Por Luis Javier Valero
Grandilocuentes hasta la exasperación, los senadores del PAN resolvieron salirse de la sesión en la que se “discutían” las diversas propuestas y posturas de la reforma fiscal.
Ante la aprobación de la homologación del IVA a la frontera, decidieron llamar “traidores” a los legisladores del PRI, PRD y PVEM que votaron en ese sentido.
Simplemente se cambiaron los papeles. No hace tanto que muchos de quienes discutían hasta la madrugada del miércoles en la Cámara de Senadores sostenían posturas diametralmente distintas a las enarboladas antenoche.
Literalmente, los legisladores del blanquiazul se rasgaban las vestiduras. Se les olvidó que poco antes de las elecciones presidenciales del 2012, por ejemplo, pactaron con quienes ahora están en la Presidencia de la República (y me refiero al grupo político) que votaran a favor de aumentar un punto el IVA en todo el país, a cambio de comprometerse –el PAN, su gobierno y sus dirigentes– a no concretar ninguna alianza electoral con el PRD en el Estado de México, Oaxaca y otras entidades.
El pacto –ése de entonces– funcionó solamente hasta el momento que los priistas votaron a favor de aumentar el IVA, luego lo violaron alegremente y en el reclamo interno hasta un secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, fue sacrificado. No escuchamos, entonces, las estridentes voces de ahora, rasgándose las vestiduras porque “el pueblo va a ser saqueado”. Al contrario, elogiaron las “mesuradas” posiciones del entonces partido de oposición, el PRI, pero que ya se encaminaba a alcanzar la Presidencia de la República y a todo le apostaba, con tal de aparecer como el más serio aspirante a esa posición.
Ahora los blanquiazules dicen defender los intereses de los habitantes de la frontera, pero nadie de ese partido y de las cúpulas empresariales de Juárez, han explicado por qué al consumidor final de la frontera los artículos le llegan con los mismos precios que en el resto del país.
Aprobada la homologación del IVA, debiéramos esperar que no haya una escalada de precios generada por los mismos empresarios que, no obstante y sus argumentos de que se les debe ayudar a ser competitivos frente al extranjero, no fueron capaces, en lo general, de mantener precios bajos, respecto al interior del país.
¿Serán capaces de no reetiquetar los artículos, de no provocar una escalada de precios?
¿De veras los empresarios de la maquiladora se van a ir sólo porque ya no podrán deducir un porcentaje de los bonos y vales que les entregan a sus trabajadores, en perjuicio de éstos?
¿Cómo es que nos amenazan diciendo que los trabajadores van a perder por esa deducibilidad? ¿Y por qué, si tan preocupados están por el bienestar de los trabajadores, no les entregan el valor de los bonos y vales en dinero en efectivo para que así estas cantidades puedan contabilizarse al momento del reparto de utilidades y de las jubilaciones?
¿Por qué se quejan de dos apartados de la miscelánea fiscal aprobada?
Por una razón elemental: Disminuyen sus elevadas tasas de utilidad.
¿Que pueden presentarse consecuencias negativas por tal homologación? Por supuesto, prácticamente ya no existen ningunas restricciones legales que impidan la reetiquetación y la salvaje elevación de precios, de ahí las justas preocupaciones de quienes, de buena fe, se oponen a la homologación del IVA, pero basta recordar que quienes se rasgan las vestiduras y quieren aparecer como los más genuinos representantes del pueblo de la frontera, son quienes hicieron berrinche y medio antes porque no se aprobó el IVA a los alimentos y medicinas.
De ahí que fuera patético, por ejemplo, observar al senador panista de Querétaro defender heroicamente a los monopolios de la industria agroalimentaria, sólo porque a éstos también se les pretendía modificar el insultante sistema fiscal de privilegios para estas enormes empresas.
No todo es malo en la auténtica miscelánea fiscal que están aprobando en el Congreso de la Unión, pero tampoco son muy confiables que digamos quienes ahora, lejos del gobierno, critican acremente lo mismo que ellos alegremente también hacían. ¡Ah, y por supuesto tampoco quienes se aprestan a ejercer tales recursos económicos!
Hagan y deshagan con los dineros de los mexicanos, al fin y al cabo acá abajo hay mucho pueblo, y muy aguantador.
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