El presidente electo de México, Enrique Peña Nieto, realizó este martes una visita de 24 horas a Londres como parte de su segunda gira internacional desde que ganó las elecciones el 1 de julio, misma que incluyó un breve encuentro con el primer ministro británico, David Cameron y con su segundo, el liberal democrático Nick Clegg, un almuerzo en la ciudad financiera con empresarios, y grupos de manifestantes que protestaron en las calles por lo que clamaron fue un “fraude electoral”.
Peña Nieto arribó el lunes por la noche en medio de la lluvia a bordo del avión presidencial TP01 al aeropuerto internacional de Heathrow, donde fue recibido por el embajador mexicano en el Reino Unido, Eduardo Medina Mora, y por Gillian Ormiston, oficial de protocolo de la Oficina de la Cancillería de Gran Bretaña.
En su comitiva viajaba, además de su esposa Angélica Rivera, el coordinador general de transición gubernamental, Luis Videgaray Caso; el vicecoordinador de Asuntos Internacionales, Emilio Lozoya Austin, y su jefe de Comunicación, David López.
La visita de 24 horas comenzó este martes por la mañana, hacia las 10:00 hora local, cuando Peña Nieto fue escoltado por motociclistas de la Policía Metropolitana londinense hacia el número 10 de Downing Street, la residencia oficial en Londres de Cameron.
El jefe del gobierno británico salió de su residencia para recibir a mitad de la calle al futuro mandatario mexicano, y ambos se dieron un apretón de manos para los fotógrafos que se encontraban fuera.
Durante la reunión de 45 minutos, a la que el presidente electo llegó acompañado por Medina Mora; la embajadora del Reino Unido en tierra mexicana, Judith Anne MacGregor, y por un pequeño grupo de colaboradores, Peña Nieto y Cameron dialogaron sobre diversos temas, incluido elevar el intercambio comercial de manera sustancial entre las dos naciones, sobre las inversiones, educación y desarrollo sustentable.
El presidente electo, que asumirá su cargo el próximo 1 de diciembre para reemplazar al saliente Felipe Calderón, salió de la residencia oficial sin hacer declaraciones a la prensa, aunque del otro lado de la calle lo esperaba una veintena de manifestantes.
Algunos portaban pancartas y banderas mexicanas, con leyendas como “Fraude”, “Peña, los mexicanos ni en México ni fuera te queremos para presidente” o “La democracia en México es un fraude”.
Los activistas repudiaron la llegada de Peña Nieto a Londres, enfatizando las irregularidades denunciadas por la oposición en el reciente proceso electoral.
Hacia el mediodía, el político mexicano se trasladó en un auto blindado hacia Mansion House, en pleno corazón financiero, donde le fue ofrecido un almuerzo organizado por Fiona Woolf, alcaldesa electa de Londres.
Allí, Peña Nieto se encontró con un grupo de empresarios del sector de los bancos, energía y petróleo, entre los que estaban Geoffrey Fichte, Luis Peña y Douglas Flint, del banco HSBC; Andy Inglis, de Petrofac; Richard Ward, de Lloyds; Jonathan Evans, de BP; Ivan Ritossa, de Barclays; Alberto de la Fuente, de Shell; Aditya Mittal, de Arcelomittal; y Alexander Brennan, de De la Rue, todos ellos inversores actuales y potenciales, ante quienes detalló la reforma tributaria que buscará impulsar durante su gobierno para atraer más inversiones y generar más crecimiento.
Dijo que la imagen y proyección de México ante el mundo por el problema de la violencia “es peor quizá de la que se vive”, aunque aseguró que priorizará la seguridad pública, “que lamentablemente se ha agravado”.
Con respecto a la reforma tributaria, sostuvo que “además de establecer un sistema fiscal simplificado (…) le impone al gobierno un marco para una mayor rendición de cuentas y una mayor transparencia, y genera también mayores incentivos para la inversión” en México.
También indicó que dicha reforma “irá de la mano con una reforma del sistema de seguridad social porque tienen una íntima relación, una y otra, para lograr darle a los ciudadanos de mi país mayores beneficios”.
