Los manifestantes y la policía protagonizan choques en la 13.ª semana de protestas del movimiento ‘chalecos amarillos’.
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Uno de los manifestantes del movimiento ‘chalecos amarillos’ ha perdido la mano este sábado, presuntamente por el estallido de una granada, durante las manifestaciones en París.
Según una fuente policial, citada por medios locales, esta persona (que no llevaba chaleco amarillo) recogió una granada lacrimógena para relanzársela a la Policía, pero detonó cuando la sostenía.
Por su parte, un testigo relató que el hombre “solo estaba mirando” mientras un gran grupo de personas vestidas de negro estaban tratando de tirar la puerta abajo para entrar en la Asamblea Nacional.
Entonces, llegaron los gendarmes y comenzaron a lanzar granadas, que “definitivamente no eran granadas para dispersar a los manifestantes”. Cuando una granada voló bajo los pies del hombre, “por instinto” trató de arrojarla desde allí con la mano y la golpeó, causando que “explotara”, explicó el testigo.
Un equipo de la agencia Ruptly que transmitía en vivo desde el lugar de los hechos logró captar impactantes imágenes del suceso. Comentaron que la situación “era tensa” y que había gas lacrimógeno “por todas partes”, cuando escucharon una explosión y corrieron hacia un grupo de personas entre las que se encontraba el manifestante herido.
Los médicos rodearon rápidamente al hombre herido para proporcionarle tratamiento de emergencia antes de que los bomberos lo trasladaran al hospital.
Los manifestantes y la Policía protagonizan choques en la 13.ª semana de protestas del movimiento ‘chalecos amarillos’. Los agentes han utilizado gas lacrimógeno para dispersar a la multitud antes de que estallaran los primeros enfrentamientos.
El patio del Palacio de Bourbon, sede de la Asamblea Nacional, se ha convertido en escenario de un tenso choque, a raíz del intento de los manifestantes de derribar las vallas frente al palacio.
Víсtimas de las protestas
Más de 58.000 personas en todo el país —entre 10.000 y 13.800 en París— tomaron parte en la acción de la semana anterior, durante la que resultaron heridos al menos 1.700 manifestantes y 1.000 agentes de la Policía en distintos enfrentamientos.
Desde que comenzó la revuelta, se han registrado varias muertes relacionadas con los enfrentamientos en las calles francesas. Al menos diez personas perdieron la vida en accidentes de tráfico vinculados con las manifestaciones, mientras que una mujer de 80 años que no participaba en las protestas murió al impactar en su cara una granada de gas lacrimógeno que se introdujo en su domicilio de Marsella el pasado 1 de diciembre.
Las manifestaciones de los ‘chalecos amarillos’ estaban motivadas originalmente por el aumento planificado del impuesto sobre el combustible. Sin embargo, pese a que el Gobierno del presidente Emmanuel Macron anuló ese incremento, las protestas se han convertido en un movimiento más amplio dirigido contra de las políticas oficiales y sus reformas económicas.
En el plano general, los manifestantes se quejan de los impuestos exorbitantes, de los bajos salarios y de la incapacidad de encontrar un trabajo bien remunerado, al tiempo que acusan a las autoridades de alejarse de la gente y trabajar en beneficio de las personas más ricas del país.
Fuente: RT