El Diario de Juárez fija este viernes una postura editorial tras el ataque con arma de fuego a sus instalaciones: “No aceptaremos que por el apremio de reflejar una simulada imagen de rapidez en la aplicación de la justicia ante los reclamos de dentro y fuera del país, se pudiera llegar al extremo de fabricar falsos culpables”.
El texto, intitulado “Juárez, bajo el escrutinio mundial”, y publicado en la portada de su edición impresa del viernes 8 de marzo, es el siguiente:
El ataque sufrido por El Diario en sus instalaciones la madrugada del miércoles, registrado en el contexto de agresiones recibidas por otros medios de comunicación y periodistas, ha vuelto a poner los ojos de México y el mundo sobre nuestra comunidad fronteriza.
Entendemos que intimidaciones de este tipo concitan la atención internacional a la vez que generan una fuerte presión de todos lados hacia las autoridades que tienen en sus manos investigar, esclarecer y detener a los responsables.
Es por ello que El Diario quiere precisar su postura editorial en el sentido de que, si bien exigimos –como lo hemos hecho en anteriores embates que hemos padecido– que se aplique una justicia expedita, también planteamos a las autoridades encargadas que realicen su trabajo con detenimiento y seriedad hasta que descubran y capturen a los que, sin lugar a dudas, sean los autores del atentado.
No aceptaremos que por el apremio de reflejar una simulada imagen de rapidez en la aplicación de la justicia ante los reclamos de dentro y fuera del país, se pudiera llegar al extremo de fabricar falsos culpables.
Las fiscalías estatal y federal, así como las corporaciones de los tres niveles han respondido y seguramente están haciendo lo posible por resolver este caso. Incluso han establecido vigilancia permanente en el exterior de nuestras instalaciones, lo cual agradecemos.
En El Diario estamos dispuestos a cooperar con las autoridades. Como no es la primera vez que somos el blanco de un embate de este tipo nos hemos estado preparando con protocolos de seguridad. Por eso pudimos proporcionar de inmediato a los investigadores los videos grabados por nuestras cámaras en los que se pueden observar con nitidez las acciones de los agresores.
Aun así, en estos momentos no queremos descartar ningún factor que pudiera repercutir en detrimento de la integridad física de nuestros trabajadores, y de nuestras instalaciones. En consecuencia, esta casa editora ha redoblado sus precauciones y sus medidas de seguridad.
Hemos estado analizando la información que publicamos en busca de algún detalle que pudiera haber provocado este atentado, sin embargo, después de discutirlo entre los editores aún no hemos podido establecer una causa específica.
Si bien somos conscientes de que al tratarse de una agresión contra un periódico lógicamente el hecho se erige en un ataque contra la libertad de expresión, no obstante, tampoco quisiéramos desechar ninguna posibilidad:
Es decir, que pudiera haber sido desde una auténtica embestida del crimen organizado al medio de comunicación, o un acto planeado para desestabilizar a las autoridades establecidas, hasta una provocación de delincuentes de poca monta.
Como tampoco quisiéramos descartar que necesariamente estén relacionados, unos con otros, los casos de agresión contra medios y periodistas que se han registrado en los últimos días.
Ya El Diario y quienes lo confeccionamos hemos pasado por la aberrante experiencia de que, en su momento, con el caso del asesinato de nuestro reportero Armando Rodríguez Carreón –que continúa impune, como el de Luis Carlos Santiago Orozco–, las autoridades en turno nos quisieron “vender” a un falso homicida para acallar nuestros reclamos y los del exterior.
Con base en lo anterior, reiteramos nuestro planteamiento de que, sin rechazar ninguna hipótesis, las autoridades investigadoras hagan su trabajo sin precipitación, porque tanto nosotros como la mirada nacional e internacional estamos pendientes de que se arreste a los verdaderos delincuentes y se aclaren sus reales intenciones.