Por Luis Javier Valero Flores
Las imágenes y las frases son impactantes. Por un lado, la impresionante manifestación convocada por López Obrador, que llenó al tope la avenida Reforma de la Ciudad de México, y por el otro, las tajantes afirmaciones de Cuauhtémoc Cárdenas, en la sesión inaugural de la consulta convocada por el Senado de la República sobre la reforma energética, con ambas expresiones en el mismo sentido, según el acuerdo tomado la semana anterior por los dos únicos candidatos presidenciales del PRD, que pueden convertirse en el catalizador que le impida a la élite gobernante concretar su pretendida reforma en materia de energéticos.
Al contrario del anuncio de la propuesta, el hijo del Presidente Cárdenas, Cuauhtémoc sostuvo ayer que Peña Nieto busca revertir la expropiación, “… se está ante la gravísima perspectiva de que las compañías expropiadas en 1938, ahora con otros nombres, vuelvan a ser las que decidan cómo se manejen y sean las principales beneficiaras de la explotación de los yacimientos de hidrocarburos mexicanos”; la reforma pretendida por los gobernantes “es privatizadora, dígase lo que se diga” pues “es absurdo”, dijo, sostener que los sectores petrolero y eléctrico “no se consideren estratégicos, importantes, fundamentales o especiales, y que se les pueda dar el mismo tratamiento que a la confección de ropa de lujo o a la elaboración de golosinas chatarra”. (Nota de Reforma, El Diario de Juárez, 23/IX/13).
Fruto del acuerdo de Cárdenas y López Obrador, éste propuso en la movilización del domingo exigirle a Peña Nieto la realización de una consulta popular, algo que había propuesto anteriormente el michoacano y que el tabasqueño concretó en la mañana del lunes cuando una comisión entregó a la Oficialía de Partes de la Presidencia de la República la petición.
La postura de Cuauhtémoc Cárdenas fue tajante al estimar que al proponer la reforma de los artículos 27 y 28 constitucionales, para dar paso a que los particulares puedan celebrar contratos con el Estado mexicano a fin de explotar el petróleo, los hidrocarburos y la energía eléctrica en todas sus fases es, en la práctica, dar marcha atrás a la expropiación petrolera.
Asimismo, al cambiar el texto del artículo 28o. para permitir que Pemex y CFE se convirtieran en cualesquier otras empresas, las pondría en el riesgo de, incluso, ser privatizada y someterse a lo estipulado en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, lo que dejaría en manos privadas el estratégico sector energético.
Y abordó un aspecto muy poco mencionado en los más poderosos medios de comunicación: La “falaz” propaganda gubernamental para hacerle ver a los mexicanos las ventajas de acceder a su reforma energética.
Destaca, solo para ubicar el grado de demagogia con el que se comporta el gobierno de Peña Nieto, el spot que habla del petróleo de las aguas profundas, ubicado en el Golfo de México y en el que, como si fuera un problema de cuántos popotes tiene cada uno de los países, se reprocha el número de pozos abiertos por los EU y por Pemex, sin informar que esos yacimientos están regulados por el derecho internacional, o el hecho de que en la consulta senatorial los invitados a favor tuvieran una proporción de 8 a 1 con relación a los opositores.
Pero más allá de esto, el hecho de que aparecieran juntos Cárdenas y López Obrador le da un giro, por completo, al actual escenario.
Las cosas se le complican cada vez más a la actual administración federal y crece el rechazo a sus propuestas y actos de gobierno.
Nuestra realidad siempre presente— La masacre de Loma Blanca, en la estratégica zona del Valle de Juárez, vino a recordarnos, que una es la realidad oficial, y otra, es la de la vida real de esta parte de la geografía chihuahuense, esencial en el tráfico de drogas. La matanza podrá tener otras causas, pero, así sea de manera indirecta, estarán relacionadas al narcotráfico, y no solamente porque las víctimas se relacionaran o no, directa o indirectamente, con tal actividad, sino porque esa región es parte fundamental del negocio de la muerte a nivel internacional.
El colmo de la simulación y la demagogia— La fotografía no requiere más explicaciones. Publicada por el periódico Reforma muestra al perredista gobernador de Guerrero, Angel Aguirre, otorgando una entrevista a un reportero de Televisa en medio de una calle inundada de Tixtla (la cuna de Vicente Guerrero), con el agua a la altura del pecho y usando una elegante guayabera, en lo que fue su primera visita a la población ¡Apenas una semana después de las inundaciones!
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