Miles de mujeres marcharon el lunes por las calles de Río de Janeiro en protesta por la reciente votación de una comisión del Congreso que penaliza el aborto en Brasil, sin excepción.
Muchas de las manifestantes cargaron en brazos o sobre sus hombros a sus hijos, y gritaron: “¡Son nuestros cuerpos!”. Se registraron algunos enfrentamientos con policías una vez que la protesta llegó a la legislatura estatal de Río. La policía roció gas lacrimógeno, pero pronto se restauró la calma.
Actualmente el aborto es permitido en Brasil en casos de violación, un embarazo que ponga en riesgo la vida de la madre o cuando el feto presente anencefalia, un defecto en el que el bebé nace sin partes del encéfalo (cerebro, tallo y cerebelo). Sin embargo, la comisión del Congreso adoptó la semana pasada una medida que retiraría dichas excepciones, lo que provocó una indignación generalizada a pesar de que la mayoría de los brasileños tienen posturas conservadoras sobre el aborto.
Rodrigo Maia, presidente de la Cámara de Diputados, dijo que su cámara no aprobará ninguna prohibición al aborto que no cuente con una excepción en caso de violación. La medida es parte de una enmienda constitucional, por lo que se requeriría de una mayoría calificada en las dos cámaras del Congreso para su aprobación.
La protesta en Río fue una de varias organizadas en distintas ciudades de Brasil. En Río, las mujeres llevaban pancartas con leyendas como “útero laico” y “No merezco llevar al hijo de mi violador”. Otras manifestantes pidieron una legalización más extensa del aborto.
Aunque la ley brasileña impone restricciones severas al aborto, en la práctica las mujeres acaudaladas tienden a contar con acceso a procedimientos seguros en clínicas privadas, mientras que las pobres a menudo se someten a prácticas más riesgosas. Una encuesta académica que fue financiada parcialmente por el ministerio de Salud calculó que en 2015 más de 400.000 mujeres se practicaron un aborto en Brasil.
Fuente: AP