A partir de este sábado los servidores públicos no podrán cabildear durante el ejercicio de sus funciones, ni los legisladores podrán aceptar dádivas por parte de alguna persona que realice esta actividad, establecen las nuevas disposiciones del Reglamento de la Cámara de Diputados.
Ello, según el acuerdo publicado por la cámara baja este viernes en el Diario Oficial de la Federación por el que se adicionan los numerales 3, 4 y 5 al Artículo 264, así como el 2 y 3 al 265.
El numeral 3 del 264 establece que además de los servidores públicos, tampoco podrán realizar cabildeo sus cónyuges ni sus parientes por consanguinidad o afinidad hasta el cuarto grado.
Esta semana, la Cámara de Diputados avaló con 457 votos a favor esta reforma que “les amarra las manos” a cabilderos, funcionarios, cónyuges y parientes hasta por cuarto grado en las gestiones de cabildeo, al tiempo que establece sanciones para quienes incurran en éstas.
Respecto al número máximo de personas acreditadas para esta actividad en la Cámara de Diputados, el numeral 4 indica que este será de 20 por cada comisión y dos por cada persona moral inscrita y en caso de que exista un número mayor de solicitudes, la Mesa Directiva acordará lo conducente.
En su numeral 5 señala que esas disposiciones serán aplicables a aquellos individuos que siendo ajenos a la Cámara, representen a una persona física, organismo privado o social y que no obtenga un beneficio material o económico en razón de dichas actividades.
Respecto a las dádivas, el numeral 2 del Artículo 265 señala que los legisladores o el personal de apoyo no podrán aceptarlas, ni tampoco pagos en efectivo, en especie, o cualquier otro tipo de beneficio por parte de persona que cabildee o participe de otro modo para influir ilícitamente en las decisiones de la Cámara de Diputados.
Toda infracción a esta norma será castigada en términos de las leyes de responsabilidades o la legislación penal, según corresponda, establece el numeral.
Las posturas en juego
El pleno avaló modificaciones a su reglamento interno, justo cuando el debate de la Reforma Hacendaria convirtió al recinto en escenario de representantes de las llamadas empresas de lobby.
Al fijar la postura del Partido de la Revolución Democrática, el Diputado Roberto López Suárez dijo que los cabilderos operan cotidianamente en los pasillos de la Cámara.
“Me atrevería a decir, sin temor a equivocarme, que en las corraletas hay cabilderos ahorita y otros están en el restaurante de esta Cámara de Diputados haciendo su trabajo y cobrando millones de pesos y dólares, sobre todo por los temas polémicos que conocemos”, acusó.
“La guerra que se tiene ahora entre algunas empresas del impuesto al refresco es una de las actividades principales que los cabilderos están realizando hoy en la Cámara y pareciera que no pasa nada”, lamentó López Suárez.
El presidente de la Cámara Baja, el panista Ricardo Anaya, consideró que era evidente el activismo de los despachos de cabilderos. Pero también aceptó que hasta ahora ningún Legislador ha presentado una queja formal por haber sido sujeto de presiones por parte de estos asesores.
“Mi llamado es a que nadie se deje presionar, que votemos lo que sea correcto y que nos quede claro que tenemos estrictamente prohibido recibir cualquier dádiva sea en especie o sea en efectivo. Quien la recibiera sería, sin duda, sujeto a sanciones severas”, expuso el legislador blanquiazul.
La promotora de la iniciativa fue la diputada de Movimiento Ciudadano, Merilyn Gómez Pozos.
Fuente: Sin Embargo