El Senado rechazó el jueves por 57 a 43 votos una enmienda republicana que habría exigido al Departamento de Seguridad Nacional certificar el control efectivo de la frontera con México durante seis meses antes de que 11 millones de inmigrantes sin documentos puedan comenzar los trámites para su legalización.
El autor de la enmienda, el republicano por Iowa Chuck Grassley, quien justificaba su propuesta para aumentar la seguridad fronteriza ante las medidas que considera insuficientes en el proyecto de ley, criticó la votación en su contra como “una obstrucción que es la forma equivocada de comenzar el proceso de enmiendas en una legislación tan importante”
“Parece que la mayoría teme un debate abierto y votar a favor de una enmienda que garantiza una verdadera seguridad fronteriza antes de la legalización”, indicó. “Ellos dicen estar dispuestos a mejorar el proyecto de ley, pero esta votación demuestra que no están listos a cambiarlo fundamentalmente”.
Fue la primera enmienda sometida a votación por el pleno del Senado desde que inició el martes el debate formal de un proyecto de ley redactado por un grupo bipartidista de ocho senadores.
Los ocho autores del proyecto de ley votaron contra la enmienda, argumentando que demoraría indefinidamente el proceso de legalización. Ellos son los republicanos Marco Rubio por Florida, Lindsay Graham por Carolina de Sur, John McCain y Jeff Flake, ambos por Arizona, y los demócratas Dick Durbin por Illinois, Chuck Schumer por Nueva York, Bob Menéndez por Nueva Jersey y Michael Bennet por Colorado.
El proyecto bipartidista condiciona a un reforzamiento de la seguridad fronteriza la opción a la naturalización de los 11 millones de inmigrantes sin papeles que no tengan prontuario policial, que paguen multas por 2.000 dólares y que pasen 10 años con un estatus provisional que les permita trabajar y viajar al extranjero.
La votación 57 a 43 sugiere que los propulsores de la legislación necesitan seguir buscando votos para al menos alcanzar la cantidad mínima de 60 votos necesarios para su aprobación final.
De los 57 votos a favor de eliminar la enmienda, 50 fueron demócratas, cinco republicanos y dos independientes.
El quinto voto republicano a favor de eliminar la enmienda provino de la senadora por Alaska Lisa Murkowski.
Mientras que los 43 votos en contra de eliminar la enmienda de Grassley incluyó a los demócratas Joe Manchin por Virginia Occidental y Mark Pryor por Arkansas.
Se desconoce cuándo el Senado someterá a votación otras cuatro enmiendas, incluyendo dos que buscan aumentar los requisitos de seguridad fronteriza que debería cumplir el gobierno estadounidense antes de que los 11 millones de inmigrantes sin papeles puedan iniciar los trámites de su legalización.
Una exige la construcción de 700 millas de cerca fronteriza reforzada y otra persigue la implementación de un sistema de identificación biométrico en todos los puertos de entrada del país.
Hasta la noche del miércoles habían sido presentadas 61 enmiendas al proyecto de ley, pero se desconoce cuántas serán sometidas a votación.
Mientras el Senado sesionaba, una delegación de ocho niños cuyos padres están a punto o ya han sido deportados en el estado de Wisconsin imploraron el jueves a su senador, el republicano Ron Johnson, ayuda para aprobar la reforma migratoria.
Varios de los niños intentaron relatar las experiencias de sus familias y lo doloroso que les resultará el Día del Padre el próximo domingo, pero las lágrimas ahogaron sus voces de manera consecutiva mientras compartían una mesa redonda con Johnson.
Rigoberto Alvarado, un estudiante de secundaria en Green Bay nacido hace 15 años en Estados Unidos y cuyo padre fue deportado el mes pasado, le dijo a Johnson que “espero que pueda ayudar a todos los que no tienen documentos”.
Johnson les agradeció “que hayan venido hasta acá, porque viajar 15 horas en auto no es divertido. Sus lágrimas hablan por ustedes”.
Y sobre el proyecto de ley que debate el Senado, el senador republicano señaló que “hay realidades políticas que tenemos que entender. Algo que sea aprobado en el Senado, luego tiene que aprobarlo también la cámara baja, y yo estoy intentado enhebrar esa aguja”.
“Sé que las cosas no se están moviendo con la suficiente velocidad para ustedes, pero se mueven demasiado rápido desde el punto de vista del proceso legislativo”, agregó “Esta no es la manera de hacer salchichas”.
Senadores republicanos han advertido que exigirán endurecer la seguridad fronteriza e imponer condiciones más estrictas a quienes intenten legalizar su situación, mientras que los partidarios de la iniciativa creen que podrán obtener los 60 votos necesarios para que el proyecto sea aprobado en el Senado antes del 4 de julio.
Los demócratas ocupan 54 escaños en la cámara alta y los republicanos 46, pero varios oponentes dijeron que la aprobación no está asegurada.
Con ese fin, los creadores del proyecto intentarán aceptar las enmiendas de los conservadores sobre la seguridad fronteriza y otros temas para lograr la aprobación del proyecto pero sin endurecer demasiado el proceso de obtención de la ciudadanía para que la bancada demócrata no rechace esas enmiendas.
Mientras la comisión judicial de la cámara baja celebró el jueves una audiencia para analizar un proyecto de ley presentado por 17 integrantes de la bancada mayoritaria republicana que concedería a estados y condados la autoridad para aplicar leyes federales de inmigración y permitiría retener fondos a ciudades que desacaten los esfuerzos de las autoridades federales por aplicar leyes migratorias.
“No podemos limitarnos a asegurar la frontera. Debemos concentrarnos en la aplicación de leyes internas, o más específicamente qué hacer con los inmigrantes ilegales que atraviesan la frontera y con inmigrantes legales que violan las condiciones de sus visas”, indicó el presidente de la comisión judicial de la cámara baja, el republicano por Virginia Bob Goodlatte.
El proyecto de ley tipifica como crímenes que ameritan la deportación a integrar grupos criminales, conducir en estado de ebriedad, homicidio culposo, violación y no inscribirse ante las autoridades como un criminal sexual. Además prohíbe conceder beneficio migratorio alguno antes de que el beneficiario se someta a revisión de prontuario policial.
El principal demócrata en la comisión judicial, el representante por Michigan John Conyers, criticó el carácter estrictamente restrictivo del proyecto de ley y lo calificó como “alarmante” por “convertir a millones de inmigrantes indocumentados en criminales de la noche a la mañana”.
A diferencia del enfoque integral con que el Senado ha abordado la reforma migratoria, la mayoría republicana en la cámara baja ha mostrado preferencia por trabajar con proyectos de ley separados, tal como el presentado el jueves.
El representante demócrata por Illinois Luis Gutiérrez criticó la legislación porque su aprobación haría que “latinos y otros grupos étnicos piensen dos veces antes de llamar a la policía, perjudicando por lo tanto la seguridad pública”.
Además “aumentaría las leyes de categorización racial que grupos antiinmigrantes han logrado aprobar a nivel local y estatal”, escribió en un artículo de opinión el legislador de ancestros boricuas, integrante de un grupo bipartidista de siete legisladores que planea presentar en las próximas dos semanas un proyecto de ley negociado a puertas cerradas de manera interrumpida desde 2009.
El presidente Barack Obama exhortó el martes al Congreso a aprobar la reforma migratoria antes del receso veraniego previsto a partir del 2 de agosto.
Fuente: AP