EDITORIAL: The New York Times
Nueva York– Para Michele Leonhart, la dirigente de la Administración AntiDrogas, no hay ninguna diferencia entre los efectos de la mariguana en la salud y aquellos de cualquier otra droga. “Todas las drogas ilegales son malas para la gente”, según le dijo al Congreso en el 2012, rehusándose a decir si el crack, las metanfetaminas o los analgésicos de receta son más adictivos o dañinos que la mariguana.
Su testimonio propiamente ilustra la enorme brecha que existe entre las anticuadas normas policiales federales y el claro consenso de la ciencia que dice que la mariguana es mucho menos dañina para la salud que la gran mayoría de las drogas prohibidas, y menos peligrosa que las altamente adictivas pero perfectamente legales substancias como el alcohol y el tabaco. La mariguana no puede ocasionar una sobredosis fatal. Hay muy poca evidencia de que cause cáncer. Sus propiedades adictivas, aunque están presentes, son muy bajas, y el mito de que induce a sus consumidores a probar drogas más potentes ya ha sido refutado.
Eso no quiere decir que la mariguana sea inofensiva; de hecho, la potencia de sus actuales variantes podría sorprender a aquellos que no la han probado desde hace varias décadas, particularmente cuando es ingerida en alimentos. Puede producir una seria dependencia, y su uso constante podría interferir con el trabajo y el desempeño en la escuela. Debe ser puesta lejos del alcance de los niños. Pero en balance, sus puntos negativos no son razón suficiente para imponer sanciones delictivas a las personas que la poseen, y menos en una sociedad que permite el consumo de la nicotina y celebra la bebida.
Los efectos negativos de la mariguana en la salud sirven como argumentos a la misma dura regulación que ha sido efectiva para frenar el abuso de las substancias legales. La ciencia y el gobierno han aprendido muchísimo, por ejemplo, sobre cómo mantener el alcohol fuera del alcance de los niños. Leyes obligatorias que prohíben a los menores de edad consumir alcohol y campañas efectivas de mercadeo han reducido el consumo del alcohol entre los menores al 24.8 por ciento en el 2011, comparado con el 33.4 por ciento que se registró en 1991. El consumo del cigarro entre los estudiantes de preparatoria se encuentra en su nivel más bajo, en gran parte gracias a los impuestos grabados al tabaco y las crecientes limitaciones municipales impuestas al tabaquismo. Ya existe cierta evidencia que la regulación también ayudará a combatir el uso de la mariguana entre los adolescentes, el cual registró una baja luego que Colorado comenzó a regular ampliamente la mariguana medicinal en el 2010.
Comparando los peligros
Al igual que con otras substancias recreativas, los efectos de la mariguana en la salud dependen de la frecuencia de su uso, la potencia y cantidad de la mariguana consumida, y la edad del consumidor. El uso casual entre los adultos posee un riesgo demasiado bajo para las personas que se encuentran en buena salud. Sus efectos son en su mayoría eufóricos y sosegados, mientras que el alcohol convierte a algunos bebedores en buscapleitos de cantina, abusadores domésticos y maniáticos detrás del volante.
Un comité científico independiente en Gran Bretaña hizo una comparación entre 20 drogas en el 2010 para analizar los daños que ocasionan a los consumidores individuales y a la sociedad en general por medio de la delincuencia, rompimiento familiar, ausentismo y otros desórdenes sociales. Haciendo un recuento de todos los daños juntos, el panel estimó que el alcohol era la substancia más dañina, seguido de la heroína y el crack de cocaína. La mariguana calificó en octavo lugar, registrando únicamente un poco más de la cuarta parte del daño total ocasionado por el alcohol.
Los científicos federales dicen que el daño causado por el alcohol y el tabaco es mayor debido a que estas substancias son legales; si la mariguana fuera legal y fácil de conseguir, según dicen, el número de personas que sufrirían algún daño por causa de esta substancia claramente aumentaría. Sin embargo, un estudio de 1995, de la Organización Mundial de la Salud, concluyó que incluso si el uso de la mariguana aumentara a los mismos niveles del alcohol y el tabaco, sería poco probable que se produjeran efectos de salud pública parecidos a aquellos que se originan por medio del alcohol y el tabaco en las sociedades occidentales.
