Son, en especial, dos factores los que provocarán un mayor golpe a la moneda mexicana: el fracaso de las negociaciones entre Grecia con sus acreedores y su eventual salida de la zona euro, por un lado, y los temores sobre un posible anuncio de la primera alza de tasas de la Reserva Federal (Fed), entre septiembre y diciembre de este año, por el otro.
Pese a los mecanismos de intervención bancaria que ha implementado Banxico, la moneda mexicana ha alcanzado un precio de venta de 16 pesos en las ventanillas bancarias en menos de un mes, lo que sugiere que la divisa seguirá depreciándose frente al dólar estadounidense.
La depreciación del peso contra el billete verde se encuentra en su peor momento desde el efecto tequila, en 1994, cuando la moneda sufrió una fuerte devaluación en plena transición entre el gobierno de Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo, advierten especialistas consultados por Forbes México.
“México atraviesa un problema doble: si Grecia fracasa en sus negociaciones, el peso se verá afectado, y si no lo hace, de cualquier forma lo hará cuando la Fed haga el anuncio de su normalización monetaria. Sin duda, el Banco de México debe prepararse de una manera adecuada para evitar un colapso”, afirma Oliver Ambía, director del Departamento de Finanzas del Tecnológico de Monterrey campus Santa Fe.
A pesar de los intentos del Banco de México por contener la caída de la moneda mexicana, desde el 9 de diciembre de 2014, en que se anunció la subasta adicional de 200 millones de pesos diarios, el tipo interbancario máximo se ha promediado a la venta en 15.12 por dólar, lo que representa una depreciación de 8.4% del peso mexicano.
“Banxico ha quemado una gran cantidad de dinero en su intento por calmar el mercado, y aunque las autoridades están a la espera de que el precio del dólar se pueda contener, vemos que la divisa estadounidense sigue subiendo. En los próximos días se experimentará una mayor volatilidad, lo que propiciará que el dólar alcance los 17 pesos”, advierte Juan Carlos Minero, fundador de la firma de inversión bursátil Black Wallstreet Capital Partners.
¿Mecanismos de defensa?
Los expertos explican que debido a que en los mercados bursátiles no existen barreras y todos están conectados entre sí, cualquier acción que ocurra en otro país impacta directamente en todas las monedas, incluida la mexicana.
Tras varios días de fracasos en las negociaciones entre el gobierno presidido por Alexis Tsipras, primer ministro de Grecia, y sus prestamistas, el martes el Fondo Monetario Internacional (FMI) declaró al gobierno heleno en moratoria, debido a que no realizó el pago de 1,500 millones de euros que tenían fecha de vencimiento el 30 de junio.
La otra presión para el peso viene de la posible alza de tasas de la Reserva Federal de Estados Unidos, que ha sembrado una mayor incertidumbre. Un mercado laboral que comienza a dar señales de mejoría, así como mejores salarios y un mejor optimismo entre los consumidores, dan motivos para que el organismo comience con su normalización monetaria este año.
“Los mercados financieros han seguido con atención la evolución de la política monetaria en Estados Unidos y han actuado en consecuencia, por lo que no se descarta que gran parte de los efectos ya se hayan descontado en los precios. En estos momentos, la evolución de la crisis europea y la posibilidad del retorno de la recesión mundial pudieran tener un mayor impacto sobre el tipo de cambio y las finanzas de nuestro país”, explica Carlos Canfield, investigador de la Universidad Anáhuac.
Para defender al peso de esos dos frentes de volatilidad, el banco central mexicano, por recomendación de su Comisión de Cambios, ha utilizado tres instrumentos: la reducción del ritmo de acumulación de las reservas internacionales y la implementación de dos mecanismos de subastas de dólares: extraordinarias y diarias, las cuales tienen el objetivo de dar liquidez al mercado cambiario en periodos de alta volatilidad.
En el mecanismo de subastas extraordinarias, la Comisión, integrada por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y Banxico, anunció que a partir del 9 de diciembre, y hasta nuevo aviso, se ofrecerían 200 millones de dólares (mdd) sólo si ocurre una depreciación intradía de 1.5% o más.
“Este instrumento ya se ha utilizado con éxito en otros episodios de volatilidad transitoria en los mercados financieros, siendo su objetivo principal proveer de liquidez al mercado cambiario en caso de que ello llegara a ser necesario”, explicó el organismo en un comunicado al hacer el anuncio.
A la fecha sólo se han asignado 400 mdd a través de este instrumento, según datos del Banco de México.
El otro mecanismo, de subastas diarias, se implementó desde el 11 de marzo de 2015, en donde el banco central ofrece 52 mdd diarios mediante subastas diarias sin precio mínimo. En un principio, la medida estaría vigente desde la fecha del anuncio hasta el 8 de junio; sin embargo, a finales de mayo la Comisión dictaminó que el plazo se extendería hasta el 29 de septiembre de este año.
Asimismo, el organismo decidió continuar con la reducción del ritmo de acumulación de las reservas internacionales.
“Hasta el momento, los anuncios sobre una posible intervención en los mercados cambiarios y su actual instrumentación por parte del banco central no han tenido un impacto sustancial en el precio de la divisa estadounidense. El tipo interbancario sigue depreciándose”, dice Carlos Canfield, de la Universidad Anáhuac.
A pesar de los intentos del Banco de México por contener la caída de la moneda mexicana, desde el 9 de diciembre de 2014, en que se anunció la subasta adicional de 200 millones de pesos diarios, el tipo interbancario máximo se ha promediado a la venta en 15.12 por dólar, lo que representa una depreciación de 8.4% del peso mexicano.
Al cierre de 2014, el saldo de las reservas fue de 193,239 mdd. Tras 85 días de volatilidad en el mercado cambiario, Banxico ha utilizado 4,420 mdd en subastas diarias. Con la décima caída consecutiva, las reservas internacionales cerraron en 192,403 mdd en la cuarta semana de junio.
Con los acontencimientos recientes en Europa y la cada vez más fuerte presión sobre Grecia, la depreciación del peso, lejos de detenerse, ha empeorado. El lunes, la divisa estadounidense llegó a venderse en Banamex a 15.94 pesos, en Banorte cotizó en 15.85 pesos y en Santander se comercializó en 15.94 pesos.
Tras el acercamiento a los 16 pesos, Luis Videgaray, secretario de Hacienda, expuso que los mercados operaban en orden y con liquidez, a pesar de que la moneda registraba una caída. Además, aseguró que México cuenta con las condiciones para hacer frente a los eventos internacionales
Pero no todos comparten la visión optimista del funcionario. Para Oliver Ambía, del Tecnológico de Monterrey campus Santa Fe, “el peso mexicano podría dejar de ser una de las monedas más líquidas en América Latina en el corto plazo, lo que llevaría al tipo de cambio a tocar máximos de hasta 17 pesos”.
Fuente: Forbes