Al hacer ante la prensa el tradicional balance anual de su gestión al frente de Rusia, el presidente Vladimir Putin pidió este jueves paciencia a la población y dijo que, en dos años a la sumo, la crisis quedará superada y el país volverá a la senda del crecimiento económico porque “es inevitable”.
Pese a la caída de los precios internacionales del crudo, el mandatario ruso está convencido de que, más tarde o más temprano, cambiará la coyuntura económica y de que crecerá la economía mundial, lo cual hará que se requieran recursos energéticos adicionales, principal fuente de ingresos de Rusia que, en la actualidad, representan casi 70 por ciento de su presupuesto.
Tras el “martes negro” que propició el desplome del rublo en un 60 por ciento, el titular del Kremlin no consideró necesario dirigir un mensaje a la nación y decidió referirse al tema hasta hoy que, como cada año, se celebra una rueda de prensa multitudinaria, en la cual confluyen una mayoría de periodistas rusos de medios de la capital y de provincia, así como corresponsales extranjeros.
Para Putin, la caída del precio del petróleo –materia prima que como valor de referencia determina el presupuesto de Rusia sobre 98 dólares por barril, cuando en estos días apenas supera los 60 dólares– es positiva, ya que obligará a hacer lo que no se ha hecho desde que se desintegró la Unión Soviética, esto es, dejar de depender de los hidrocarburos y diversificar la economía.
No es la primera vez que el mandatario ruso menciona la perentoria necesidad de diversificar la economía. Por lo mismo, tampoco hay certeza de que esta vez pueda dejar de ser lo de siempre: meta adecuada que deviene consigna inalcanzable, con las inevitables consecuencias nefastas por los sectores más necesitados de este país hasta que alcancen las reservas del llamado fondo de bienestar popular.
Conformado por los excedentes de los años de bonanza petrolera, este fondo debe servir para mantener al mínimo el gasto social, aunque las autoridades ya advirtieron que tendrán que realizar recortes y despidos masivos, lo cual constituyen terreno propicio para la protesta en la sociedad.
El presidente calificó de “acertadas” las medidas del Banco Central, que el pasado martes subió la tasa de referencia anual del 5.5 por ciento al 17 por ciento, y enfatizó que la instancia reguladora no debe “quemar” sin sentido sus reservas, que ahora se sitúan en 419 mil millones de dólares.
Putin endosó a factores externos los males de le economía de Rusia. El colapso de los precios del petróleo afecta a muchos países, se entiende; las sanciones de Occidente, según reconoció hoy representan “25 ó 30 por ciento” del problema.
Por eso, dijo que las “dificultades actuales” no son el “pago por (anexarse) Crimea”, sino por defender la “soberanía” y la ”existencia misma” de Rusia.
Para explicarlo, volvió a usar la metáfora de Rusia como oso de la taiga siberiana, que nadie quiere dejar en paz y al que todos anhelan encadenar para “arrancarle los dientes y las garras”, que –aclaró– son “nuestro arsenal nuclear”.
El jefe de Estado ruso se preguntó por qué dicen que está bien que Estados Unidos “arrebate Texas a México” (cita textual) y que, en cambio, está mal que Rusia “mantenga para sí sola Siberia”.
Y a 25 años de la caída del Muro de Berlín, atribuyó el deterioro de la situación internacional a que Estados Unidos se creyó “el ganador” (de la guerra fría), un “nuevo imperio”, facultado para mandar sobre “los vasallos”, es decir, todos los demás.
De ahí, agregó, la construcción de otros muros, esta vez virtuales, como son la expansión de la Organización del Tratado del Atlántico Norte hacia el este y el emplazamiento en Europa de componentes del escudo antimisiles de Estados Unidos.
En ese contexto, el incremento de la actividad militar rusa, incluyendo los vuelos de bombarderos nucleares estratégicos en regiones alejadas de Rusia, es “una respuesta necesaria” a las actitudes agresivas de Occidente.
“A principios de los años 90 Rusia suspendió completamente los vuelos de la aviación estratégica en ciertas zonas remotas. Y los aviones estadunidenses con armas nucleares siguieron volando. ¿Contra quién?. ¿A quién amenazaban?”, se preguntó.
Respecto a Ucrania, Putin eludió contestar cuántos soldados y armamento ha enviado Rusia y se limitó a decir que quienes “han ido a combatir ahí, no son mercenarios porque no cobran por eso”.
La solución al conflicto armado de Ucrania, en palabras del titular del Kremlin, “sólo puede lograrse por medios pacíficos, nunca mediante el uso de la fuerza o el bloqueo económico” en las regiones separatistas del sureste del vecino país.
Dijo que Rusia sólo puede ejercer como mediador en ese conflicto y, de cara al futuro, expresó la esperanza de que en Ucrania “se reconstruya un solo espacio político”, pero afirmó que ahora nadie puede decir cómo será ese espacio.
Fuente: La Jornada