Por Antonio Turrent Fernández*
El 3 de septiembre, Eduardo Camacho publicó en El Universal una entrevista con el señor José Manuel Madero, director de Monsanto en México, efectuada recientemente en Boone, Iowa, en Estados Unidos.
El director de Monsanto-México describe los planes corporativos de la empresa para salvar a México de sus déficit de maíz y algodón y transformarlo en exportador neto, mediante su tecnología de transgénicos. Por razón de espacio, me referiré solamente al caso del maíz. Se argumenta que el plan Monsanto se apoya en los resultados de las fases, experimental y piloto, ya cubiertos en los estados de Sinaloa, Sonora, Coahuila, y Tamaulipas.
Los pilares del plan son: 1) la siembra de un millón de hectáreas de maíz transgénico a corto plazo en el norte del país, donde no se siembra actualmente debido a las plagas y falta de agua; esta nueva superficie se sumará a 2 millones de hectáreas en maíz ya tecnificadas con híbridos; 2) sembrar maíces transgénicos con resistencia a plagas del suelo y tolerantes a herbicidas, incorporando posteriormente el gen contra la sequía; 3) infraestructura a largo plazo para el manejo del agua de riego, así como infraestructura de transporte en preparación para la exportación de granos; 4) proteger los centros de origen del maíz, aunque no en todo el país, sino sólo aquellos lugares que fueran centros de origen y de diversidad.
El gobierno mexicano ha permitido que la información técnica de las fases experimental y piloto a que se refiere el director de Monsanto-México sea manejada como secreto corporativo. Los resultados experimentales y piloto no han sido expuestos al cotejo científico independiente, mientras el acceso a las parcelas experimentales y piloto fue ampliamente restringido en su momento. La comunidad científica independiente tampoco tuvo oportunidad de opinar sobre la suficiencia de resultados que justificaran el paso expreso de la fase experimental a la piloto y ahora a la comercial. La pregunta al gobierno mexicano sería si el manejo oculto de la información era necesario para los intereses de la nación o, ¿para quién lo era?
La oferta de maíz transgénico a que se refiere el director Monsanto-México se limita a las tierras de mayor calidad. Es cierto que en el norte hay un millón de hectáreas que no se siembran con maíz debido a la falta de agua (que no debido a plagas). En realidad hay mucho más (Coahuila, Nuevo León, Sonora, Sinaloa), pero son tierras de temporal limitativo donde sólo las razas nativas siguen dominando. Monsanto no tiene tecnología para esas tierras. En estos términos, el primer pilar de los planes de Monsanto es falso. En cuanto a los 2 millones de hectáreas ya tecnificadas, Sinaloa es un ejemplo para la parte de riego (480 mil hectáreas de 1.5 millones), donde ya se producen en promedio 12 toneladas de maíz por hectárea con híbridos de maíz no transgénico. Es muy poco probable que esos rendimientos fueran superables con el uso de maíz transgénico. La experiencia en Estados Unidos muestra que la promesa es falsa. Consúltese la liga www.biotech-info.net/Bt_corn_FF_final.pdf
El segundo pilar de los planes es el cambio a maíz transgénico resistente a plagas del suelo (promesa de que se reduce el uso de insecticidas) y adaptado al uso de herbicidas (el herbicida glifosato patentado por Monsanto sustituye a otros herbicidas). Hay evidencias cada vez más frecuentes de plazo mediano (10 a 15 años) en conflicto con estas aseveraciones. En Sudáfrica y en el estado de Iowa aparecieron ya poblaciones de plagas resistentes a las toxinas Bt; en Argentina y Estados Unidos han aparecido poblaciones de la mala hierba conocida como Zacate Johnson resistentes al glifosato. Véase la liga:www.ucsusa.org/food_and_agriculture/science_and_impacts/impacts_genetic_engineering/eight-ways-monsanto-fails.html
El gen contra la sequía es otra promesa de Monsanto que hasta ahora ha fallado, como se puede consultar en la siguiente liga referente a Estados Unidoswww.ucsusa.org/assets/documents/food_and_agriculture/high-and-dry-report.pdf
El carácter tolerancia a la sequía es de herencia cuantitativa que involucra centenares de genes. Es poco probable que el transgén de Monsanto sustituya a todos aquéllos. La pregunta es ¿cómo se comportó el evento de maíz híbrido Drought Gaurd en la actual gran sequía de Estados Unidos? ¿Qué superficie se sembró con esta supuesta maravilla?
El plan Monsanto no tiene vela en el entierro sobre desarrollo de infraestrucTura para riego, que es un plan de la nación. Finalmente, bien haría el director de Monsanto-México en enterarse sobre la conclusión de Conabio de que todo México es centro de origen y diversificación del maíz.www.biodiversidad.gob.mx/genes/proyectoMaices.html
El problema al que se enfrenta el gobierno mexicano es ponderar las promesas de Monsanto y los intereses de la nación. El gobierno sabe que Monsanto busca reproducir su capital en México, más que salvarlo de su déficit alimentario, mientras los riesgos que asume la nación son cuantiosos; que no hay camino de vuelta, ni hay garantía ni fiador ante un posible y probable incumplimiento de las promesas de Monsanto.
* Antonio Turrent Fernández es Investigador nacional emérito, presidente de la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad