El plan del magnate estadounidense de unir al mundo bajo un único liderazgo liberal-democrático se enfrenta a una resistencia cada vez más feroz por parte de los gobiernos nacionales.
El Parlamento israelí, la Knéset, está debatiendo estos días un proyecto de ley que los medios locales denominan la “Ley de Soros”. De ser aprobada, bloqueará el flujo de dinero a varias organizaciones sin fines de lucro de la Open Society Foundation (OSF), fundada por el multimillonario estadounidense George Soros.
Esta fundación distribuye donaciones para la liberalización de los Estados en todo el mundo. Mientras tanto, el número de países donde sus actividades ya no son bienvenidas está aumentando continuamente. No obstante, hace aproximadamente un mes Soros transfirió a la fundación 18.000 millones de dólares.
Ya hace tiempo que el multimillonario -que ocupa 29º lugar de la lista de las personas más ricas del mundo de Forbes- se ha convertido en una persona ‘non grata’ en Israel, a pesar de su origen judío y de alguien que sobrevivió al Holocausto.
Anteriormente, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel emitió un comunicado en relación con Soros, afirmando que “este hombre una y otra vez ha tratado de socavar el Gobierno democráticamente elegido de Israel, al apoyar a diversas organizaciones que se dedican a difundir mentiras contra el Estado judío y tratan de privarlo del derecho a la autodefensa”.
“Un incendio mundial provocaremos”
En Rusia, la OSF desde el 2015 es considerada indeseable y sus actividades quedaron suspendidas. Su auge se produjo en la década de 1990, cuando el país se embarcó en el camino de las reformas liberales y democráticas. Serguéi Stankévich, politólogo ruso y un destacado político en aquella época, denomina al magnate estadounidense como el “Trotski del siglo XXI“.
“León Trotski deseaba una revolución mundial, él creía que había llegado el momento de unir a la humanidad bajo valores comunes, una idea común y un único gobierno. Trotski consideraba obsoletos los Estados nacionales“, ha recordado el experto en una entrevista concedida al columnista ruso Vladímir Ardáev.
“George Soros se mueve por una idea muy semejante: él cree que los Estados nacionales son un anacronismo y está convencido de que ha llegado el momento de unir a la humanidad bajo los valores democráticos y liberales y bajo un solo liderazgo liberal-democrático”, opina Stankévich.
Mientras que el prominente revolucionario soviético intentaba lograr sus objetivos a través de revoluciones y guerras revolucionarias, Soros cree que para alcanzar sus objetivos es necesario que en algún grupo crítico de países lleguen al poder gobiernos liberales democráticos, que luego unirán fuerzas y difundirán sus valores al resto del mundo.
“Sin embargo, sus actividades se enfrentan a una resistencia cada vez más feroz por parte de los Gobiernos nacionales. Esto sucedió en Rusia, está sucediendo ahora en muchos otros países del mundo, y el número de estos países está creciendo”, resume Stankévich.
Hungría
Así, la campaña contra Soros en Israel ha resultado ser el eslabón de toda una cadena: esta primavera ha estallado un escándalo relacionado con Soros en Hungría. En este país europeo fue adoptada la Ley de Educación que permitió cerrar la Universidad Central Europea (CEU), fundada y patrocinada por el multimillonario norteamericano.
Las inspecciones de instituciones educativas extranjeras en Hungría, incluida la CEU, revelaron una serie de violaciones en sus actividades.
El debate en torno de la ley fue acompañado por numerosas manifestaciones en el país: en defensa a la CEU se proclamaron varias organizaciones húngaras y extranjeras. Sin embargo, en abril, el presidente János Áder firmó la Ley de Educación con enmiendas que permitieron el cierre de la universidad.
La ley fue promocionada por el primer ministro húngaro Viktor Orbán, quien repetidamente había acusado a decenas instituciones financiadas por la OSF de intentar influir a la política de su país, sobre todo en su postura respecto al programa de migración de la UE.
