Los aceites parcialmente hidrogenados, un tipo de grasas insaturadas, fueron una vez omnipresentes en la dieta estadounidense, incluyendo repostería, maíz inflado y comidas fritas. Ahora, consciente de sus efectos perjudiciales para la salud, la Administración de Alimentos y Medicinas se está deshaciendo de lo que queda de ellos.
La FDA anunció el jueves que va a requerir a la industria de alimentos que las elimine gradualmente.
Los productores ya han eliminado muchas de esas grasas, en respuesta a críticas de la comunidad médica y a leyes locales. Aun así, la FDA dice que librarse del resto – el estadounidense promedio aún consume alrededor de un gramo de esos grasos al día – pudiera prevenir 20.000 ataques cardiacos y 7.000 muertes cada año.
Pero no va a suceder de inmediato. La agencia va a colectar comentarios durante dos meses antes de determinar un cronograma para su eliminación total. Diferentes alimentos podrían tener diferentes cronogramas, dependiendo de la facilidad para encontrar substitutos para las también denominadas grasas trans.
“Queremos hacerlo en una forma que no cause problemas innecesarios en los mercados”, dijo Michael Taylor, subcomisionado de la FDA para alimentos. No obstante, dice, “la industria de alimentos ha demostrado que eso es algo factible”.
De hecho, la situación ha cambiado tanto de antemano que la mayoría de la gente no va a notar la diferencia en la comida que compra en mercados y restaurantes.
Científicos dicen que no hay beneficios de salud en los aceites parcialmente hidrogenados y que pueden elevar el nivel de colesterol “malo”, incrementando el riesgo de problemas cardiacos. Esas grasas son consideradas el peor tipo para el corazón, incluso peores que las grasas saturadas, que también contribuyen a los infartos.
Las grasas insaturadas son usadas en alimentos procesados y en restaurantes, a menudo para mejorar la textura, el sabor y la duración de los productos. Aunque han sido eliminadas de muchos productos, aún son encontrados en otros, como cortezas de pasteles y en glaseados para mantener su consistencia.
Algunos restaurantes también las usan algunas veces para freír. Muchas cadenas grandes las han dejado de usar, pero restaurantes más pequeños todavía piden a los proveedores alimentos que contienen estas grasas trans.
Las grasas se crean cuando se agrega hidrógeno al aceite vegetal para hacerlo más sólido, por eso se llaman grasas parcialmente hidrogenadas. La FDA no va contra las pequeñas cantidades de grasas trans que hay naturalmente en algunos productos lácteos y cárnicos porque sería demasiado complejo retirarlas y no son consideradas una amenaza importante a la salud pública por sí mismas.
Muchas empresas ya dejaron de utilizar las grasas trans, alentadas por las nuevas etiquetas nutricionales introducidas por la FDA en 2006 y por una creciente lista de leyes locales, como una en la ciudad de Nueva York que las prohíbe. En 2011, Wal-Mart prometió retirar para 2016 todas las grasas artificiales insaturadas de los alimentos que vende. Directrices recientes para los almuerzos escolares también prohíben que se sirvan en cafeterías de Estados Unidos.
Pero el apoyo está lejos de ser universal. Un sondeo a nivel nacional realizado por el Pew Research Center entre el 30 de octubre y el 6 de noviembre mostró que de 996 adultos encuestados, 44% están a favor de prohibir que los restaurantes utilicen grasas trans y 52% se oponen a la idea.
Aun así, los estadounidenses están comiendo mucho menos de esa grasa. De acuerdo con la FDA, la ingesta de grasas insaturadas entre los estadounidenses bajó de 4,6 gramos por día en el año 2003 a casi un gramo en 2012.
Otros países las han prohibido, entre ellos Suiza y Dinamarca. Hay países que han promulgado estrictas leyes de etiquetado.
Fuente: AP