La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) rechazó atraer la queja interpuesta por la periodista Carmen Aristegui en su conflicto con la empresa MVS.
En una situación inusual, las dos salas del máximo tribunal analizaron el recurso presentado por la periodista, pero ninguno de los diez ministros que las integran hizo suyo el caso para que fuera atraído por la Corte.
En sesiones privadas realizadas el miércoles, los ministros decidieron que debe ser el Quinto Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito el que resuelva si el juez Octavo de Distrito en esa materia en el Distrito Federal, Fernando Silva, tuvo razón en concederle un amparo a Aristegui en contra de su despido por parte del grupo radiofónico.
MVS impugnó el amparo ante el Colegiado, por lo que la periodista pidió que el diferendo lo resolviera la SCJN.
La defensa legal de la periodista pidió la intervención de la Corte a través de la Oficialía de partes, por lo que el caso fue asignado a la Segunda Sala, encargada de los juicios administrativos. Pero también se dirigió a todos los ministros, por lo que tuvieron que intervenir las dos salas.
MVS alega que el juez Silva ni siquiera debió de admitir el amparo porque es una empresa y no una autoridad, pero el juzgador otorgó la protección de la justicia a Carmen Aristegui bajo el criterio de que al ser concesionaria de un bien público, los actos de MVS deben ser considerados como los de una autoridad.
La semana pasada, la Segunda Sala le había pedido al Tribunal Colegiado que no resolviera nada hasta que los ministros se pronunciaran.
Tras el rechazo de la Corte, el Tribunal Colegiado determinará si el amparo fue notoriamente improcedente o conforme a las reformas en materia de telecomunicaciones, amparo y derechos humanos.
En caso de que el Colegiado considere que el amparo no procede y revoca la decisión del juez, se dará por concluido en forma definitiva. Pero si le da la razón al juez, el litigio continuará.
De seguir el juicio, podría llegar de nueva cuenta a la Corte para pronunciarse sobre el fondo, y ya no sobre la admisión ahora rechazada.
Fuente: Proceso