Por Luis Javier Valero Flores
Estamos en un charco provocado por intereses de arribistas
que llegaron al PAN cuando llegamos al Gobierno y
que no hacen otra cosa más que servirse en lugar de servir”
—Ernesto Ruffo.
Contra las expresiones públicas, triunfalistas, pletóricas de optimismo de los dirigentes del PAN acerca de los resultados de la reunión de su Consejo Nacional, las frases, discursos, declaraciones y diálogos de varios de sus principales dirigentes o militantes son su mejor desmentido.
Dos asuntos acaparaban la atención de la opinión pública -y la de cientos de miles de militantes y/o simpatizantes-: La emisión de las reglas para la elección de la dirigencia nacional, además de la integración de la Comisión Organizadora de ella; y la forma en que resolvieran el principal escándalo de los últimos meses, la denuncia de las supuestas -o reales- extorsiones de un grupo de diputados federales panistas a los alcaldes emanados de este partido a fin de obtener mayores recursos para los municipios gobernados por ellos.
En los dos, el balance es terrible, la dirigencia nacional salió peor que como había llegado.
Por la importancia pública, el último asunto es el que concitó la principal discusión. La propuesta de integrar una comisión que investigara, no solo las denuncias presentadas por algunos alcaldes, sino la grabación de una intervención del alcalde de Celaya ante el cabildo, en la que se acredita plenamente la extorsión y se enlistan a los legisladores responsables -además del modus operandi- fue rechazada por la mayoría de los integrantes del Consejo y en su lugar se designó una comisión de transparencia (sic) cuyas labores y objetivos quedaron en el limbo.
Contra la propuesta de investigar las denuncias de las corruptelas, se alzó el discurso de que no se podía poner en entredicho la dignidad del partido, ni de los panistas. Tal postura desató la furia del duranguense (originario de Lerdo) Juan de Dios Castro, uno de los más respetados panistas, reconocido como jurista competente, al terminar la reunión, le espetó irónicamente, a la Secretaria General, Cecilia Romero (titular del Instituto Nacional de Inmigración en los peores tiempos de la migración en México, es decir, el sexenio anterior), lo siguiente:
“No pesco a ningún narcotraficante porque se afecta el honor de 107 millones de mexicanos y no voy a investigar ni a castigar”, lo que llevó a la dirigente a plantearle -¿Me das un beso de despedida o no?
“Claro, Cecilia. ¿Quién supiera lo que tú sabes?”, le respondió Castro, con algo más que ironía. (Nota de Mayolo López y Arcelia Maya, Reforma, 19/I/14).
El ex diputado federal, ex senador, ex subprocurador de la PGR con Fox llegó encendido a la reunión. A la llegada de Gustavo Madero lo recibió con un contundente “¡Usted es el peor presidente que ha tenido el PAN!”, a lo que Madero respondió con un seco -Esa es su opinión.
Luego vendrían sus acusaciones, ante la negativa del presidente panista de promover la investigación de las corruptelas: “… si el Alcalde de Celaya recibió propuesta para un ‘moche’, está obligado a decir quién se lo ofreció. Y si no lo hace, ya incurrió en un delito en grado de tentativa, porque es cómplice… En el partido esto se tiene que investigar, pero, lamentablemente, el señor Madero no investiga a nadie. El no hacerlo es un acto de corrupción, (pero) Madero no es capaz de emprender ninguna investigación”. (Nota de Mayolo López, Reforma, 19/I/14).
A tales acusaciones, Madero las calificó como producto de una “minoría frustrada” que opta por “descarrilar” la elección.
Y si en tal asunto la rispidez fue la nota distintiva, en el de la integración de la Comisión encargada de conducir el proceso eleccionario, el resultado fue peor ya que de acuerdo con Juan Manuel Oliva, ex gobernador guanajuatense, aspirante a presidir el PAN, y Max Cortázar, representante del también aspirante Ernesto Cordero, Madero incumplió acuerdos previos entre ellos para garantizar la equidad y limpieza de la elección.
Cordero llegó más lejos, destacó la posibilidad de que las extorsiones a los alcaldes tuvieran el objetivo de allegarle recursos a la campaña del chihuahuense Madero, acusación que replica la presentada 3 años atrás, cuando se le acusó de usar recursos procedentes de la venta de concesiones de casinos.
Así, a las acusaciones de Cordero, Javier Lozano y Juan Ignacio Zavala (hermano de Margarita, la esposa de Calderón) se sumaron las críticas de los ex gobernadores, Fernando Canales Clariond (de Nuevo León), el ya mencionado Olivas y Ernesto Ruffo (Baja California), lo que está configurando el peor de los escenarios para la elección del blanquiazul.
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