En Ciudad Juárez, México, el mejor burrito no tiene cinco estrellas, sino nueve Juangas.
Por Karen Zraick/ NYT
Ese sistema de calificación es en honor a Juan Gabriel, el ídolo musical recientemente fallecido que saltó a la fama en los años sesenta tras hacer su debut en los centros nocturnos de esta ciudad fronteriza (entre ellos el Noa Noa).
Los Juangas son repartidos por Garnachas, un grupo de Facebook con más de 80 mil miembros que busca crear la guía definitiva para los nuevos restaurantes que han aparecido en los últimos años.
Juárez alguna vez fue calificada como la capital del homicidio en México debido a la violencia de los carteles de drogas que asediaron a la ciudad, en particular entre 2008 y 2012. Varios negocios cerraron sus puertas pues la gente temía salir después de cierta hora y muchos prefirieron incluso mudarse a El Paso.
Pero la violencia ha disminuido en buena medida, y los nuevos restaurantes y cafés siempre están llenos. La cocina local es una mezcla fronteriza de burritos, tacos, costillitas, alitas y hamburguesas. Juárez asegura que es la ciudad en la que se originó el burrito, un platillo popular en Estados Unidos.
“La gastronomía estalló acá en Juárez. La gente estaba acostumbrada a comer en los mismos lugares, y luego aparecieron como cien establecimientos durante los últimos años”, dijo Daniel Vargas, de 34 años y uno de los fundadores del grupo Garnachas.
Vargas es un agente de bienes raíces que empezó la página de Facebook como una broma con sus amigos hace dos años y medio. El nombre es un apodo dado por los mexicanos a la comida callejera grasosa. Escogieron el sistema de calificación de Juanga porque el artista fue muy prolífico –su carrera duró cuatro décadas– y es universalmente adorado aquí.
El grupo reparte las calificaciones para establecimientos tanto de Juárez como su ciudad hermana en Estados Unidos, El Paso. Varios puentes unen las dos ciudades y muchos habitantes de Juárez cruzan para comer o trabajar. Garnachas tiene más de 60.000 reseñas y 150.000 fotografías.
La página no tiene financiamiento especial, aunque los encargados organizan premios anuales y juntan dinero para hacer camisetas y estampas. No aceptan que haya publicidad y borran cualquier reseña que no les parezca auténtica.
“Celebramos comiendo y bebiendo”, dijo Vargas. “Superamos la violencia, pero hay que mantenernos unidos”.