López Obrador, abanderado presidencial de la colación Juntos Haremos Historia, recomendó a la “mafia del poder” a la que se refirió también como los “machuchones”, que piensen en cambiar a los candidatos José Antonio Meade y Ricardo Anaya. Al primero porque no levanta y al segundo porque está manchado de corrupción.
Andrés Manuel López Obrador, candidato de la coalición “Juntos Haremos Historia”, sugirió al PAN y al PRI reemplazar a Ricardo Anaya y José Antonio Meade por Diego Fernández de Cevallos y Aurelio Nuño Mayer, respectivamente, porque uno “está manchado de corrupción” y el otro simplemente “no levantó”.
En entrevista con reporteros que aguardaban en las puertas del Sindicato de Telefonistas de Mérida, donde se reunió en privado con la estructura de Morena, el tabasqueño advirtió que no hablará más de la “mafia del poder, ni de la prensa ‘fifí’”, porque no quiere engancharse en polémicas o caer en provocaciones.
No obstante, aprovechó la ocasión para recomendar “a los machuchones”, “en buena lid”, considerar la sustitución Meade y Anaya ahora que, según la ley electoral, todavía hay tiempo.
“Un consejo no se le niega a nadie”, expresó socarrón.
El exjefe de gobierno de la Ciudad de México insistió que en el caso del PRI “ahí tienen a Nuño, que está en posibilidades” de reemplazar a Meade, “porque no levantó”.
Añadió: “También le diría a los machuchones que cambien al del PAN”, Ricardo Anaya, “porque está manchado de corrupción y seguramente le van a salir más cosas; entonces podrían cambiarlo todavía, al del PAN”. Y en este caso propuso a Fernández de Cevallos.
“Ahí está Diego; es mejor el maestro que el alumno”, soltó.
El PAN y el PRI “tienen opciones”, dijo, y recalcó que sus oponentes “están muy bajos, no levantan y estoy notando que están muy nerviosos y se quieren desquitar con nosotros. Y, como diría el clásico: ‘¿yo por qué?’”.
Luego se quejó de la embestida de sus detractores a raíz de la “constitución moral” que ayer planteó y en la que hoy insistió.
“Estoy convencido que se necesita el bienestar material y el bienestar del alma”. La de México, apuntó, “no es sólo una crisis por falta de bienes materiales, es una crisis también por la pérdida de valores morales, espirituales y culturales”.
Por ello, recalcó en la necesidad de “impulsar una nueva corriente de pensamiento donde lo más importante sea la honestidad y el amor al prójimo”.
Aclaró que su planteamiento nada tiene nada que ver con lo religioso, “o tiene que ver todo con lo religioso, pero también con lo no religioso, son preceptos de antes del cristianismo”.
El candidato presidencial de Morena y los partidos del Trabajo (PT) y Encuentro Social (PES) recordó que tal planteamiento “lo hizo un liberal, Alfonso Reyes, que escribió una cartilla moral”, y consideró que por desconocimiento se descalifican las propuestas de la fuerza política que encabeza, porque muchos mexicanos “no tienen conocimiento de nuestra historia, y el que no sabe de dónde viene, tampoco sabe a dónde va”.
En México, subrayó, se requiere “impulsar la creación de un estado de moralidad, hay que moralizar al país”. Éste, siguió, “es un concepto religioso y de no creyentes también, porque los valores atañen a creyentes y no creyentes, honestidad, respeto, amor al prójimo”.
La idea, sostuvo, es fortalecer los valores, lo cual no significa que pretenda modificar la Constitución. “Esto está muy claro en mi propuesta y no hay ninguna confusión”, pero sus opositores, agregó, “andan muy nerviosos, nada les gusta, que se tomen un ‘amlodipin’”.
Insistió que, en lugar de atacarlo, el PRI y el PAN deben solucionar sus asuntos internos y sustituir a sus candidatos presidenciales para que haya una verdadera competencia, ahora que “todavía hay tiempo”.
Según el tabasqueño, a Anaya le saldrán más asuntos de corrupción “porque estuvo metido en los moches… es mejor que me hagan caso”.
Remató: “¡Imagínense al candidato del PAN alabando al candidato del PRI cuando era secretario de Hacienda porque de ahí salían los billullos para los moches!”.