Germán Martínez Cázares, quien llegó a presidir el PAN y a ser secretario de Estado en el sexenio de su paisano, Felipe Calderón, responde en entrevista las ineludibles preguntas sobre su repentino cambio de opinión respecto de quien fuera el archienemigo del calderonismo: Andrés Manuel López Obrador, a cuyo proyecto se sumó en días pasados. En alusión al PRI y a Peña Nieto, afirma que “el peligro para México afortunadamente ya se va”, y subraya que el candidato priista, José Antonio Meade, no tiene “ninguna posibilidad” de ganar. A Anaya lo considera de plano un “aprendiz”.
Por Álvaro Delgado/ Proceso
El primer municipio que ganó el Partido Acción Nacional (PAN) en su historia fue Quiroga, Michoacán, en 1947, donde 10 años después nació Germán Martínez Cázares, mano derecha de Felipe Calderón, también michoacano, quien como jefe del Ejecutivo lo llevó a la cumbre del poder como secretario de Estado y presidente de ese partido.
Luego de tres décadas de militancia, que inició inspirado en Manuel J. Clouthier, Martínez Cázares renunció al PAN para apoyar tajantemente el proyecto de Andrés Manuel López Obrador, el personaje al que más denostó antes y después de la elección presidencial de 2006, que oficialmente ganó Calderón.
–¿Antes de su decisión habló con Calderón?
–Habrá espacio para un diálogo sobre una decisión tomada.
–¿Qué piensa ahora de él?
–Es pasado. Yo estoy orgulloso, y con la frente en alto, de estar al lado de Andrés Manuel López Obrador. ¡Quiero que lo sepa él y que lo sepa el mundo!
–¿Y ya habló con Diego Fernández de Cevallos?
–Espero que él me comprenda.
Convencido de la “convocatoria moral” de López Obrador para regenerar el país y combatir radicalmente la corrupción, y dispuesto a convencer a la clase alta de que no le teman –“el miedo paraliza a este país”–, tiene la convicción “plena y absoluta” de que éste ganará: “¡Va arrollar! ¡También el pueblo de México sabe premiar a los tenaces y sabe castigar a los cobardes!”
Martínez Cázares está eufórico por ser candidato a senador de Morena, a invitación personalísima de López Obrador, quien lo recibió en su casa. Habló de todo con él, menos del pasado, de la elección “fraudulenta” de 2006 y el carácter “espurio” de Calderón.
“López Obrador no tiene los ojos en la nuca. Tiene los ojos al frente y no está pensando en el pasado, sino tratando de darle esperanza a un mañana”, subraya el abogado, quien advierte que el país está indignado y debe cambiar de rumbo para reconciliarse.
“¡Hay un enojo! ¡Yo soy producto de ese enojo! Estoy enojado con la manera en que nos están gobernando. Estoy profundamente indignado con el regreso del PRI y estoy ahora con Andrés Manuel porque es el que mejor encabeza la indignación y porque le quiere dar cauce y transformarla en esperanza.”
Vehemente, enfatiza: “Estoy convencido de que en eso no se equivoca López Obrador: encabeza una indignación, no la anima ni le está echando leña al fuego de la discordia. Al contrario, si me llamó a mí está poniendo las bases para una reconciliación y para darle esperanza a esa indignación. Su movimiento es pacífico, eso nadie se lo puede disputar”.
En amplia entrevista, la tarde del lunes 19, el abogado de la Universidad La Salle, de cuya Escuela de Derecho fue director tres años, afirma que López Obrador nunca ha sido “un peligro para México”, como el PAN, Calderón y él mismo lo llamaron desde 2006 –“fue mercadotecnia” –, pero sí lo es el PRI y Enrique Peña Nieto, quien “decepcionó y enojó”.
“El peligro para México afortunadamente ya se va”, dice y subraya que el candidato priista, José Antonio Meade, no tiene “ninguna posibilidad” de ganar.
–¿Ni con una operación de Estado?
–No se puede imponer ya a este pueblo de México, que ya sabe poner y quitar presidentes, a un presidente.
Sobre Ricardo Anaya, el candidato presidencial del PAN –el partido que él presidió poco más de un año hasta la derrota de 2009–, le da dimensión ante López Obrador con un ejemplo aéreo: “Yo me subiría a un avión con un capitán que tiene canas, no me subiría a uno con un aprendiz”.