La mayoría de los riesgos del uso de la mariguana son “de pequeños a moderados en tamaño”, según lo estipula el estudio. “En suma, es poco probable que produzcan problemas de salud pública comparados en escala a aquellos que actualmente son producto del alcohol y el tabaco”.
Mientras que el tabaco ocasiona cáncer, y el abuso del alcohol puede conllevar a una cirrosis, no existe una clara conexión causal entre la mariguana y alguna enfermedad mortal. Los expertos en el Instituto Nacional para el Abuso de Drogas, el ala científica de la campaña federal anti-drogas, publicó una reseña sobre los efectos adversos de la mariguana en junio, el cual señala que existen algunos riesgos de enfermedad, pero fue sorprendentemente sincero en reconocer que también existe una amplia gama de dudas al respecto. Aunque sus autores creen que la legalización expondría a más personas a los riesgos de la salud, también dijeron que no existe un claro vínculo de la mariguana con el cáncer pulmonar, y que el riesgo de contraer dicha enfermedad por fumar mariguana es menor que al riesgo que en verdad existe por fumar tabaco.
Las personas que más consumen mariguana pueden experimentar algunos síntomas de bronquitis, tales como una fuerte tos, pero el fumarla moderadamente posee riesgos mínimos. Un estudio del 2012 encontró que el fumar un porro al día por siete años consecutivos no llega a entablar una conexión con efectos adversos de función pulmonar. Los expertos dicen que la mariguana incrementa el ritmo cardiaco y el volumen de sangre que es pompeada por el corazón, pero tal efecto es más bien un riesgo para los consumidores de mayor edad, los cuales ya presentan dificultades cardiacas u otro tipo de problemas de salud.
¿Qué tan adictiva es la mariguana?
La mariguana no es adictiva en el sentido como lo es la heroína, la cual es una dolorosa y agonizante hazaña el poder suspender su consumo. Pero sí puede interactuar con los centros de placer del cerebro y puede crear un fuerte sentido de dependencia psicológica que según los expertos en adicciones puede ser muy difícil de superar. Los fuertes consumidores de mariguana encuentran que necesitan tomar dosis más altas para conseguir los efectos que desean. Cuando intentan dejarla, algunos registran síntomas de suspensión, tales como irritabilidad, dificultades para dormir y ansiedad, los cuales usualmente son descritos como leves.
La Sociedad Estadounidense de Medicina para las Adicciones, la más grande asociación de médicos especialistas en la adicción, presentó un informe en el 2012 oponiéndose a la legalización debido a que la “mariguana no es una substancia inofensiva y segura” y la adicción a la mariguana “es un serio problema de salud”.
Aún así, el problema de salud es mucho menos serio que el de otras substancias, legales e ilegales. El Instituto de Medicina, el brazo derecho de la salud de la Academia Nacional de las Ciencias, dijo en un estudio de 1999 que el 32 por ciento de los consumidores de tabaco desarrollan una dependencia, al igual que el 23 por ciento de los consumidores de heroína, el 17 por ciento de los consumidores de cocaína, y el 15 por ciento de los bebedores de alcohol. Pero sólo el 9 por ciento de los consumidores de mariguana desarrollan una dependencia.
“Aunque son pocos los consumidores de mariguana que desarrollan una dependencia, siempre son algunos”, de acuerdo al estudio. “Pero parece que hay menos probabilidades que estos desarrollen una dependencia que los consumidores de otras drogas (incluyendo el alcohol y la nicotina), y la dependencia de la mariguana parece ser menos severa que la dependencia de otras drogas”.
No hay necesidad de prohibir una substancia que tiene menos de la tercera parte del potencial adictivo de los cigarrillos, pero los gobiernos estatales pueden disuadir el alto consumo por medio de la grabación de impuestos, campañas educativas y ayudar a ofrecer tratamiento para aquellos que quieren dejarla.
