El presidente ruso, Vladimir Putin, en un mitin en febrero en el estadio Luzhniki de Moscú.
Nanna Heitmann para The New York Times.
La confianza del presidente ruso Vladimir Putin parece no tener límites.
Envalentonado por el fracaso de la contraofensiva de Ucrania y la falta de apoyo occidental, Putin insistió en que los objetivos militares de Rusia no habían cambiado.
El 19 de diciembre, en una conversación con los generales, el presidente se jactó de que Ucrania estaba tan rodeada que las tropas rusas que avanzaban hacían “lo que queremos”.
“No renunciaremos a lo que es nuestro”, prometió.
Luego añadió con desdén: “Si quieren negociar, que negocien”.
Pero en recientes esfuerzos diplomáticos detrás de escena, Putin ha enviado otra señal: está listo para llegar a un acuerdo.
Dos ex altos dirigentes cercanos a Putin dijeron que, al menos desde septiembre, Putin ha enviado señales a través de personas autorizadas de que está dispuesto a cesar el fuego para congelar los combates en los frentes actuales, muy lejos de su ambición de dominar Ucrania.
Funcionarios estadounidenses e internacionales recibieron mensajes de los enviados de Putin.
De hecho, según funcionarios estadounidenses, Putin también probó la idea de un acuerdo de alto el fuego un año antes, en el otoño de 2022.
Una tímida insinuación que nunca antes se había informado surgió después de que Ucrania derrotara al ejército ruso en el noreste del país.
Señalan que Putin ha dejado claro que está satisfecho con el territorio ocupado por Rusia y que está dispuesto a una tregua.