A pesar de la ilusión y la alegría que desata encontrarse una nueva mascota bajo el árbol, la idea puede no terminar siendo la mejor. He aquí cuatro razones.
Algo se mueve en las cajas de debajo del árbol. Los niños están sorprendidos. Encuentran que los Reyes magos les han dejado un adorable cachorro. Todo son lloros de emoción e ilusión a raudales, pero hay algunas razones por la que la decisión puede resultar una mala idea.
1- Es muy probable que termine en una cuneta
Cada Navidad se regalan en España 250,000 perros, pero de todos ellos se abandona una gran parte. Los regalos de Navidad se hacen por impulso, que no es un buen consejero a la hora de comprar animales. Es muy probable que los niños, que están encantados con la mascota, no puedan hacerse responsables de ella dentro de un tiempo. El cachorro se convertirá en un perro adulto que, como todos, genera gastos (comida, veterinario y residencias) y obligaciones y que pasará muchos años con la familia. La ley de los expertos es: “Si no estás seguro de no poder cuidar de un perro, es mejor que no lo tengas”.
2- Es más útil adoptar
Las asociaciones protectoras calculan que en España hay 150,000 perros y gatos abandonados. La manera de reducir el número de perros abandonados que van camino del sacrificio y no alimentar el círculo de compra/abandono es pasarse por un albergue para encontrar un compañero perfecto. Es recomendable asesorarse bien para encontrar el tipo de perro que se adapta a cada familia (tamaño, carácter, actividad) y el compañero ideal no tiene por qué ser un cachorro. En ocasiones, es recomendable un perro adulto que plantea menos problemas de educación.
3- Es posible que su origen sea dudoso
Las ventas de cachorros tienen un pico en Navidad, sobre todo de perros de raza que están de moda: los bulldog inglés o francés, los yorkshire, bichón maltés o chihuahua. Algunas mafias que controlan el tráfico de animales funcionan a pleno rendimiento en esta época (este mes la Guardia Civil requisó 120 cachorros a un grupo ilegal). Es posible que el animal provenga de otros países desde los que llegan en condiciones terribles o de una granja de cachorros donde las hembras son obligadas a parir sin descanso.
4 – Es posible que caiga en una estafa
En la red proliferan los anuncios estafa con perros como gancho. Si alguien busca una raza rara o que esté cotizada, puede encontrar particulares que ofrecen precios mucho más baratos que la media por perros que no existen. Anuncian pedigrís y garantías y suelen pedir el precio de un hipotético transporte porque el perro está en otro país. Es un fraude y la víctima termina pagando dinero por un animal que no existe.
Fuente: El Correo de Bilbao