Gobernadores tarahumaras de Chihuahua expusieron, ante los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, las violaciones reiteradas a sus derechos universales, de que han sido sujetos por autoridades y particulares.
Habitantes de Bacajípare, Huitosachi, Bosques San Elías-Repechike y Mogotavo expusieron ante el ministro presidente de la SCJN la problemática que se vive en sus comunidades.
Denunciaron despojos de sus tierras y bosques, lentitud en juicios agrarios, contaminación de sus pozos y falta de consulta para proyectos turísticos, como el aeropuerto en Creel, entre otros.
La “Caravana por la justicia en la Sierra Tarahumara” acudió este martes a su primera reunión, tras su arribo a la Ciudad de México, en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), en donde fueron recibidos por el ministro presidente Juan N. Silva Meza y el ministro de la segunda sala Luis María Aguilar Morales, quienes les mostraron su respeto y reconocimiento como pueblos indígenas.
A dicha reunión acudió una representación de 12 tarahumaras provenientes de Bacajípare, Huitosachi, Bosques San Elías-Repechike y Mogotavo, así como los asesores jurídicos de Consultoría Técnica Comunitaria (Contec) y Tierra Nativa.
El presidente de la SCJN saludó a la caravana, y escuchó por parte de sus integrantes cuáles eran los asuntos a tratar ante dicho tribunal. Silva Meza consideró que el derecho a la consulta a las comunidades indígenas “es algo que definitivamente debe hacerse” por parte de las autoridades.
Estos asuntos tardan, todos los temas agrarios son añejos, pero se van abriendo puertas; el régimen de tenencia de la tierra es uno de los más complicados que existen, pero hay que llegar a la verdad, y tiene que haber voluntad para resolverlo”, manifestó Silva Meza.
Ante el ministro Aguilar Morales se expuso a detalle la problemática que deriva desde la sentencia que emitió este alto tribunal en marzo del 2012, en donde se obligó a los tres niveles de gobierno, ante la falta de consulta y consentimiento previo libre e informado, a constituir el consejo consultivo para el Fideicomiso Barrancas del Cobre, el cual hasta el momento no se ha integrado.
Asimismo, los tarahumaras exhibieron las afectaciones que han sufrido en sus comunidades tras la construcción del aeropuerto en Creel, como es el caso de Bosque de San Elías-Repechike. Su representante Luis Pérez Enríquez señaló que se dañaron grandes extensiones de flora y fauna por la tala de pino, extracción de materiales, además de las áreas de pastoreo y de recolección de plantas medicinales y la clausura de dos manantiales para uso doméstico, con materiales removidos por la construcción de la aeropista.
El gobernador indígena de Bacajípare, Lorenzo Moreno Pajarito, refirió que los complejos hoteleros y turísticos en el Divisadero realizan descargas de aguas negras al fondo de la barranca, afectando el caudal de agua de tres manantiales que esta comunidad utilizaba para consumo doméstico, lo cual les ha causado problemas de salud como dermatitis y enfermedades gastrointestinales.
La representante de Huitosachi, María Monarca, coincidió con el gobernador de Bacajípare en el tema de la contaminación y la falta de respeto hacia sus derechos como indígenas.
Por su parte, el ministro Aguilar Morales agradeció la confianza de los pueblos indígenas, pues aseguró que ello legitima su trabajo en este alto tribunal.
A nosotros no nos elijen por voto, y la confianza es la que nos tenemos que ganar cada día, y eso nos da valor ante la gente; hemos extendido nuestros criterios, acabamos de resolver un asunto de Cherán reconociendo sus derechos, los únicos límites son los que establece la Constitución; eso es lo único que nos limita, pero aprovechándola tratamos de dar la mayor protección que se pueda”, expresó el ministro.
Agregó que los asuntos que expusieron los integrantes de la caravana serán tratados y analizados con seriedad y cuidado por los miembros de la segunda sala del SCJN.
Finalmente, la caravana recorrió la sede del Poder Judicial Federal, en una visita guiada para conocer la historia y significado de los murales de José Clemente Orozco, catalogados como Patrimonio Cultural de la Humanidad, además de otras obras de la autoría de Héctor Cruz García y Rafael Cauduro.
Antes de partir, los tarahumaras danzaron un pascol con la música del tambor y el violín al interior de la Suprema Corte, para compartir su cultura y tradiciones, además como símbolo de resistencia, y agradecieron las atenciones que se tuvieron hacia ellos durante esta fructífera visita.
Fuente: Excélsior