Y a Margarita Zavala, quien es también virtual candidata presidencial “independiente” y es su amiga, sólo le desea suerte: “Nadie la debe minimizar en la boleta y de mí tendrá respeto democrático y una oposición leal, franca y llena de estimación”.
–En 2006 me dijo usted que Fox le fue leal al PAN. ¿Sigue pensando lo mismo?
–No. Fox es un desperdicio histórico para este país. Es incomparable el profundo sentido de la historia que tiene López Obrador con el “Alto Vacío”, como le decía Carlos Castillo Peraza a Vicente Fox.
Como todos los que comparan a López Obrador con el fallecido presidente de Venezuela Hugo Chávez y su sucesor, Nicolás Maduro, Fox se equivoca, precisa Martínez Cázares, quien le ve las cualidades de Michelle Bachelet y José Mujica, expresidentes de Chile y Uruguay, así como Lenin Montero, mandatario de Ecuador.
“Estoy convencido: Será una mezcla de Mujica, Bachelet y Lenin Montero, quien justo es el que acaba con el chavismo en Ecuador. Ese detalle no puede perderse de vista. Uno de los aliados de López Obrador es el presidente de Ecuador que acabó con el chavismo en su patria”, dice refiriéndose a la reunión que el tabasqueño tuvo con Montero en agosto de 2017.
El peligro salva
Discípulo de Castillo Peraza, quien comenzó a militar en el PAN cuando él nacía y que también renunció al mismo luego de tres décadas de militancia y de presidir su partido, Martínez Cázares lo evoca:
“Si de alguien me siento acompañado en este trance, si de alguien siento su cobijo y su sombra, es de Carlos Castillo, quien se fue del PAN y votó por la izquierda en su último voto: no votó por Fox, sino por Gilberto Rincón Gallardo.”
Y justamente Martínez Cázares recurre a Castillo Peraza y a su libro Disiento, con el que renunció al PAN por no estar de acuerdo con su conducción –como él también–, para tratar de conjurar el miedo que aún siente un sector de los mexicanos por López Obrador.
“Yo no soy ejemplo personal para nadie, pero quiero decir que mis decisiones personales no están tomadas con miedo, sino con libertad. El miedo paraliza a este país. Y aquí también cito a Castillo Peraza, que al final de su libro cita al poeta Hölderlin: ‘Porque donde está el peligro, allí nace lo que salva’.”
Exclama: “¡Yo me arrimé al peligro, porque ahí está lo que salva! ¡No el miedo, el miedo paraliza! Yo llamo a los jóvenes, llamo a los mexicanos y llamo a los panistas a que no guíen su conducta con el miedo. El valor supremo que tiene una persona, por encima de todo, es su libertad y se siente muy bien abanderarla. Yo me siento muy bien de decir que soy libre y que libremente apoyo y quiero que sea presidente de México López Obrador”.
Amigo de Tatiana Clouthier, hija del candidato presidencial del PAN en la elección de 1988 y ahora coordinadora de la campaña de López Obrador, Martínez Cázares se retiró de la actividad política tras la derrota del partido que presidía en 2009.
Había llegado al cargo, en 2007, tras 10 meses como secretario de la Función Pública y presentó su renuncia a Calderón, quien lo había impulsado para sustituir a Manuel Espino, el presidente del PAN en la elección de 2006 y quien también coquetea ahora con López Obrador.
–¿Por qué apoyar a López Obrador?
–Primero, no veo que haya adversarios para siempre y derrotas para siempre. Segundo, que me invitó, él fue el que tocó mi puerta. Tercero, que creo en la convocatoria moral para regenerar y combatir la corrupción, le creo, y cuarto, que no tiene ánimo de revancha contra nadie.
“Y también porque él no quiere quebrar al país, él no quiere que les vaya mal a los ricos de México, pero quiere que les vaya bien a los pobres de México. Creo en su discurso de inclusión. Creo que hay mexicanos que necesitan un ascensor social que no tienen. No creo en este país que se divide entre un México rico y un México pobre, un México de provincia y uno del centro, un México azul, otro amarillo. Yo no creo en eso. Yo le compro el discurso a López Obrador”.
–Hay seguidores de López Obrador que aún se sienten agraviados por el 2006, de cuya campaña de Calderón usted fue integrante. ¿Cómo procesar eso?
–Primero, valorar en su hondo significado lo que López Obrador está haciendo. Yo tiendo la mano a todos, como me la tendió López Obrador a mí. Y el hondo significado es que es, de verdad, un ejercicio de reconciliación.
