Un museo de Texas ha solicitado a otro en Illinois, la entrega de la pierna artificial que alguna vez utilizó el general Antonio López de Santa Anna y que perdió al realizar una rápida huida en la batalla de Cerro Gordo, Veracruz, en 1847.
La popular prótesis que se encuentra en el Museo Estatal Militar de Illinois, en la comunidad de Springfield, está siendo reclamada por el Museo de Historia de San Jacinto, ubicado en el sitio histórico estatal de la Batalla de San Jacinto, en el este de Houston, Texas.
El mes pasado, el Museo de Historia de San Jacinto lanzó una petición en el sitio de Internet de la Casa Blanca, con la esperanza de obtener 100 mil firmas y forzar a la administración del presidente Barack Obama a intermediar el asunto.
En la petición, la institución planteó que la pierna de madera y corcho utilizada por Santa Anna, debería sumarse a otros elementos históricos que se guardan en el museo de Texas.
La solicitud no logró captar las firmas requeridas por la Casa Blanca dentro del plazo de 30 días. Sin embargo, si atrajo la atención hacia el reclamo de que la pierna artificial de Santa Anna debería ser reubicada a Texas y exponerse en el sitio donde los independentistas texanos lo derrotaron en 1836, logrando así que Texas obtuviera su independencia de México.
Aun así, el Museo Estatal Militar de Illinois reiteró esta semana que el artefacto es propiedad del estado de Illinois y continuará siendo exhibido en esa institución.
“Sabemos que Santa Anna es muy importante en la historia de Texas, pero está aquí y se va a quedar aquí. Uno no comercia con los artefactos”, dijo Bill Lear, curador del museo de Illinois.
Aunque Texas ha codiciado la pieza durante años, oficialmente el Estado no tiene ningún derecho real sobre ella.
Santa Anna tenía sus dos piernas originales cuando lideró las fuerzas mexicanas contra los independentistas texanos y perdió la guerra y el territorio en la Batalla de San Jacinto, en 1836.
Santa Anna comenzó a utilizar la prótesis dos años después de su derrota en Texas, al perder su pierna izquierda a causa de un cañonazo durante la denominada “Guerra de los Pasteles”, entre México y Francia, en 1838.
La lesión ayudo a impulsar de nuevo la imagen de Santa Anna, otorgándole la fuerza política necesaria para volver al poder luego de su capitulación en Texas.
En 1847, durante la guerra contra Estados Unidos -que culminaría un año después con la cesión de casi la mitad del territorio mexicano-, Santa Anna fue sorprendido por un batallón de soldados estadounidenses en la Batalla de Cerro Gordo, volviendo a perder su pierna, ahora la artificial.
De acuerdo con las crónicas de entonces, el general estaba comiendo un pollo rostizado dentro de su carroza y se había quitado la prótesis por comodidad, cuando el Cuarto Regimiento de Soldados de Illinois los sorprendió por la retaguardia.
Santa Anna logró escapar con la ayuda de sus soldados, quienes lo acarrearon en hombros. Los soldados de Illinois encontraron en el lugar unos 16 mil dólares en oro, que iban ser destinados a la paga de los solados mexicanos, la pierna artificial y el pollo que Santa Ana se iba a comer.
Los soldados entregaron el dinero a sus superiores, se comieron el pollo y se apropiaron de la prótesis.
Las tropas regresaron a Illinois, donde el pueblo de Griswold fue rebautizado con el nombre de Cerro Gordo en conmemoración de la batalla.
El regimiento de voluntarios fue convertido luego en la Guardia Nacional de Illinois y su trofeo de guerra, la pierna artificial de Santa Anna, está depositada ahora en el Museo de la Guardia, en el campo Camp Lincoln, en Springfield.
Fuente: Notimex