Justo cuando está por terminar de acondicionarlo, la Presidencia de la República podría despedirse de su nuevo avión Boeing 787 Dreamliner.
La Secretaría de Hacienda recibió la indicación por parte del Ejecutivo de realizar un análisis de los beneficios que podría tener la venta de la aeronave, que en el presupuesto de la Defensa Nacional registra un valor total de 6 mil 979 millones de pesos.
“Se está realizando la evaluación conforme a lo que señaló el Presidente para tener un análisis razonado del tema”, indicaron fuentes de Hacienda.
Este análisis, sin embargo, no es garantía de que el avión presidencial -adquirido en 2012, a finales del sexenio de Felipe Calderón- vaya a ser revendido, si genera pérdidas.
El avión fue adquirido por Banobras, institución que lo entregó a la Sedena bajo un esquema de arrendamiento financiero a 15 años.
Banobras informó que el costo del Dreamliner fue de 231 millones de dólares, o 3 mil 119 millones de pesos, por una cobertura que le permitió un tipo de cambio de alrededor de 13.50 pesos, en noviembre de 2012.
Los 6 mil 979 millones de pesos es el valor máximo de registro que pagará la Sedena sumando el valor del equipo y la tasa de interés a 15 años, explicó una fuente del banco.
Expertos consultados consideran que el Dreamliner puede ser atractivo al mercado debido a los problemas técnicos que ha presentado su competidor, el Airbus 380.
En diciembre de 2014, el entonces IFAI instruyó a Banobras a entregar el contrato suscrito con Boeing para la adquisición del avión, dado que no era válido el secreto bancario.
En junio de este año, el ahora INAI, solicitó a la Sedena buscar en sus archivos la información relacionada con el nuevo avión con la finalidad de dar a conocer dónde ha estado la aeronave el último año.
Banobras afirmó que acatará esta resolución del INAI, igual que otras anteriores, aunque no detalló la fecha en que habría de hacerlo.
Además, se invirtieron 794 millones de pesos en la ampliación del hangar presidencial en el AICM.
Ese contrato fue otorgado mediante una asignación directa a Concretos y Obra Civil del Pacífico, filial de Grupo Higa.
La estructura fue modificada expresamente para que en él cupiera el Dreamliner.
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La Secretaría de Hacienda recibió la indicación por parte del Ejecutivo de realizar un análisis de los beneficios que podría tener la venta de la aeronave, que en el presupuesto de la Defensa Nacional registra un valor total de 6 mil 979 millones de pesos.
“Se está realizando la evaluación conforme a lo que señaló el Presidente para tener un análisis razonado del tema”, indicaron fuentes de Hacienda.
Este análisis, sin embargo, no es garantía de que el avión presidencial -adquirido en 2012, a finales del sexenio de Felipe Calderón- vaya a ser revendido, si genera pérdidas.
El avión fue adquirido por Banobras, institución que lo entregó a la Sedena bajo un esquema de arrendamiento financiero a 15 años.
Banobras informó que el costo del Dreamliner fue de 231 millones de dólares, o 3 mil 119 millones de pesos, por una cobertura que le permitió un tipo de cambio de alrededor de 13.50 pesos, en noviembre de 2012.
Los 6 mil 979 millones de pesos es el valor máximo de registro que pagará la Sedena sumando el valor del equipo y la tasa de interés a 15 años, explicó una fuente del banco.
Expertos consultados consideran que el Dreamliner puede ser atractivo al mercado debido a los problemas técnicos que ha presentado su competidor, el Airbus 380.
En diciembre de 2014, el entonces IFAI instruyó a Banobras a entregar el contrato suscrito con Boeing para la adquisición del avión, dado que no era válido el secreto bancario.
En junio de este año, el ahora INAI, solicitó a la Sedena buscar en sus archivos la información relacionada con el nuevo avión con la finalidad de dar a conocer dónde ha estado la aeronave el último año.
Banobras afirmó que acatará esta resolución del INAI, igual que otras anteriores, aunque no detalló la fecha en que habría de hacerlo.
Además, se invirtieron 794 millones de pesos en la ampliación del hangar presidencial en el AICM.
Ese contrato fue otorgado mediante una asignación directa a Concretos y Obra Civil del Pacífico, filial de Grupo Higa.
La estructura fue modificada expresamente para que en él cupiera el Dreamliner.