Reconocen en Francia cortometraje sobre niño rarámuri

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En medio de la violencia que enfrentan los habitantes de la Sierra Tarahumara, el documental “El dibujar del idioma” fue distinguido en el festival Ethnografilm en Francia.

Por Patricia Mayorga/ Proceso

Dirigido en 2014 por Jairo Sifuentes y realizado por la empresa SecuenciaFi, el cortometraje de poco más de 10 minutos de duración relata la historia de un niño rarámuri, Baristi, que en los años 30 vive en un pueblo serrano alejado de la civilización y de los mestizos, en una situación precaria.

De pequeño, Baristi descubrió el lenguaje a través de dibujos “extraños”, pero fascinantes. Soñó con dibujar los sonidos de las palabras, aprendió a leer y se convirtió en un gran creador literario indígena.

“El dibujar del idioma” es una aventura hacia el descubrimiento de los sonidos que se convirtieron en palabras y que llevó a Baristi a ganar el premio nacional de lenguas indígenas.

La locación del cortometraje es el paisaje natural de la Sierra Tarahumara, principalmente Chucheachi, municipio de Guachochi.

“Como no contamos con sets cinematográficos, siempre buscamos locaciones ideales, y eso en Chihuahua implica viajar al menos dos horas de la ciudad. En este caso nos guió el poeta-músico Martín Makawi. Él es uno de los pocos guías que quedan en la comunidad rarámuri”, comenta Jairo Sifuentes.

Martín Makawi conoce los caminos lejanos que buscaba la producción y en los que no hay orientación alguna. “Él nos enseñó Rocheachi y Tucheachi, cerca del poblado de Guachochi. En ese momento la sierra estaba peligrosa, ya que había rumores de que la zona estaba sumamente vigilada por la delincuencia organizada, y en la ciudad se nos recomendó extremar precauciones”, recuerda el director.

En los lugares intrincados de la sierra se encontraron con grupos delictivos, pero “curiosamente nuestra cámara y oficio nos rescataban. Subimos la cueva del gigante y muchas de grandes alturas, pero finalmente llegamos a la cima. Claro que para los tarahumaras locales y para la familia de Martín Makawi, subir fue fácil, pero para nosotros fue complicado, más con las cámaras y el material”, explica.

Recuerda que en una parte del camino que hicieron en camioneta y en la oscuridad, estuvieron a punto de rodar a un precipicio y luego se les cayó el equipo de audio en la carretera. “Así son nuestras producciones generalmente”, subraya.

Una nota periodística, el origen

La productora Isis Kiwen cuenta que el cortometraje surgió después de otro que duró apenas tres minutos. Era la historia, también real, de Eleuterio El Héroe (2012), otro rarámuri que en la época de sequía severa (que duró 14 años) danzó a la lluvia para que los favoreciera. Una tormenta cayó en toda la sierra y provocó varias inundaciones. Eleuterio murió fulminado por un rayo. La noticia la conocieron después de que fue publicada por un periódico local.

“Fue creado (Eleuterio El Héroe) para un regalo a alguna institución que apoyara a la cultura rarámuri y fue un encargo de nuestra productora (Isis Kiwen), a través de la Universidad de California en Los Ángeles. El profesor, al ver el producto, se conmovió y regaló su crítica al corto”, refiere Jairo Sifuentes.

Con ese trabajo tocaron varias puertas de diferentes instituciones locales, pero no les aceptaron el producto, hasta que lo conoció el maestro políglota Enrique Alberto Servín Herrera. “No pudo aceptar el regalo, pero propuso trabajar juntos”.

Al siguiente año, Servín les mostró un guión sobre la niñez, del escritor rarámuri Patricio Parra. Había trabajado en la sierra con los tarahumaras tratando de preservar la cultura a través del idioma.

“El corto fue la mejor arma para él poder preservar su cosmovisión. Ese mismo año Enrique Servín ganó el premio Linda Gaboriau oTorgado por el Instituto Canadiense Banff, que otorga la distinción a académicos que contribuyen al desarrollo de las traducciones literarias en las culturas indígenas de Norteamérica. Para nosotros es una manera de dar a nuestro estado lo que tanto le hace falta: buenas noticias”, dice Isis Kiwen.

Ambos aseguran que realizar un corto en un idioma que no conocen representa un gran logro para el equipo, pero también el compromiso de continuar con lo que quisieron hacer con Eleuterio El Héroe, es decir, que la temática pueda entrar a la pantalla grande en su propio estado. “A muchos se les ha discriminado en hoteles, restaurantes y hasta en el cine”.

