El presidente estadounidense, Barack Obama, anunció este viernes el rechazo al controvertido proyecto del oleoducto Keystone XL entre Canadá y Estados Unidos.
Este plan “no serviría a los intereses nacionales de Estados Unidos”, dijo Obama en la Casa Blanca, destacando que el proyecto no tendría ningún impacto “significativo” en la economía de Estados Unidos a largo plazo.
“El oleoducto no hará bajar el precio del carburante para los consumidores estadounidenses”, agregó el presidente.
“Transportar petróleo crudo más sucio a nuestro país no refuerza la seguridad energética de Estados Unidos”, comentó.
Estados Unidos estaba estudiando el proyecto del oleoducto transfronterizo con Canadá, Keystone XL, presentado por el grupo TransCanada.
El proyecto, de unos 1.900 km de longitud -de los cuales 1.400 en Estados Unidos-, permitiría el transporte de petróleo de las arenas bituminosas de Alberta, Canadá, hasta el centro de Estados Unidos, en Nebraska, de donde podrá ser distribuido a las refinerías del país en el golfo de México.
La mayoría de los demócratas y ONGs ecologistas se oponían debido al riesgo de fuga, pero los republicanos apoyaban el proyecto.
“Esta mañana pude conversar con el primer ministro de Canadá (Justin) Trudeau”, dijo Obama.
“Si bien expresó una cierta decepción, teniendo en cuenta la posición de Canadá al respecto, hablamos del hecho de que el tema global de la energía y cambio climático pide una coordinación más grande entre los países”, añadió el mandatario estadounidense.
“En las próximas semanas, altos responsables de mi equipo conversarán con los suyos para profundizar nuestra coordinación”, añadió.
“Estados Unidos es un líder mundial a la hora de adoptar acciones decisivas para combatir el cambio climático. Francamente, aprobar el proyecto habría afectado ese liderazgo mundial”, aseguró el presidente estadounidense antes de anunciar oficialmente que viajará a París para participar de la conferencia mundial sobre el clima (COP21) que empieza el 30 de noviembre.