Sobre el área de comercio y con el objetivo de “alentar el crecimiento, la productividad y un mayor desarrollo”, Peña Nieto dijo que su gobierno buscará impulsar el libre comercio a partir de las relaciones y los tratados firmados en varios países.
“Mi propósito es que junto con la reforma de seguridad social se tenga la reforma hacendaria que haga posible, precisamente, establecer mínimo un nivel de bienestar social para todos los mexicanos”, subrayó.
Más tarde, el exgobernador del Estado de México se reunió con el segundo de Cameron, Nick Clegg, con quien habló sobre temas de gobierno y sustentabilidad, antes de regresar a la embajada de México en el Reino Unido, donde una veintena de personas se manifestaban fuera con pancartas y afiches.
Uno de los activistas, que prefirió no dar su nombre, llevaba un panfleto en el que se leía en inglés: “Tell everyone around the world that democracy in México is a fraud” (Dile a todos en el mundo que la democracia en México es un fraude). El volante citaba a los mexicanos en Londres a congregarse a las 8:45 horas fuera de Downing Street, entre las 16:00 y 19:00 horas frente a la embajada mexicana.
“Síguenos en @yosoy132Londres”, continuaba la nota, al advertir de una “demostración pacífica”. “Ven y únete, y gracias por tu solidaridad”, concluyó.
La gira de Peña Nieto a Londres coincidió con un artículo publicado en el periódico francés Le Monde y titulado “Para terminar con la pobreza en México”, en el que el presidente electo admitió que a pesar de los logros alcanzados por el país y los pronósticos alentadores sobre su futuro, muchos mexicanos siguen viviendo en condiciones de extrema pobreza, víctimas de la violencia y la corrupción.
“Vamos a promover una serie de reformas políticas y económicas encaminadas a mejorar el bienestar de los mexicanos. Las reformas que desde hace mucho tiempo aparecieron evidentes y necesarias pero que no se han concretado todavía”, señaló en la nota.
En el artículo, Peña Nieto dijo que la Reforma Laboral mejorará la flexibilidad del mercado sin ir contra los derechos laborales y destacó que los cambios de seguridad social transformarán el acceso a la salud para todos los mexicanos, que consideró “es un derecho inalienable”.
“También vamos a trabajar en iniciativas como las que ya se han presentado en el Congreso como son la lucha en contra de la corrupción y la transparencia del gobierno, por una democracia más pluralista con instituciones que fomenten la rendición de cuentas y lucha contra el abuso de poder y la impunidad”, agregó.
Según Peña Nieto “es mediante estos objetivos que México conseguirá ocupar el lugar que le corresponde en la historia del siglo XXI”.
“Nuestro objetivo será transformar a México en líder mundial en la difusión de la lengua española y sus productos culturales como el cine, la literatura, la radio, la prensa, la televisión y la educación superior. México, como el mayor país de habla española y la segunda más grande de América Latina tiene una responsabilidad considerable en el concierto de las naciones. Una responsabilidad que se asume con diligencia y compromiso gracias a los grandes cambios que pondremos en marcha.
“Buscamos entonces consolidar el diálogo con los países y las regiones que para nosotros son estratégicas como es el caso de Francia y Europa”, consideró.
El viaje del presidente electo mexicano por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) se inició el 11 de octubre en Berlín, donde se entrevistó con la canciller alemana Angela Merkel, y continuó el lunes en Madrid, donde se reunió, entre otros, con el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy.
En la última etapa de la gira europea, Peña Nieto viajará el miércoles a París, donde la agenda incluye, entre otros eventos, un almuerzo con el presidente francés, el socialista Francois Hollande.
Según el propio presidente electo, los temas que tratará en París serán los de derechos humanos, la educación, el comercio, la ciencia y la cultura, la tecnología y los avances de la democracia.
La primera gira internacional del presidente electo tras ganar las elecciones fue en septiembre pasado a América Latina, donde visitó Guatemala, Colombia, Brasil, Chile, Argentina y Perú.
Fuente: Proceso