¿Qué es la Renta Básica Universal (RBU)?

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La renta básica universal es un ingreso regular y garantizado que el Estado otorga a todos sus ciudadanos, independientemente de sus ingresos u ocupación. Este ingreso tiene como objetivo proporcionar una base financiera que permita a las personas cubrir sus necesidades básicas, fomentando así la libertad económica y la equidad social.

La RBU se distingue de otros programas de asistencia social porque no está condicionada a la situación económica o laboral de los beneficiarios.

Implementaciones y experimentos de la renta básica en el mundo

1. Finlandia: el pionero europeo

Finlandia es uno de los primeros países en Europa que implementó un experimento de renta básica universal. Entre 2017 y 2018, el gobierno finlandés otorgó a 2,000 ciudadanos desempleados un ingreso mensual de 560 euros sin condiciones. El objetivo del experimento era analizar si la RBU podría simplificar el sistema de seguridad social y mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.

Los resultados fueron mixtos: si bien se observó una mejora en la salud mental y la satisfacción general de los beneficiarios, no hubo un aumento significativo en la participación laboral. Este experimento, aunque breve y limitado en alcance, proporcionó valiosas lecciones sobre los posibles efectos de la renta básica en una economía avanzada y abrió el debate sobre su viabilidad a largo plazo.

2. Canadá: el Proyecto Mincome

Otro experimento notable fue el proyecto Mincome en la ciudad de Dauphin, Manitoba, Canadá, llevado a cabo entre 1974 y 1979. Este programa se diseñó para evaluar los efectos de una renta básica garantizada en toda una comunidad. Durante el experimento, todos los residentes recibieron un ingreso que garantizaba que nadie cayera por debajo de la línea de pobreza.

Los resultados mostraron mejoras en la salud, especialmente en la reducción de hospitalizaciones y en la terminalidad educativa de los adolescentes. Sin embargo,también se observó una ligera reducción en la participación laboral, particularmente entre las madres jóvenes. Este experimento sigue siendo un referente en el debate sobre la RBU, demostrando tanto sus potenciales beneficios como las dificultades de su implementación a gran escala.

Miembros de organizaciones sociales y sindicales protestan el 20 de julio de 2022 en Buenos Aires, Argentina, en demanda de una renta básica universal. Foto: Luis Robayo / AFP vía Getty Images.

3. Alaska: el dividendo del fondo permanente

Desde 1982, el estado de Alaska, en Estados Unidos, ha distribuido anualmente a sus residentes un cheque proveniente de los ingresos del Fondo Permanente de Alaska, financiado por las ganancias del petróleo. Aunque no es una renta básica universal en sentido estricto, ya que los pagos varían anualmente y no son suficientes para cubrir todas las necesidades básicas, el programa ofrece un ejemplo de cómo un ingreso universal puede funcionar en la práctica.

Este dividendo ha contribuido a reducir la pobreza y ha tenido un impacto positivo en la economía local al aumentar el poder adquisitivo de los residentes. Sin embargo, también ha sido objeto de críticas debido a su dependencia de los ingresos del petróleo, lo que lo hace vulnerable a las fluctuaciones del mercado.

4. Irán: transferencias de efectivo universales

En 2011, Irán implementó un programa de transferencias de efectivo como sustituto de los subsidios a productos básicos. Este programa, que ha beneficiado a casi todos los ciudadanos iraníes, se acerca al concepto de RBU, aunque su implementación ha sido motivada principalmente por la necesidad de reformar el sistema de subsidios del país.

El programa ha ayudado a mitigar los efectos de la inflación y a reducir la pobreza en el corto plazo, pero ha generado desafíos económicos significativos, incluyendo un aumento en la deuda pública y presiones inflacionarias. La experiencia iraní subraya la importancia de considerar las condiciones económicas y sociales al diseñar e implementar programas de renta básica.

5. Kenia: renta básica en zonas rurales

En Kenia, la organización no gubernamental GiveDirectly ha estado llevando a cabo uno de los experimentos de renta básica más ambiciosos en zonas rurales desde 2016. Este programa proporciona a los participantes un ingreso diario de 75 céntimos de dólar, financiado por donaciones privadas.

