Ante decenas de miles de personas que rindieron homenaje a Fidel Castro antes de que sus cenizas sean enterradas, El presidente Raúl Castro juró este sábado que defenderá la revolución socialista en Cuba y anticipó que prohibirá monumentos del líder.
“Juramos defender la patria y el socialismo”, dijo emocionado Castro, de 85 años, en un discurso en la ciudad de Santiago.
Cientos de miles de personas con banderitas cubanas y fotos de Fidel Castro se concentraron este sábado en la plaza Antonio Maceo de Santiago de Cuba para el acto final de despedida al ex presidente, que mañana será sepultado en esa ciudad.
“Fidel nos enseñó que sí se pudo, sí se puede y sí se podrá”, dijo Raúl Castro, visiblemente emocionado, a los asistentes. “Nos enseñó que se podía resistir sin renunciar a los principios ni a las conquistas del socialismo”.
Al acto, culminación de una caravana de cuatro días de las cenizas por Cuba, asistieron los presidentes izquierdistas de Venezuela, Nicolás Maduro; de Bolivia, Evo Morales; y de Nicaragua, Daniel Ortega, así como los ex presidentes Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rousseff de Brasil y el ex futbolista Diego Maradona, entre otros.
“Uu aaa, Fidel no se va” y “Raúl, amigo, el pueblo está contigo” fueron las consignas que se escucharon una y otra vez en la plaza de la ciudad colonial del sureste de Cuba. El presidente cubano fue recibido con gritos de “Raúl, Raúl”.
Castro recordó en su discurso los difíciles momentos que vivió el país durante la década de 1990, cuando Cuba entró en una dura crisis económica después del derrumbe de la antigua Unión Soviética, y dijo que en ese momento y otros de su vida Fidel Castro “nunca perdió la fe en la victoria”.
La urna de madera con las cenizas llegó hoy a Santiago de Cuba al término de un recorrido de casi mil kilómetros desde La Habana, en varias etapas, durante los cuales pasó por pueblos y ciudades en una plataforma adosada a un jeep militar. Desde el miércoles miles de personas salieron a las calles a ver pasar la caravana, al grito de “Yo soy Fidel, yo soy Fidel”. El martes se había realizado ya un acto con dignatarios extranjeros en la Plaza de la Revolución de La Habana, antes de partir el cortejo.
“Dígame en que país se despide así a un presidente, los cubanos rendimos tributo a quien merece, y Fidel se merece una despedida así y más”, dijo a Matías González, conductor de autobuses que trasportó a personas al evento.
“Es histórico, algún día podré contar que yo estuve aquí”, dijo Carlos Martínez, un estudiante de 16 años con su uniforme escolar.
El ex presidente cubano, un personaje histórico con fervientes defensores y acérrimos críticos, murió el viernes a los 90 años. Sus restos serán sepultados mañana en una ceremonia sencilla, según adelantó Raúl Castro, en el cementerio de Santa Ifigenia de Santiago, donde está el héroe independentista José Martí.
En la despedida estuvieron también entre el público personas de otros países de la región. “Esto es historia. Fidel es muy grande en América Latina, por eso le tenemos mucho respeto”, dijo Juan Martín Cambra, un argentino próximo al movimiento kirchnerista, que se compró un pasaje de avión junto a otros amigos porque no se querían perder el acto.
Antes de que hablara Castro fueron pasando por el micrófono los líderes de los trabajadores, los campesinos, los combatientes militares, los Comités de Defensa de la Revolución, las mujeres, los escritores, representados por el narrador y poeta Miguel Barnet Lanza, y los estudiantes universitarios, entre otros. Los santiagueros aplaudieron a su entrada en la ciudad gritando “Yo soy Fidel, yo soy Fidel”. Con la travesía por la isla se rememoró en sentido inverso el de la “Caravana de la Libertad”, realizada en enero de 1959 por los guerrilleros triunfantes.
La caravana recorrió las calles de Santiago de Cuba y pasó por el histórico cuartel Moncada, escenario de un fallido asalto en 1953 por parte de Castro y los opositores al dictador Fulgencio Batista antes de la revolución, iniciada en 1956.
Mañana se pondrá fin a nueve días de luto nacional, durante los cuales estuvieron prohibidas las fiestas y espectáculos y el consumo de bebidas alcohólicas.
Fidel Castro pidió de manera expresa que no se hagan monumentos ni use su nombre en calles, parques o cualquier tipo de instituciones, por lo que su hermano Raúl dijo que presentará la iniciativa legislativa necesaria para que “prevalezca su voluntad”.
“El líder de la Revolución rechazaba cualquier manifestación de culto a la personalidad y fue consecuente con esa actitud hasta las últimas horas de vida”, afirmó Raúl Castro.
Fuente: AFP/ DPA