El impacto en la juventud
Uno de los argumentos favoritos de los oponentes a la legalización es que la mariguana es el camino rumbo a drogas más peligrosas. Pero una amplia variedad de investigadores no han encontrado ningún factor causal que inste a los consumidores a querer subir los peldaños en la escala de las drogas más riesgosas. Mientras que 111 millones de estadounidenses han probado la mariguana, sólo una tercera parte de dicha cifra ha probado la cocaína, y sólo un 4 por ciento ha probado la heroína. Las personas que prueban la mariguana son más propensas a querer probar otras drogas que el resto de la población en general, pero eso no quiere decir que la mariguana los instó a ello.
La mariguana “no parece ser un umbral a otras drogas al grado de que se convierta en la causa o incluso en el más significativo indicador de un serio caso de drogadicción”, según dice el estudio del Instituto de la Medicina. Los verdaderos umbrales a las drogas son el tabaco y el alcohol, los cuales los jóvenes prueban por primera vez antes de probar la mariguana.
Claro está que es muy fácil para los menores conseguir mariguana, lo cual sigue siendo un problema bastante serio. El cerebro continúa desarrollándose hasta los 21 años de edad, y hay evidencia de que las personas jóvenes son más vulnerables a sufrir los efectos adversos de la mariguana.
Un estudio de muchos años en Nueva Zelanda, publicado en el 2012, encontró que las personas que empezaban a fumar en su adolescencia y continuaban durante su edad adulta perdieron en promedio ocho puntos de su coeficiente intelectual para cuando cumplieron 38 años, mismos que no pudieron restaurar. Un estudio canadiense, publicado en el 2012, también encontró una pérdida en el coeficiente intelectual entre los consumidores adolescentes que fumaban por lo menos cinco porros a la semana.
Pero el caso no está del todo cerrado. El estudio de Nueva Zelanda fue impugnado por un investigador noruego quien dijo que los factores socioeconómicos pudieron haber jugado un papel en la pérdida de coeficiente intelectual. Pero una reciente reseña hecha por expertos del Instituto Nacional para el Abuso de las Drogas concluyó que los adultos que fumaron grandes cantidades de mariguana durante su adolescencia mostraron que algunas de sus conexiones neuronales estaban estropeadas e interferían con el funcionamiento de sus cerebros. El uso frecuente de la mariguana a una temprana edad también está asociado al bajo desempeño escolar, el cual se ve reflejado en las bajas calificaciones, apatía y el abandono de la escuela, pero no se sabe si el consumo de la mariguana fue la causa de tales factores.
El restringir la mariguana y ponerla al alcance sólo de los adultos es más importante ahora, cuando los vendedores en Colorado están venciendo THC, el ingrediente activo de la droga, en barras de chocolate, galletas y en otros formatos comestibles que pueden ser atractivos para los menores. La experiencia en Colorado ha mostrado que las personas pueden ingerir de tal manera grandes cantidades de THC, lo cual puede producir aterradoras alucinaciones.
Aunque el uso de la mariguana ha registrado una baja entre los estudiantes de preparatoria por el transcurso de una década, en años recientes ha comenzado a aumentar, en contraste con los continuos declives en el consumo del cigarro y el alcohol. Las visitas a las salas de emergencia que enlistan a la mariguana como la causa principal de admisión a los hospitales superó los 455 mil casos en el 2011, un aumento del 52 por ciento en comparación al 2004. Cerca del 70 por ciento de los adolescentes en programas residenciales por abuso de substancias, administrados por Phoenix House, la cual opera centros de tratamiento de drogas y alcohol en 10 estados, enlistaron la mariguana como su primordial problema.
Estas son dificultades que los reguladores deben enfrentar en cualquier estado que opte por legalizar la mariguana. Pero son dificultades que ya conocemos, y serán más fácil para los gobiernos atender una vez que estos impongan fuertes regulaciones a la mariguana legal.
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