Los resultados preliminares han mostrado mejoras en la nutrición, la salud y el bienestar general de los beneficiarios. Además, el programa ha fomentado la creación de pequeñas empresas y ha reducido la inseguridad alimentaria en las comunidades participantes. Este experimento es un ejemplo clave de cómo la renta básica puede ser utilizada como una herramienta eficaz en la lucha contra la pobreza extrema en contextos rurales y de bajos ingresos.

El debate sobre la Renta Básica Universal

El concepto de renta básica universal ha generado un intenso debate en la ciencia política, la economía y la sociedad en general. Sus defensores argumentan que la RBU puede ser una solución eficaz para abordar la pobreza y la desigualdad, especialmente en un contexto de creciente automatización y precariedad laboral. Afirman que al proporcionar un ingreso básico, se aumenta la libertad individual y se reduce la dependencia de empleos mal pagados o insatisfactorios.

Encuesta realizada en 2016. Fuente: Statista.

Por otro lado, los detractores señalan que la RBU podría desincentivar la búsqueda de empleo y aumentar la carga fiscal sobre el Estado. También cuestionan la viabilidad financiera de un programa tan ambicioso, especialmente en economías donde los recursos son limitados. Además, algunos estudios, como el reciente experimento en Estados Unidos financiado por Sam Altman, CEO de OpenAI, han mostrado que los beneficiarios de dinero incondicional tienden a trabajar menos, lo que ha alimentado las críticas contra la RBU.

¿Qué tiene para decir la Ciencia Política?

Desde una perspectiva de ciencia política, la renta básica universal plantea preguntas fundamentales sobre el papel del Estado, la redistribución de la riqueza y la justicia social. La RBU desafía las concepciones tradicionales de la asistencia social y sugiere un enfoque más universal y menos paternalista para abordar las desigualdades económicas.

Además, la RBU tiene el potencial de transformar las relaciones de poder en la sociedad. Al proporcionar a todos los ciudadanos un ingreso básico, se podría reducir la dependencia de los individuos de empleadores y del mercado laboral en general, lo que podría empoderar a las personas y permitirles tomar decisiones más autónomas sobre sus vidas.

Esto podría reconfigurar las dinámicas de poder entre el capital y la fuerza laboral, y abrir la puerta a nuevas formas de organización social y económica.

Por otro lado, la implementación de la renta básica universal podría alterar significativamente la relación entre los ciudadanos y el Estado. Al establecer un derecho universal al ingreso, el Estado asumiría un rol central en la garantía de la seguridad económica básica, lo que podría fortalecer la legitimidad del gobierno y la cohesión social.

Sin embargo, también podría generar tensiones sobre quién paga por el programa y cómo se distribuyen los recursos, especialmente en sociedades con profundas divisiones socioeconómicas.

Retos y consideraciones para la implementación

La implementación de una renta básica universal enfrenta numerosos retos, tanto prácticos como conceptuales. Uno de los principales desafíos es la financiación. Un programa de RBU requiere una fuente de ingresos sostenible y suficiente para cubrir a toda la población. Las propuestas para financiar la RBU varían, desde impuestos sobre la renta más altos hasta impuestos sobre el carbono o el uso de recursos naturales. Sin embargo, cualquier enfoque de financiamiento enfrenta la resistencia política y la complejidad técnica de equilibrar las cuentas públicas sin generar efectos adversos en la economía.

Además, la RBU también plantea preguntas sobre su interacción con los sistemas existentes de bienestar social. En algunos casos, podría simplificar y reemplazar programas de asistencia social complejos y costosos de administrar. Sin embargo, en otros contextos, la RBU podría coexistir con otros programas, lo que requeriría una coordinación cuidadosa para evitar duplicidades y asegurar que los más necesitados reciban el apoyo adecuado.

Otro reto importante es la aceptación pública y política de la RBU. Aunque la idea ha ganado popularidad, todavía existe una considerable oposición a nivel político y social, basada en preocupaciones sobre el costo, el impacto en el trabajo y las implicaciones culturales. Ganar el apoyo necesario para implementar una RBU a gran escala requerirá una combinación de evidencia sólida sobre sus beneficios y un enfoque cuidadoso para abordar las preocupaciones y mitigar los riesgos percibidos.

Esta publicación fue publicada originalmente por ES DE POLITOLOGOS

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