Las invitaciones fueron enviadas y están en curso los preparativos en el Palacio de las Naciones de la ONU en Ginebra, donde las primeras negociaciones de paz en dos años sobre el conflicto de Siria iniciarán el viernes.
Pero un día antes de las negociaciones, no está claro quiénes asistirán ni tampoco incluso si el enviado especial de la Organización de las Naciones Unidas a Siria será capaz de hacer avanzar cualquiera de los asuntos espinosos de la agenda para ayudar a terminar la guerra que ha costado la vida de 250.000 personas en los últimos cinco años.
En los caóticos días previos a las negociaciones, las partes beligerantes y sus aliados internacionales han reñido sobre quién debería estar presente y qué se debería discutir, y algunos amenazan con un boicot si no se cumplen sus condiciones.
El drama continuó el miércoles, cuando un bloque opositor importante dijo que sólo se uniría a las negociaciones si se hace un avance hacia el levantamiento de asedios en poblados bloqueados en Siria y en la implementación de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU sobre otros asuntos humanitarios. El bloque que cuenta con el apoyo saudí conocido como Alto Comité de Negociación se estaba reuniendo para tomar una decisión final sobre si irá a Ginebra.
Estados Unidos hizo un llamado el miércoles a la oposición a que asistiera a las negociaciones.
“Nosotros creemos que debería aprovechar esta oportunidad para probar la voluntad e intenciones del régimen y exponer ante todo el mundo cuáles partes son serias respecto a una potencial transición política pacífica en Siria y cuáles no”, dijo Mark Toner, vocero del Departamento de Estado.
Las hostilidades han suscitado incertidumbre sobre las negociaciones, las cuales ya están generando muy bajas expectativas. El proceso busca lograr que las partes discutan la implementación de un cese al fuego nacional y una transición política que termine en elecciones.