Impulsado principalmente por estudiantes universitarios, el movimiento social en Brasil se extiende a todo el país. ¿Por qué protestan? ¿Cuál es el papel que juegan las redes sociales?
El motivo de las marchas que en los últimos días protagonizaron miles de personas, incluyendo este martes 18, fue el aumento de costo del pasaje de autobús urbano, que en São Paulo pasó de 3 a 3.20 reales (de 1.40 a 1.50 dólares) y en Río de Janeiro de 2.75 a 2.95 reales (de 1.28 a 1.38 dólares).
Las manifestaciones han alcanzado las ciudades de Rio de Janeiro, Porto Alegre, Salvador, Fortaleza, Belem, Vitoria, San Pablo, Brasilia y Belo Horizonte. De acuerdo con Santiago Pérez, director de Equilibrio Internacional, en Rio de Janeiro, “el movimiento está encabezado principalmente por estudiantes universitarios quienes, por medio de las redes sociales, han coordinado muchas de las concentraciones”.
“Movilizaciones de este tipo no se veían en Brasil desde el movimiento Caras Pintadas que derrocó al ex presidente Collor de Melo en 1992”, afirma Pérez.
Para Amanda Castro, de 27 años y formada en Relaciones Internacionales, las protestas son una “demostración de democracia”. “Estaban reunidos integrantes de varios movimientos, feministas, sin techo, además de jóvenes estudiantes, y la clase media también apoyó. El aumento del precio del boleto fue apenas el disparador”, añade.
“Todo eso se despertó por el aumento de las tarifas de los autobuses, pero es una coyuntura política de aumento de los precios, de especulación, debido a los próximos encuentros deportivos, como son la Copa Mundial de la FIFA (Federación Internacional del Fútbol Asociado), en 2014, y los Juegos Olímpicos de 2016. Es un movimiento pacífico, pero efectivamente hay elementos vándalos y grupos anarquistas”, explica la joven.
Distintos análisis señalan que las masas fueron influenciadas por los recientes acontecimientos en Turquía, donde miles de personas protestaron en la plaza Taksim de Estambul, inicialmente en defensa de uno de los pocos espacios verdes de la ciudad. Poco a poco, las protestas fueron cobrando un fuerte tinte político y de crítica hacia la falta de consulta popular y contra la violencia permitida por el gobierno.
En Brasil, según Castro, “las personas salieron a las calles para oponerse a ese modelo desarrollista que el gobierno predica”, y con los ejemplos de Turquía, del mundo árabe y de la Europa en crisis, “están viendo que es posible luchar y hacer historia”.
Alexandre Rizzo, de 45 años, señala que “hacía muchos años no asistía a grandes movilizaciones como las que han ocurrido en estas últimas semanas”. “La última vez había sido en 1984, en ocasión de la campaña popular por el voto directo en el fin de la dictadura (1964-1985), en el mismo local donde tuvo lugar la manifestación de esta semana”, explica.
Según la Asociación Brasileña de Periodismo Investigativo, por lo menos 15 periodistas han resultado heridos por ataques de la policía durante las manifestaciones. La entidad condenó las agresiones a la prensa y llamó a castigar a los responsables.
