávez”, donde se le práctico de emergencia una cirugía Edarterecotomia Carotidea de Alto Riesgo; Hospital Belisario Domínguez y la Torre Médica de Tepepan.
Jesús Murillo Karam fue vinculado a proceso el 24 de agosto pasado por los delitos de tortura, contra la procuración de justicia y desaparición forzada relacionados con el caso Ayotzinapa.
Su defensa afirmó que el ex procurador, de 74 años de edad, padece de hipertensión e insuficiencia vascular cerebral, además de la EPOC.
En esa audiencia, su defensa legal solicitó al juez Marco Antonio Fuerte, tomar en cuenta el estado de salud de Murillo Karam para permitirle seguir su proceso en libertad; no obstante, se decidió evitar el riesgo procesal de que se diera a la fuga, y le dictó prisión preventiva justificada.
El 2 de diciembre de este año, Fuerte Tapia le negó la prisión domiciliaria y ratificó que el ex procurador debe continuar en prisión preventiva justificada porque prevalece el riesgo de fuga, motivo por el cual debería regresar al Reclusorio Norte una vez que fuera dado de alta de la Torre Médica de Tepepan.
Fuente: La Jornada/ El Universal