La revista británica The Economist publica este fin de semana que la recaptura de Joaquín El Chapo Guzmán no mejorará la situación de inseguridad que prevalece en México, sino que abrirá la puerta para que otros cárteles que se dedican al secuestro y la extorsión intenten ganar terreno.
Menciona además que tras la reaprehensión del capo, el secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong y el presidente Enrique Peña Nieto merecen un “momento de celebración”.
Sin embargo, la publicación destaca que con El Chapo en prisión el gobierno mexicano debe seguir adelante en la lucha contra la falta de Estado de Derecho, pues no hacerlo, consideró The Economist, sería “verdaderamente imperdonable”.
Con Guzmán Loera nuevamente en la cárcel, la influencia del Cártel del Sinaloa puede disminuir, lo que abriría el camino a otras organizaciones criminales como Los Zetas y el Cártel Jalisco Nueva Generación, agrega la publicación.
Alejandro Schtulmann, de la consultora EMPRA, citado porThe Economist, señala que estos grupos se dedican principalmente a la extorsión y al secuestro.
Schtulmann consideró que Guzmán Loera es “una obsesión americana”, pero indicó que la prioridad para las autoridades mexicanas “deben ser los grupos que aterrorizan a la gente del lugar”.
La revista destaca que la recaptura de Guzmán Loera pone fin a uno de los episodios más dolorosos de la Presidencia de Peña y agrega que el mandatario deberá decidir ahora qué hacer con el narcotraficante.
Se especula que será extraditado a los Estados Unidos, cuyos agentes antidrogas están ansiosos por escuchar qué (información de) inteligencia tiene (Guzmán) que compartir”.
The Economist señala que aunque el gobierno de Peña se había resistido inicialmente a la extradición de criminales, después de la fuga de El Chapo envió a varios para enfrentar a la justicia estadunidense, incluyendo a Edgar Valdez La Barbie.
“¿Misión cumplida? Ni remotamente”: televisora alemana
La editora en jefe de la redacción en español de la televisora alemana Deutsche Welle, Claudia Herrera Pahl, señaló en un editorial respecto a la recaptura de El Chapo, que no se puede hablar de éxito cuando siguen los crímenes y el tráfico de drogas en México.
Poner a Guzmán Loera en prisión no disminuye la venta de drogas, no reduce los secuestros ni tampoco la violencia, destaca el texto.
“El Chapo no es más que un nudo, sin duda grande, pero solo uno entre muchos, en la madeja embrollada de un país cada día más colonizado por los narcos. Su recaptura es un suceso ciertamente positivo, pero no cambia nada: no disminuye la venta de drogas, no reduce el número de secuestros ni tampoco la violencia”, indica el editorial.
Y advierte que si el gobierno mexicano quiere realmente recuperar la confianza de la ciudadanía en sus instituciones, se requiere de verdaderas acciones en contra de la impunidad.
“Podría empezar por esclarecer los sucesos del 30 de junio de 2014 en Tlatlaya, del 26 de septiembre de 2014 en Ayotzinapa y del 6 de enero de 2015 en Apatzingán. No son los más oscuros ni los más sangrientos, pues de esos ha habido otros muchos. Pero son los más recientes y un buen inicio para enfrentar los crímenes de lesa humanidad que aún se mantienen impunes”.
Indica que la prensa mexicana especula que podría pasar mucho tiempo antes de que se concrete la extradición de Guzmán Loera a Estados Unidos, si es que algún día se concreta. “Tiempo suficiente, por qué no, para un tercer escape y algunos capítulos extra para la saga del narcotraficante. O en otras palabas: más circo para el público nacional e internacional. Por el momento eso es”.
El editorial menciona que el gobierno mexicano debe hacer mayores esfuerzos para superar su “desprestigio” y recuperar el respaldo del pueblo que desea el fin a la larga saga de sangre.
“Sólo entonces se podrá decir con propiedad ‘¡misión cumplida!’”, concluye el editorial de Deutsche Welle.