Un grupo de científicos noruegos niega que el consumo, incluso vitalicio, de las drogas visionarias como LSD, mezcalina, psilocibina y peyote tengan efectos y cualquier consecuencia funesta en la salud mental de los consumidores.
“Más bien, en varios casos el uso de los psicodélicos fue asociado a un menor índice de problemas de salud mental”, afirman Teri Krebs y Pal-Orjan Johansen en un artículo publicado en la reciente edición de la revista PLOS ONE.
Los investigadores aprovecharon una base de datos conformada por las autoridades de Estados Unidos entre los años 2001 y 2004 que incluía a más de 130.000 personas residentes en el país norteamericano. Entre ellos los sondeos detectaron a cerca de 22.000 drogadictos que reportaron haber consumido psicodélicos durante años (alrededor del 13,4% de todos los encuestados).
Se tomaron en consideración todos los casos de trastornos mentales diagnosticados, de síntomas de ocho desórdenes psíquicos, como el pánico, el síndrome depresivo, obsesiones, agorafobia, fobias sociales, ansiedad, trastorno por estrés postraumático y las psicosis no afectivas. Fueron analizados los casos de hospitalización, observación ambulatoria, medicación recetada y otros tipos de tratamiento practicado, así como los casos en que los pacientes necesitaban tratamiento pero no lo recibieron.
La conclusión, obtenida estadísticamente, resultó sorprendente para los propios noruegos.
“No hemos encontrado que el uso de psicodélicos presente algún riesgo independiente para los problemas de salud mental”, resumen los investigadores. Ni incluso la estratificación por la edad, sexo, abuso simultáneo de otro tipo de drogas o la exposición a un evento especialmente estresante no alteraron de modo sustancial los resultados del análisis de la regresión.
Los autores admiten que del estudio únicamente quedaron excluidos los adultos presos y los que están en el servicio militar (cerca del 2% de la población). Y tampoco analizaron los efectos a corto plazo del consumo de LSD y otros tres psicodélicos, tales como las alucinaciones provocadas por esas sustancias.
Fuente: Rusia Today