Así, el multimillonario norteamericano acusó repetidamente al Gobierno húngaro de no recibir en el país a refugiados musulmanes. Tras estas acusaciones las protestas contra la injerencia de Soros en los asuntos internos se extendieron por todo el país.
Europa del Este
Uno tras uno, a la lucha contra el multimillonario Soros se han sumado varios Estados de Europa del Este. Así, las autoridades polacas se dispusieron a detenerla distribución en el país de dinero del fondo Batory, financiado por Soros, que desde Noruega transfiere a las ONG polacas fondos para lograr un cambio de gobierno para el 2020.
Solo en el 2014 Batory repartió entre las instituciones en Polonia unos 31,7 millones de euros. Las autoridades polacas subrayan que a pesar de tener como objetivo de sus actividades la “promoción de la democracia parlamentaria”, estas ONG arremeten contra los valores católicos tradicionales que son apoyados tanto por la mayoría de la población como por el Gobierno.
A su vez, el presidente de la República Checa, Milos Zeman, acusó a la OSF de Soros de intentos de interferir en los asuntos internos del país europeo.
También en Rumanía las fundaciones de Soros financian a cerca de 90 organizaciones que se dedican a actividades políticas cuestionables y organizan protestas. Al respecto, el Partido Socialista de Rumanía ya está llamando a establecer controles más estrictos sobre las organizaciones no gubernamentales.
Los políticos de Bulgaria, Serbia y Eslovaquia hicieron declaraciones similares en diferentes momentos.
Reino Unido
Uno de los países que sufrió los mayores daños provocados por las actividades de Soros fue el Reino Unido. En septiembre de 1992, el financista norteamericano ganó en tan solo un día más de 1.000 millones de dólares al realizar una gran operación en el mercado de divisas. Soros compró una gran cantidad de libras esterlinas y las cambió por marcos alemanes. Esto provocó la depreciación inmediata de la moneda británica y a Soros le llamaron “el hombre que hizo quebrar el Banco de Inglaterra”.
El colapso de la libra causó una crisis económica en el Reino Unido, los precios crecieron, el desempleo aumentó bruscamente. El país británico tardó varios años en superar dichas consecuencias.
Un nuevo ataque contra el Reino Unido ha tenido lugar hace pocos días. Esta vez, el objetivo era el propio Palacio de Buckingham. El Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación publicó materiales que atestiguan las inversiones en el extranjero de la Casa Real.
Aunque técnicamente estas acciones no entren en conflicto con la ley británica (los ingresos de la reina Isabel II no se agravan con impuestos), la imagen de la familia real recibió un golpe contundente. “No cabe ninguna duda de que tras la publicación de los ‘Papeles del Paraíso‘ está el multimillonario Soros, ya que su fundación OSF es el patrocinador más importante del consorcio”, indica el columnista.
Estados Unidos
En EE.UU., George Soros tradicionalmente cabildea los intereses del Partido Demócrata y gasta cientos de millones de dólares luchando contra los republicanos.
Además, el multimillonario invirtió una gran cantidad de dinero, unos 600 millones de dólares, en la campaña de reformas de la legislación estadounidense destinada a legalizar la marihuana y abolir las sanciones penales por consumo de drogas. Básicamente, sus donaciones fueron enviadas a la ONG Drug Policy Alliance, con sede en Nueva York.
A fines del pasado verano, en el sitio web de la Casa Blanca apareció una petición en la que exigen al presidente de EE.UU., Donald Trump, declarar “terrorista” al multimillonario George Soros.
Los firmantes exigen que las autoridades estadounidenses y el Ministerio de Justicia de EE.UU. declaren a Soros y a todos los miembros de sus organizaciones como “terroristas locales”. También insisten en que priven al multimillonario tanto de sus bienes personales como de los relacionados con sus organizaciones.
El texto de la petición señala que Soros “desestabiliza intencionalmente y permanentemente” la situación o intenta cometer “actos de violencia contra EE.UU. y sus ciudadanos”.
151.702 estadounidenses ya han firmado esta petición.
Fuente: RT