Es un hecho que las personas, empresas y los gobiernos no van al ritmo al que van la tecnologías, entre ellas la inteligencia artificial (IA).
Ante esto, diversos especialistas en la industria concordaron que por la rapidez con la que está siendo adoptada y el avance que pudiera tener en los próximos diez años, de no tener medidas, es un riesgo inminente para la humanidad, siendo el recorte de puestos el primer efecto pero llegando incluso hasta el control de la máquinas por sí solas, como en películas de ciencia ficción.
“Es necesario que marquemos estándares y que nos aseguramos de que estos sistemas los sigan. Es importante diseñar las reglas para protegernos a nosotros mismos”, señaló Jeroen Tas, CEO de la división de coches conectados de Philips durante un panel de los riesgos de las IA en el CES 2016.
Una de las principales tendencias de la edición 50 de CES, es la integración de inteligencia artificial en casi todo tipo de objetos, desde bocinas, smartphones y hasta autos.
Paul Daugherty, director de tecnología e innovación en Accenture, puso de ejemplo como la IA se ha desplazado rápidamente hacia el usuario final con tecnologías como Alexa de Amazon, la cual en esta edición de CES se encuentra ya integrada en diferentes dispositivos.
Daugherty ve que así como esta tecnología está llegando tan pronto a los usuarios, lo hará con las industrias.
“No hay duda que la tecnología es buena con la humanidad, lo que pasa es que esto está yendo tan rápido que no hay forma de medir cómo esto impactará en recortes de puestos. El hecho es que la tecnología ya está aquí”, dijo el ejecutivo.
Daugherty mencionó que lo que debe de hacer tanto la industria como los gobiernos es alistar a las personas para prepararse para tener un mejor empleo, pues agregó, es un hecho que la AI tocará a todo tipo de industria y a diversos empleos que van desde manufactura, agricultura y hasta financieros.
A finales de 2016, la administración del presidente Barack Obama publicó un reporte titulado “Preparemos para un futuro de inteligencia artificial” en el que si bien se aborda los beneficios, concluye que “existirán recortes en la próxima década como nunca antes por la posibilidad de automatizar los empleos que antes no se podía”.
La firma de investigación de mercado Tractica ve que para 2025 los ingresos por IA llegarán a los 36,800 millones de dólares, afectando casi a todas las industrias.
Vivienne Ming, doctora de neurociencia y quién aplica inteligencia artificial en sus estudios, ve necesario que desde ahora se forme una colaboración entre industria privada y gobierno para así determinar las bases a seguir en la preparación de los trabajos de la siguiente generación y no tome a nadie por sorpresa.
“No necesitamos más programadores, necesitamos visualizar qué vamos a requerir en el futuro y ver qué vamos a hacer en 19 años cuando esta tecnología esté adoptada y no podamos hacer nada”, agregó.
Tas fue un poco más crítico al respecto y mencionó que es necesario diseñar reglas y normativas que le den el poder al humano de incluso “desconectar” esta tecnología si ve un riesgo en las decisiones que pudiera tomar.
Fuente: Expansión