El magnate petrolero Mijail Jodorkovski, liberado el viernes 20 tras ser indultado por el presidente Vladimir Putin, era el hombre más rico de Rusia antes de convertirse en el preso más célebre del país por su oposición al mandatario ruso. Viajó de inmediato a Alemania.
Jodorkovski, que cumplió más de diez años de prisión, presentó un pedido de indulto y fue liberado “por principios humanitarios”, indicó en un breve comunicado el presidente ruso.
El 25 de octubre de 2003, pocos meses después de un altercado con Putin, el entonces hombre más rico de Rusia y uno de los más influyentes, fue detenido en un aeropuerto de Siberia por las fuerzas especiales rusas.
Tras largos procesos judiciales, el oligarca y su socio Platon Lebedev fueron condenados en 2005 a ocho años de prisión por “estafa y fraude fiscal”.
Esa pena aumentó a 14 años en 2010 tras un segundo juicio por “robo de petróleo y blanqueo” de 23.500 millones de dólares.
La condena fue posteriormente reducida en dos ocasiones, lo que situaba la fecha de puesta en libertad del exdirigente del grupo petrolero Yukos, que hoy tiene 50 años, en agosto de 2014.
El más rebelde de los oligarcas surgidos en los años noventa y ex hombre más rico de Rusia había caído en desgracia después de la llegada de Putin al Kremlin.
Jodorkovski simboliza el destino de los oligarcas rusos de los años noventa, de esos capitalistas surgidos de la nada a la sombra del presidente Boris Yeltsin tras la disolución de la Unión Soviética, que se apoderaron de vastos sectores de la economía del país a través de polémicas privatizaciones.
Los detractores del Kremlin lo presentaron como un preso político, culpable de haber mostrado demasiada independencia y ambición política frente a Putin.
Pero para Putin, Jodorkovski es un estafador.
“Todo ladrón debe ir a la cárcel”, afirmó en más de una oportunidad, considerando que los delitos de Jodorkovski habían quedado “demostrados”.
Por otra parte, muchos rusos le reprochan haberse enriquecido ilegalmente durante las polémicas privatizaciones, y haber tratado de vender a bajo precio el petróleo ruso a grupos estadounidenses.
Mijail Jodorkovski, un ex estudiante de química y economía, nació en 1963 en una modesta familia moscovita de ingenieros químicos.
Durante sus estudios universitarios formaba parte de la Juventud Comunista (Komsomol), lo que le permitió tejer vínculos estrechos con los dirigentes del partido único que gobernaba la URSS.
Al terminar sus estudios, en 1989 y antes del fin de la URSS, fundó con el apoyo de sus socios de la época uno de los primeros bancos comerciales del país, que más tarde sería conocido por el nombre de Menatep.
En la segunda parte de los años 90, Menatep se diversificó, convirtiéndose en un consorcio que en condiciones opacas tomó el control de la petrolera Yukos, que en poco tiempo se transformó en la mayor del país.
En 1993, Jodorkovski fue por poco tiempo ministro de Energía de Rusia.
En 1999, Jodorkovski fue el primero en Rusia en contratar a especialistas occidentales para asesorarlo en la gestión y se convirtió en el preferido de los inversores.
El boom petrolero convirtió a Jodorkovski en el hombre más rico de Rusia, con una fortuna de unos 15.000 millones de dólares, según la revista Forbes.
Sin embargo, en el año 2003, durante un encuentro de Putin con una veintena de oligarcas, Jodorkovski, el único participante que no llevaba corbata, exhortó al presidente a luchar contra la corrupción, nombrando a varios de sus allegados.
Putin y Jodorkovski tuvieron un duro cruce de palabras.
“Señor Jodorkovski, ¿está usted en regla con el fisco?”, preguntó Putin.
“Absolutamente”, respondió Jodorkovski, a quien Putin respondió fríamente: “Ya veremos”.
Poco después Jokorkovski caía en desgracia, arrastrando en su caída a muchos de sus colaboradores.
Yukos, la obra de arte de su vida empresarial, terminó de ser desmantelada en 2007, fundamentalmente en beneficio de la empresa estatal Rosneft.