Por qué Starbucks es una amenaza para los demócratas

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La aparición de Howard Schultz -el multimillonario expresidente de la cadena de café Starbucks- como un posible candidato independiente a la Casa Blanca en 2020 amenaza con golpear las posibilidades de victoria del Partido Demócrata frente a Donald Trump.

Si bien no tendría posibilidades de ganar, según la mayor parte de los sondeos más recientes, el lanzamiento de una candidatura independiente como la de Schultz arrebataría votos a los candidatos demócratas que buscan detener la reelección del Presidente Trump en 2020.

“Tengo una preocupación de que si (Schultz) compite, esencialmente estaría proveyendo a Donald Trump su mejor esperanza de lograr ser reelecto”, dijo a una televisora con preocupación Julian Castro, el ex Secretario de Vivienda, y primer demócrata en lanzarse como candidato rumbo a 2020.

De acuerdo con una encuesta del Emerson College de Massachusetts, la aparición de Schultz en la boleta electoral en el competido estado de Iowa podría inclinar la balanza en un duelo hipotético entre Trump y la Senadora demócrata Elizabeth Warren con 9 puntos de ventaja.

“Les prometo que no haré nada para que me puedan llamar un ‘aguafiestas'”, señaló Schultz en un evento en Tempe, Arizona el 30 de mayo, refiriéndose justamente a la posibilidad de pavimentar la reelección de Trump.

Mirando el espacio de una candidatura socialmente liberal y fiscalmente conservadora, el ex presidente del emporio de cafeterías anunció a fines de enero que estudia si se lanzaría lo que sería apoyado en su fortuna de 2 mil 900 millones de dólares, algo que no convence a expertos.

“En el Sur (de EU) tenemos un dicho: ‘Algunas personas tienen más dinero que sensatez'”, indicó a Reforma, Daniel Franklin, politólogo de la Universidad Estatal de Georgia en Atlanta

Con la candidatura del multimillonario texano Ross Perot en la elección presidencial de 1992 -quien terminó ganando 18 por ciento del voto popular-, un candidato independiente como Schultz enfrenta, sin embargo, graves desventajas estructurales que hacen casi imposible su victoria.

“Para un multimillonario con demasiado tiempo libre entre las manos y con apenas la suficiente arrogancia para creerse que él es inteligente, como le dicen (sus asesores) que es, el lanzar una campaña presidencial es buena para el ego”, agregó el politólogo Franklin sobre Schultz.

Y es que con el antecedente de 1992, Perot no logró ganar ningún Estado del Colegio Electoral -dividido entre Republicanos y Demócratas- y más aún, si Schultz lograra el milagro de ganar el Colegio Electoral, la Cámara baja tiene la última palabra de votar sobre el Presidente.

“Es muy temprano en el proceso, pero si Schultz comienza a contratar a profesionales experimentados y arma una infraestructura, entonces voy a creer que sí va a competir”, afirmó a REFORMA Spencer Kimball, profesor de comunicación en el Emerson College.

“Sin embargo lo que las encuestas han mostrado, como la nuestra en Iowa, es que la candidatura de Schultz provoca que la competencia (entre republicanos y demócratas) se vea más como la de 2016”, agregó, refiriéndose a una disminución en la actual ventaja del retador demócrata.

Con 65 años de edad y nacido en el área de Nueva York, es hijo de un chofer de camión y quien, tras graduarse de la universidad, se convirtió en un representante de ventas y eventualmente entró al negocio de cafeterías en 1979 donde inició Starbucks.

Pese a que ha mencionado su interés por el endeudamiento del sector público estadounidense, el contendiente no tiene aún una causa única -a diferencia de Perot, en los 90, decidido contra el libre comercio- y eso, según los expertos, podría ser uno de sus lados flacos.

“A menos que Schultz tenga una idea excepcional que vender (…) su candidatura no va a ser competitiva”, sentenció Franklin.

Fuente: Reforma

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