Pese a perder en las tres grandes urbes de Turquía, se impone la reforma de la Constitución que establecería un sistema presidencialista en sustitución del modelo parlamentario
El ‘sí’ se ha impuesto en el referéndum constitucional de Turquía en el que se vota un cambio del actual modelo parlamentario a uno presidencialista, que concentraría todo el poder en manos del actual presidente, Recep Tayyip Erdogan, quien podría mantenerse en el cargo hasta 2034.
Con el 98,0% escrutado, el ‘sí’ a la reforma se lleva el 51,31% de los votos y toma una ventaja de cerca de 1,3 millones de papeletas sobre el ‘no’, lo que le garantiza la victoria, aunque el porcentaje final puede variar. La participación ha rondado el 84%, con unos 55 millones de votantes. La oposición no reconoce el resultado y ha exigido el recuento de dos tercios de los votos.
El triunfo del ‘sí’ supone remover los cimientos del sistema político turco: el parlamentarismo fue establecido en 1924 por el fundador de la República de Turquía, Mustafa Kemal Atatürk. Lo ajustado de la votación muestra la grieta que divide a la sociedad turca entre los que están a favor y en contra de Erdogan, sin olvidar el contexto de estado de emergencia que vive el país desde el intento de golpe de Estado de julio pasado, al que siguió una auténtica purga en la Administración.
Antes de conocerse la victoria del sí, la oposición ya había transmitido sus dudas sobre los resultados. La autoridad electoral ha decidido dar por válidas papeletas que no tienen el sello oficial, algo sin precedentes. “El referéndum enfrenta un serio problema de legitimidad”, afirma Bulent Tezcan, del Partido Republicano del Pueblo, principal opositor, sosteniendo que es posible el fraude.
La reforma se comenzaría a aplicar en 2019 y abriría la puerta a que Erdogan, que ahora tiene 63 años, pudiera ser presidente con amplios poderes hasta el año 2029 o, incluso, hasta el 2034.
Erdogan podría ser presidente hasta 2034, eligiendo ministros y jueces
Los críticos afirman que la reforma puede suponer una deriva autoritaria. Entre otras implicaciones, supondrá que se elimine el cargo de primer ministro, cuyos poderes pasan al presidente, que se convierte en Jefe de Estado y de Gobierno. Nombraría jueces, ministros y altos funcionarios sin necesidad de consulta al Parlamento, y los poseedores de las carteras no podrán ser tumbados por una moción de censura.
Erdogan consideraba necesaria la reforma para lograr una mayor estabilidad y garantizar así mejor el crecimiento económico y la seguridad. Sus opositores, por el contrario, la rechazan y creen que supondrá mayor concentración de poder.
Alta participación
El ‘sí’ ha vencido en Anatolia y en la región del Mar Negro, bastiones del gubernamental Partido de la Justicia y Desarrollo (AKP), mientras que el ‘no’ se impone en la costa del Egeo, el Mediterráneo y en las zonas surorientales, en las que se concentra la población kurda. En Estambul se ha impuesto el ‘no’ con el 51,28% de los votos. Lo mismo ha sucedido en las otras dos grandes ciudades, Ankara y Esmirna.
Las encuestas daban posibilidades de victoria tanto al “sí” como al “no”. De hecho, muchas se tornaban poco fiables por el gran número de indecisos y personas que no quieren desvelar su voto.
Fuente: La Vanguardia