Por las medidas de confinamiento aplicadas para frenar la propagación de la Covid-19, ha disminuido el ruido sísmico proveniente del tráfico y el transporte –como autos, trenes y aviones–, de la actividad industrial, el movimiento de las personas y otras actividades humanas, lo que ha permitido aumentar la capacidad para detectar sismos y microsismos, señaló la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
En un comunicado, la máxima casa de estudios anunció que investigadores del Centro de Geociencias (CGeo) –campus Juriquilla– y el Servicio Sismológico Nacional (SSN) –a cargo del Instituto de Geofísica de la UNAM– trabajan en un proyecto internacional convocado por expertos de Bélgica para estudiar este fenómeno.
Los científicos apuntaron que la disminución registrada se relaciona con la reducción de la actividad humana. Ello porque “desde el inicio de la contingencia en México, a mediados de marzo, disminuyeron los niveles del ruido sísmico que se registran en una banda de frecuencia específica, en los días de la semana laborables”, indicó Raphael de Plaen, investigador posdoctoral del CGeo.
Antes de la pandemia ya había una red de alta densidad de sismómetros de bajo costo a cargo del científico Raspberry Shake instalada en Querétaro –ocho estaciones en la capital queretana de acuerdo con el responsable–, la cual arrojó un registro de una disminución del ruido sísmico del 40 por ciento, de acuerdo con el científico Víctor Hugo Márquez.
Lo anterior, indicó, ayudó a detectar un sismo ocurrido días pasados en la zona de Guerrero que no sería fácil de diferenciar o separar del ruido sísmico en las estaciones queretanas; sin embargo, a pesar de la distancia y la magnitud fue posible detectarlo sin la necesidad de filtros.
De tal manera que “si hubiera microsismicidad en la zona cercana a Querétaro los expertos también lo sabrían sin necesidad de recurrir a artificios matemáticos para encontrar entre todo el ruido, señales de origen tectónico”, explicó el científico Márquez.
A su vez, los investigadores que participarán en el estudio revelaron que también en Puebla y en la Ciudad de México ha habido una reducción del ruido sísmico, donde el primer estado registró un 50 por ciento, y la capital un 30 por ciento, en una estación ubicada en Ciudad Universitaria.
Por otro lado, el boletín de la UNAM señaló que la red se instaló inicialmente con el objetivo de realizar estudios de microzonificación sísmica para mejorar los códigos de construcción basados en las características del suelo y fenómenos naturales; no obstante, a partir del confinamiento los científicos se percataron de que la red también permite hacer otro tipo de monitoreo.
Finalmente, la Universidad destacó que “esta disminución progresiva del ruido antropogénico es una tendencia en el mundo, por lo que se convocó a más de 50 expertos de 26 países que utilizan datos de sismómetros, tres de ellos en representación de México y la UNAM para unir esfuerzos [en esta investigación]”.
Fuente: Contralínea