A voz en cuello, más de 100 mil jóvenes reclamaron ser consultados este sábado, durante un concierto en protesta por la reforma energética, en la capital del país
Por Arturo Cruz Bárcenas
Ciento cinco mil jóvenes respondieron a la convocatoria del Colectivo Que Me Pregunten, y desde las once de la mañana se dieron al eslam y al ska, al rock y a la cumbia, y hasta al norteño tipo Boby Pulido en un concierto de ocho horas de duración que tuvo como fin recabar firmas para exigir al gobierno de la República que acepte la consulta pública sobre la reforma energética y respete la voluntad de la ciudadanía inconforme, que considera que no fue tomada en cuenta para realizar los cambios legislativos que determinarán presente y futuro de los mexicanos.
El pasado lunes, en conferencia de prensa, los organizadores se dijeron lejanos a intereses de partidos políticos e invitaron a la tocada en el Foro Sol. Este sábado, los muchachos llegaron en ríos de gente al espacio, pero se toparon con que la tocada no iba a ser donde han tocado grupos como Bon Jovi o U2, sino detrás, en la curva. Algunos se dijeron decepcionados, además de que el escenario no era del tamaño de la expectativa y más bien era cumplidor a secas. El sonido tampoco fue óptimo, de los que se escuchan hasta Añil, y por momentos se oía seco. El sol a plomo y refrescos y botellas fueron confiscados en los accesos. También los cinturones de miles de chavos fueron a parar al bote de la basura. En el colmo del escrúpulo policiaco, le quitaban a la concurrencia mascadas y paños, so razón de que luego se embozan y cometen actos violentos o arrojan objetos amparados en el anonimato.
La sed fue en aumento, por el sol y las horas, los brincos y los gritos, y no había líquido para saciar la necesidad de agua. En puestos médicos les daban bolsas de hule para que fueran a otro punto por agua para hidratarse. Como un oasis fue vista una pipa que comenzó a llenar bolsas y los chavos bebían como náufragos. No hubo comida y los afortunados consumían papas fritas.
A las once de la mañana se anunció la primera banda y miles de jóvenes se atiborraron frente al escenario. El coto estuvo de a peso y las parejas mejor buscaron sobre el pasto para darse un faje, Fajín fajado es perdonado. La estética de las muchachas incluye medias negras, falditas o shorts que proyectan sensualidad. Los más, el uniforme típico: playera negra y pantalón vaquero ídem.
A algunos se les preguntó sobre el fin del concierto y abriendo los ojos contestaban que no sabían y que estaban ahí por ser gratis y por tocar algunos de sus grupos favoritos.
El olor a mota y a pachuli inundó el ambiente y las exalaciones eran profundas.
Maskatesta prendió la mecha y reiteró su idea sobre las reformas del gobierno de Enrique Peña Nieto: “No es tarde para echar atrás la reforma energética y los demás cambios recientes legislativos.”
A cada arenga, miles de gargantes expresaron su inconformidad. La mayoría con mentadas de madre y groserías al por mayor. Fue el rock del reclamo y muchos pidieron no ser llamados ninis.
El #Fest2014QueMePregunten se convertía en el espacio de una generación preocupada por su futuro y el de sus hijos. En la puerta 5, frente a mesas, largas filas de muchachos suscribían su apoyo a la consulta y exigían se respete su derecho a ser tomados en cuenta.
Tijuana No, el grupo maestro de Panteón Rococó, se arrancó con su ska pegajoso. “Somos de la frontera más grande del mundo…” Y la música dio lugar a los círculos de amor. El slam machín y al que no le sacatean las mujeres. Los reclamos abarcaron de Obama a Peña Nieto, pero sobre todo contra la migra.
Una larga nube encapotó el cielo. La amenaza de lluvia crecía. Tijuana No llamó a cuidar el planeta, que está siendo destruido por el consumo de fuentes de energía no renovables, como el petróleo.
Papás buscaron un lugar donde sentarse, mientras sus hijos iban a meterse entre la bola, para masificarse y ser parte de su generación. Se nota la pobreza por la pinta, pero los que van en pareja se tienen uno al otro, y viceversa. Es el amor puro, el puro amor.
También les quitaron sus encendedores y un abusadillo vendía cajas de cerillos.
El Panteón Rococó subió al escenario y Doctor Shenka instó a divertirse. Reconoció sus raíces en Tijuana No. “¡Viva México, cabrones!” Y un largo viva se escuchó por todas partes. Cuando comenzó su actuación la lluvia mojó a miles. Arreció y se volvió pertinaz. Otro abusadillo comenzó a vender capas de hule de a diez pesos. Se le acabaron. En grupos, varios chavos hicieron casas de campaña para protegerse de esa precipitación. Otros hasta se quitaron la camisa y se dieron al desmadre, al brinco. Bailo, luego me seco.
Algunos cientos decidieron irse. Shenka preguntó si querían otra rola. Obvio que sí.
No les habían bastado Charlie Montana, Royal Club, Minions y Skorcho. No llegaron Los Daniels, pero sí entró al quite Sekta Core. Los de Abajo se encontraron en su elemento: la crítica social.
Al final, los organizadores anunciaron que se harán más tocadas para recabar más firmas. Las 50 mil que ya se tienen se entregarán en junio de 2015, “para hacer presión y porque la lucha será larga.”
Fuente: La Jornada