El aposento papal en el tercer piso del Palacio Apostólico ya está listo, después de los veloces trabajos de manutención que acaban de terminar. Pero el Papa Francisco no se mudará, por lo menos por el momento ni en un futuro próximo, según anticipó esta mañana el periódico argentino La Nación.
«Hasta nueva orden», anunció el vocero vaticano Federico Lombardi, el Pontífice argentino seguirá alojándose en la Domus Sancta Marthae, la residencia vaticana en la que estuvieron todos los cardenales electores durante el Cónclave y en la que normalmente se alojan algunas docenas de sacerdotes y obispos que están de servicio en el Vaticano. Otra parte de la residencia está a disposición de los cardenales que están de paso por Roma para asistir a las audiencias y reuniones.
El Papa eligió una «forma de habitación simple y que concuerde con los demás sacerdotes y obispos», explicó el padre Lombardi, pues querría «vivir de forma normal y con sencillez». Quedándose en Santa Marta, añadió el portavoz del Vaticano, Francisco podrá vivir en compañía «de otros miembros del clero» en lugar de vivir en el lujoso aislamiento del aposento papal.
Como todas las mañanas, el Papa Bergoglio celebró la misa de las 7 de la mañana en la Capilla de la Domus, esta vez en compañía de los huéspedes habituales de la residencia (que después del Cónclave volvieron a ocupar las respectivas habitaciones). Durante la homilía, indicó Lombardi, Francisco «dio a entender que pretende permanecer con ellos por algún tiempo».
El Pontífice se mudó hace algunos días a la suite 201 de la Domus, que cuenta con un saloncito, y que fue concebida para albergar al nuevo Pontífice durante los primeros días después de la elección. Francisco había estado usando la habitación 207, en donde había preferido quedarse después de haber sido elegido nuevo Obispo de Roma.
Sin embargo, tuvo a bien a precisar el portavoz vaticano, para las audiencias, para las actividades normales matutinas como encuentros con grupos, audiencias con visitas importantes y demás, Francisco usa desde hace diversos días el apartamento de las audiencias pontificias en el segundo piso del Palacio Apostólico, donde se encuentran la Sala Clementina, la Biblioteca privada y otros ambientes aptos para esta actividad oficial del Santo Padre, mientras que, como tuvo a precisar, como lugar de habitación el Papa reside en Santa Marta.
Todo mundo se había dado cuenta de que la vida comunitaria de la residencia vaticana le gustaba a Bergoglio. La posibilidad de encontrarse con las personas, de platicar en la mesa con ellas, de compartir algunos momentos del día, de celebrar misa en una capilla con una capacidad para un buen número de personas: todos estos elementos han tenido un peso en la decisión que Francisco dio a entender esta mañana ante los huéspedes de Santa Marta, en primer lugar a esos 50 sacerdotes y monseñores que trababajn en la Curia romana y que han vuelto a ocupar sus habitaciones tras el Cónclave.
El Papa, al menos por ahora, no vivirá aislado en el apartamento papal. Aunque ya está usando los espacios de las audiencias pontificias y el de la residencia usual de los Papa durante los Ángelus dominicales, se podría decir que con Francisco ya no existe el “Aposento”, expresión curial y periodística con la que se define el estrecho “entourage” que rodea al Pontífice.
La de Bergoglio, pues, fue una elección para vivir con normalidad. Esa normalidad y afabilidad que ha gustado tanto durante estos días, sobre todo entre los delegados de las demás confesiones cristianas, particularmente entre las delegaciones ortodoxas de los Patriarcas de Constantinopla y de Moscú, que quedaron verdaderamente fascinadas de haber podido compartir la mesa con el Papa.
Según lo que ha podido confirmar Vatican Insider, el Pontífice habría escuchado una objeción: los sacerdotes que trabajan en Curia tenían que volver a sus habitaciones en Santa Marta y él se habría encontrado con ellos todo el tiempo. La respuesta de Bergoglio fue algo como: «Estoy acostumbrado a estar con mis sacerdotes». La decisión papal no nos debe sorprender, pues en el arzobispado de Buenos Aires Bergoglio estaba acostumbrado a vivir en una sola habitación.
Fuente: Vatican Insider
