El pueblo español de Castrillo en la provincia de Burgos enterró definitivamente su apellido de Matajudíos para llamarse Castrillo Mota de Judíos. El Ayuntamiento propuso el cambio de nombre, por la connotación antisemita.
“Castrillo Mota de Judíos fue la denominación que más votos obtuvo, siendo la otra Castrillo Mota Judíos”, anunció el Ayuntamiento tras el cierre del colegio electoral.
La municipalidad de 60 habitantes aprovechó las elecciones al Parlamento Europeo para realizar la votación.
Participaron un total de 52 de los 56 vecinos empadronados, manifestándose a favor del cambio 29 ciudadanos y, en contra, 19 vecinos, contabilizándose cuatro votos nulos.
Sólo cuatro censados no votaron: uno por fallecimiento y los otros tres al encontrarse lejos de la municipalidad, subrayaron las autoridades.
“Estamos muy contentos porque votaron el 93 por ciento de los habitantes y tuvimos un apoyo mayoritario, la consulta se ha realizado dentro de un marco de total armonía y respeto; la gente ha podido opinar libremente a favor o en contra y aquí no hay ni vencedores ni vencidos. Vamos todos a una y seguiremos trabajando para legalizar el cambio de nombre, intentando explicar nuestras razones a los que votaron en contra”, declaró Lorenzo Rodríguez, Alcalde de la localidad.
El alcalde había señalado que el ya antiguo nombre no era el originario del pueblo, sino que obedecía a una evolución posterior.
“La expresión Matajudíos no correspondía con la sensibilidad e idiosincrasia del pueblo en la actualidad, ni con nuestra bandera, que incluye la estrella de David, debemos ser consecuentes”, remarcó Rodríguez, quien deberá esperar al próximo pleno del Ayuntamiento el 3 de junio para formalizar la solicitud pertinente y legalizar la nueva denominación, previsiblemente en un espacio de tiempo inferior a 12 meses.
“No preveo problemas para que el nuevo nombre se haga efectivo después de la mayoría obtenida en proceso democrático”, dijo.
La nueva palabra “mota” según una acepción recogida en el Diccionario de la Real Academia Española hace referencia a una eminencia de poca altura, natural o artificial, que se levanta sola en un llano.
El primer documento con el antiguo nombre data de 1627, más de un siglo después del edicto real español de 1492 que ordenó la conversión o exilio de los judíos.
Los judíos desterrados del pueblo se instalaron en una mota a 2.5 kilómetros de Castrojeriz, fundando una comunidad judía importante, de la cual nació el pueblo de Castrillo, que no registra ningún habitante judío en la actualidad.
Pese a que algunos judíos murieron en el lugar, los investigadores creen que el pueblo adquirió su nombre de residentes judíos que se convirtieron al catolicismo y que quisieron reforzar su repudio al judaísmo para convencer a las autoridades españolas de su lealtad.
Ya en 1965 hubo una iniciativa de cambiar el nombre de la localidad burgalesa por la de Castrillo de Cabezón, en honor al célebre músico ciego, nacido en Castrillo en 1510; pero no prosperó.
Fuente: AFP