“Segundo, este país no puede estar atormentándose una y otra vez en su pasado, no puede estar penando en la revancha de la Malinche para Hernán Cortés, ni puede estar pensando si fusilaron a Francisco I. Madero o si Diego Fernández de Cevallos quemó las boletas electorales o no. Calderón fue presidente de México y eso está en el pasado. Y López Obrador va a ser presidente de México y eso va a estar en el futuro.”
“Peligrosa derechización”
Maestro en derecho por la Universidad Complutense de Madrid, dos veces diputado federal y representante del PAN ante el Instituto Federal Electoral (IFE), antecedente del Instituto Nacional Electoral (INE), en las elecciones de 2000 y 2006, Martínez Cázares alertó sobre el giro a la extrema derecha, en 2005:
“Denuncio, advierto a los militantes de mi partido una peligrosa derechización de Acción Nacional. El partido tiene que ser tolerante con el adversario, muy firme en defender sus convicciones, pero siempre apreciando, primero, los temas de justicia con los más desfavorecidos; apreciando, primero, la virtud en comunidad, la responsabilidad social, las tesis que nos enseñaron Efraín González Morfín y Adolfo Cristlieb Ibarrola, y que yo aprendí en Carlos Castillo Peraza”, dijo en enero de ese año, antes del triunfo de Manuel Espino.
En 2005 era diputado federal y, según él, se opuso al desafuero de López Obrador como jefe de Gobierno, que promovieron Fox y Santiago Creel, hoy mano derecha de Anaya. “Gustavo Madero y yo, en la interna de la bancada del PAN, encabezamos la discusión para que no se le desaforara, y Juan de Dios Castro y otros nos ganaron la votación”.
La tercera es la vencida
Martínez Cázares niega haber sido impuesto como presidente del PAN por Calderón y se enorgullece de haber renunciado a la presidencia de este partido en 2009, tras su fracaso electoral, aunque, afirma, ganó “más diputados que Madero”.
En junio de 2015 publicó en la revista Nexos “PAN: Ética de la dimisión”, un artículo en el que detalló cómo fue su renuncia al PAN ante Calderón y reveló que ambicionó ser presidente de México:
“Con algunos de mis colaboradores había soñado convertir ese día lleno de triunfos en mi primer paso jubiloso rumbo a la candidatura del PAN a la Presidencia de la República. ¡Claro que por un momento me imaginé competir con Juan Camilo Mouriño por suceder al presidente Calderón!”
Martínez guarda silencio y, con voz lenta, dice: “Como que pasaba por la cabeza, pero… eso… más bien era la calentura del equipo que me acompañaba. Si hubieran sido buenos los resultados, a lo mejor –ríe–, a lo mejor, las circunstancias. Era más calentura del equipo que calentura del presidente”.
Finalmente dejó el PAN sin enviar carta de renuncia, pero se va agradecido:
“Le agradezco al PAN mis 30 años. Yo fui a gritar afuera de Televisa que abriera los noticieros para Manuel Clouthier. Por eso me siento muy cómodo y agradecido con Tatiana Clouthier. Ahí empecé. Y yo no tengo rebaño ni dinero para aportar. Y ahora veo con tristeza que muchos en el PAN prosperan con rebaños y con dinero. Yo soy solo”.
–¿En qué se convirtió el PAN en estos 30 años?
–Perdió su vocación de encabezar las causas populares, perdió su vocación de encabezar este descontento que genera el mal gobierno priista. El PAN es producto del desgaste de el sistema de partidos y no está entendiendo que está naciendo una nueva forma de participación política. Por eso me gusta el movimiento de López Obrador, porque incluye, se abre, se atreve, y el PAN perdió su vocación de atreverse.
–¿Qué tan responsable es usted como presidente del PAN, que llegó al cargo por decisión de Calderón?
–No, y se equivoca Diego Fernández de Cevallos en lo que dijo en la entrevista con Proceso: llegué por un acuerdo con un mexicano grande al que yo admiro, a quien no olvido y no olvidaré. Él me presentó en el Consejo Nacional y él era mi adversario, y yo generé un acuerdo con él: Carlos Abascal. Era muy fácil usar las mayorías y abusar de las mayorías, como ahora.
Este reportaje se publicó el 25 de febrero de 2018 en la edición 2155 de la revista Proceso.