Isis Kiwen cuestiona: “¿Si él fue capaz de bailar para que tú, no siendo rarámuri, puedas tener agua, ¿qué eres capaz de hacer tú por ellos? Por eso ‘El dibujar del idioma’ es un triunfo inmenso, porque además cuenta con la actuación de Erasmo Palma, un músico tarahumara reconocido a nivel mundial.

El reparto también lo incluyen Erasmo Palma, Martín Chávez y Rodrigo Chávez.

Sobre la producción, indican que tardaron un año porque el recurso era muy poco y bajó muy lentamente a través de Programa Institucional de Atención a Lenguas y Literatura (PIALLI).

“Después la Universidad Autónoma de Chihuahua (UACh) nos apoyó, pero principalmente el agradecimiento es para el maestro Enrique Alberto Servín, quien ha probado suerte en la producción con otras productoras… El rector Enrique Seáñez y el entonces director de extensión y difusión, Sergio Reaza Escarcela, apoyaron con un poco más de recursos para hacer posible la culminación del corto. Fue de las pocas personas que vio nuestro potencial visual”.

“El dibujar del idioma” se presentó por primera ocasión en el Día Internacional de la Lengua Materna en Creel, municipio de Bocoyna, en 2014, ante aproximadamente 2 mil indígenas de Canadá, Nuevo México y diferentes entidades del país, la mayor parte rarámuri.

“Fue la mejor y más gratificante exhibición que hemos tenido. Cuando se proyectó el corto, el lugar se llenó de silencio. Cada integrante de SecuenciaFi, incluso Servín, se colocó en diferentes asientos para poder ver la reacción de los tarahumaras. Nos encontrábamos muy nerviosos, como nunca. Ellos son gente que ya respetábamos y que en la realización de ese corto respetamos aún más, incluso llegamos a aprender ciertas frases y palabras, para exhibir el corto ante ellos. Nos llenó de nervios”, relata Kiwen.

El público rarámuri calificó de extraordinario el corto, pues a pesar de ser poco expresivos, mostraron un gran asombro al verse reflejados.

“Muchos de los que estaban ahí no habían visto un cortometraje, no se habían visto fuera de contexto y mucho menos se habían escuchado, porque el corto fue realizado en el idioma rarámuri”, indica Sifuentes.

Posteriormente “El dibujar del idioma” viajó a diferentes festivales, dos de ellos de recuperación del tejido social como Ojo al Sancocho, en la ciudad de Bolivia, y el festival de cine Infancia y Adolescencia Ciudad de Bogotá, Colombia.

Además, lo presentaron en Chicago International Children’s Film Festival como antesala a los Premios Óscar, y en julio próximo estarán en Granada España, ante académicos, científicos y filósofos en el festival Primavera Cinemística 2015.

Este mes el cortometraje estuvo en París, Francia, donde fue distinguido en el festival de cine Ethnografilm junto con otro cortometraje mexicano, “Fuera de foco”. El premio para los creadores fue un dibujo realizado por niños que subsisten en condiciones precarias en el estado de Lousiana en Baton Rouge, Estados Unidos.

“Este reconocimiento significa mucho porque se obtiene en un foro de académicos, antropólogos y sociólogos que reconocen la producción de este cortometraje. El director del festival, Wesley Shrum, comentó: ‘Solamente ustedes pueden realizar este tipo de productos, si un extranjero intenta lo mismo, esto estaría éticamente mal’ (…) Hubo grandes documentales realizados por extranjeros como en algún lugar mágico como Uruguay, pero estos no fueron elogiados por el cuestionamiento ético, comenta Sifuentes.

“El dibujar del idioma” fue editado por Ángel Chacón, la fotografía estuvo a cargo de Héctor Lozoya y la música de Julio de la Garza, quienes junto con Kiwen y Sifuentes conforman la empresa SecuenciaFi. El director de arte es Enrique Alberto Servín Herrera.

SecuenciaFi viajará en mayo al festival de Cannes en Francia, luego de que otro cortometraje, “El árbol de los números”, fue preseleccionado para participar en Short Film Corner.

“Desearíamos que nuestras instituciones creyeran más en este tipo de proyectos, estos que mezclan las bellas artes, que refuerzan nuestra identidad, que fortalecen nuestra cultura, que dan un mensaje positivo hacia el exterior. A veces creemos que sería más fácil combatir la barbarie con cultura, así que seguiremos tocando puertas en oficinas de gobierno municipales, estatales y federales, en la iniciativa privada, organizaciones no gubernamentales, para seguir contando estas historias tan necesarias en estas épocas tan difíciles, esperando ser un contrapeso cada vez más grande”, concluyen.

Fuente: Proceso

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