Por Daniel Burke
Las autoridades francesas siguen tratando de determinar qué causó que unos hombres armados atacaran las oficinas de una revista satírica en París. Sin embargo, de acuerdo con los medios franceses, los pistoleros gritaron: “¡hemos vengado al Profeta!” mientras irrumpían en la oficina.
La prohibición de retratar al profeta Mahoma comenzó como un intento de combatir la idolatría, que estaba muy difundida en la cuna árabe del islam. Pero en años recientes, esa prohibición ha adoptado una faceta letal.
Uno de los principios esenciales del islam es que Mahoma era un hombre, no Dios, y que personificarlo podría provocar que se adore a un humano y no a Alá.
“Todo surge de la noción de la idolatría”, dice Akbar Ahmed, quien preside el departamento de Estudios Islámicos en la Universidad Americana en Washington. “En el islam, la noción de Dios frente a cualquier representación de Dios o de cualquier personaje sagrado es muy fuerte”.
De cierta forma, el islam fue la reacción ante la cristiandad, que para los musulmanes se había desviado al concebir que Cristo no era un hombre, sino que era Dios. Ellos no querían que pasara lo mismo con Mahoma.
“El mismo profeta estaba consciente de que si la gente veía que retrataban su rostro, pronto empezarían a adorarlo”, explica Ahmed. “Así que él mismo se opuso a esas imágenes y dijo: ‘Soy simplemente un hombre'”.
Una amarga ironía es que los ataques a veces violentos en contra de las representaciones del profeta son una especie de idolatría inversa que venera (y mata por) la ausencia de una imagen, opinó Hussein Rashid, profesor de Estudios Islámicos en la Universidad Hofstra en Nueva York.
Charlie Hebdo, la revista satírica francesa que sufrió un ataque este miércoles, ha tenido una controvertida historia de representar a Mahoma, a menudo de forma poco favorable.
En noviembre de 2011, incendiaron la oficina de la revista el mismo día en la que publicarían un número en cuya portada aparentemente se hacía mofa de la ley islámica. En la portada se mostraba una caricatura del profeta Mahoma con barba y turbante que decía: “100 azotes si no mueres de risa”.
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En septiembre de 2012, mientras Francia cerraba embajadas en unos 20 países en medio del furor mundial que causó la cinta antiislam Innocence of Muslims (la inocencia de los musulmanes), la revista publicó un número en el que mostraba un cartón en el que aparentemente se representaba a Mahoma desnudo y en la portada había una ilustración en la que al parecer se veía a Mahoma en una silla de ruedas que empujaba un judío ortodoxo.
Un periodista de la revista, Laurent Leger, defendió en ese entonces a la publicación y dijo que las caricaturas no tenían el propósito de provocar ira ni violencia.
“El objetivo es reír”, dijo Leger a la televisora BFMTV en 2012. “Queremos reírnos de los extremistas… de todos los extremistas. Pueden ser musulmanes, judíos, católicos. Todos pueden ser religiosos, pero no podemos aceptar los pensamientos ni los actos extremistas”.
Pero para muchos musulmanes, las representaciones de Mahoma, a quien veneran no solo como profeta sino como ejemplo de moralidad, no son cosa de risa.
Las representaciones satíricas de Mahoma no son nada nuevo, aunque son muy modernas, dijo Rashid.
“En el contexto de Europa, en donde los musulmanes se sienten asediados en muchos países, estas imágenes no se consideran una crítica, sino un acoso. La violencia como reacción es claramente errónea y desproporcionada. Sin embargo, no se trata tanto de una ira religiosa, sino de venganza”.
Pero incluso en Estados Unidos, en donde los musulmanes están relativamente adaptados, los extremistas se han opuesto a que se retrate a Mahoma en South Park, el programa animado satírico, y al Día de Dibujar a Mahoma que surgió en consecuencia.
Mohamed Magid, imán que encabeza a la Sociedad Islámica de América del Norte, dice que la prohibición musulmana de retratar a los profetas se extiende a Jesús y a Moisés, a quien el islam considera profetas. En algunos países musulmanes se prohibieron las cintas Noé y Éxodo este año porque sus personajes principales eran profetas hebreos.
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En las mezquitas sunitas, la variante más grande de la religión, no hay ninguna clase de imágenes de personas. Los espacios a menudo se decoran con versículos del Corán.
“Está prohibido adorar a las pinturas y a las imágenes”, explica Magid.
Sin embargo, se han documentado casos en los que los musulmanes retratan al profeta, especialmente en las variantes no sunitas del islam, explica Omid Safi, profesor de Estudios Religiosos de la Universidad de Duke.
“Hemos tenido representaciones visuales del profeta en forma de miniaturas y pinturas en el contexto iraní, en el contexto turco, en el contexto de Asia central”, dice Safi, autor del libro Memories of Mohammed.
“El único contexto importante en el que las representaciones del profeta no han estado relacionadas con imágenes ha sido el contexto árabe”.
“Conforme te adentras en el oriente, lejos de la península Arábiga, encuentras representaciones del profeta en el arte”, dijo Johari Abdul Malik, imán del Centro Islámico Dar Al Hijrah en Falls Church, Virginia. Señaló que a veces se usaban imágenes de las enseñanzas del profeta para sortear la brecha del analfabetismo.
Pero incluso la representación de Mahoma por parte de artistas musulmanes ha sido un tema delicado.
Ahmed, ex embajador de Pakistán en Reino Unido e Irlanda del Norte, dice que los artistas musulmanes de los siglos XV y XVI retrataban al profeta pero se cuidaban de no dibujar su rostro.
“Era como si un velo le cubriera el rostro, así que los realmente ortodoxos no podían objetarlo… esa fue la solución que hallaron”, cuenta Ahmed.
En una cinta musulmana titulada El mensajero, que circuló en todo el mundo musulmán en las décadas de 1970 y 1980, se retrataba a Mahoma solo como una sombra.
Abdul Malik dijo que en el Corán “no hay una declaración del profeta en la que solicite que no se registre su imagen”.
Los pasajes relativos a la prohibición de crear imágenes de los profetas provienen del hadiz, un registro de los dichos del profeta Mahoma y sus compañeros más cercanos. El hadiz se considera secundario al Corán en cuanto a autoridad textual, pero los relatos, a menudo contradictorios, han causado siglos de debates dentro de la umma o comunidad musulmana.
Los estudiosos de la religión dicen que la oposición musulmana a la representación de Mahoma generalmente no se violó en los primeros siglos porque había gran distancia entre gran parte del mundo musulmán y Occidente.
En la era de la globalización, los no musulmanes y los detractores del islam se han sentido con derecho a retratar a Mahoma, incluso de formas insultantes.
En 2006, un caricaturista danés hizo una representación del profeta que llevaba una bomba por turbante y que tenía la mecha encendida, lo que provocó protestas en todo el mundo.
Ahmed dice que hasta hace relativamente poco tiempo, las representaciones de Jesús solían ser respetuosas, pero la cristiandad tiene una ventaja de muchas décadas cuando se trata de lidiar con representaciones negativas de Jesús en el cine y en el arte.
Fuente: CNN