La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, ha decidido cancelar su visita de estado a Washington programada para octubre, a raíz de las denuncias del espionaje supuestamente realizado por el servicio secreto de Estados Unidos al país sudamericano, según han anunciado fuentes del gobierno.
La visita de Dilma Rousseff a Washington, programada para el 23 de octubre, estaba considerada un hito en la relación entre los dos gigantes americanos, lo que llevó el presidente Barack Obama a llamar este lunes por teléfono a su par brasileña, para reiterar la invitación. Tal como recordó en mayo el vicepresidente estadounidense, Joe Biden, sería la única visita brasileña de estado prevista para este año en la capital norteamericana, con un programa que incluiría una cena oficial, uno de los máximos -y raros- honores que se concede en Estados Unidos a un mandatario extranjero.
Durante una visita a Río de Janeiro, Biden destacó que la decisión de elevar la visita de Dilma Rousseff al más alto nivel existente en relaciones diplomáticas bilaterales era un reflejo del deseo del gobierno de Barack Obama de iniciar «una nueva era» en las relaciones con el gigante sudamericano. Los buenos propósitos, sin embargo, no fueron suficientes para deshacer la seria crisis en las relaciones entre Brasilia y Washington que estalló después de las revelaciones de espionaje de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) norteamericana a ciudadanos en territorio brasileño, a la petrolera Petrobras y a comunicaciones de la propia Rousseff.
Las denuncias publicadas por la prensa local en base a documentos filtrados por el ex consultor del servicio secreto estadounidense Edward Snowden generaron honda indignación en el gobierno brasileño, que calificó de «inadmisible e inaceptable» el monitoreo de los contactos telefónicos y por e-mail de Dilma Rousseff con sus asesores. El malestar se agravó después de que se reveló que el espionaje también alcanzó a Petrobras, la empresa más importante del país y responsable del descubrimiento de gigantescas reservas de crudo y gas en aguas ultraprofundas de la llamada capa pre-sal del litoral brasileño.
«Si se confirman los hechos divulgados por la prensa, queda evidente que el motivo de los intentos de violación y de espionaje no es la seguridad o el combate al terrorismo, sino intereses económicos y estratégicos», afirmó la Presidencia de Brasil, en una nota oficial divulgada el 9 de septiembre. La semana pasada, el ministro de Exteriores Figueiredo Machado se reunió en Washington con la consejera de Seguridad de Estados Unidos, Susan Rice, pero las explicaciones que recibió -así como la invitación reiterada ayer por Obama- no han sido al parecer suficientes para convencer Rousseff a mantener su visita.
El espionaje realizado por la NSA estará entre los temas centrales del discurso que pronunciará Dilma Rousseff en la semana próxima, en la sesión de apertura de la Asamblea General de las Naciones Unidas, que históricamente es inaugurada por Brasil.
Fuente: DPA