Pierde fuerza tabú de la mariguana en la política de EU

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Los precandidatos de ambos partidos han aceptado donativos de empresarios de la nueva industria del cannabis, la cual invierte grandes sumas en activismo político como una vía para ampliar la despenalización y consiguió que uno de ellos de importancia, Rand Paul, asistiera el mes pasado a una muestra del sector.

Diversos aspirantes tanto republicanos como demócratas han dicho que no interferirán con los estados que legalicen una droga que continúa prohibida en la ley federal. Y en reuniones efectuadas por los conservadores para discutir sobre políticas, los republicanos han examinado si deben reducirse las sentencias relacionadas con las drogas.

Veinticinco años después de que Bill Clinton confesara que probó la marihuana e insistiera en que no la inhaló, los tabúes en torno a la yerba han declinado en los niveles políticos más altos y al parecer ha ocurrido igual entre el público.

“Cuando era joven era un suicidio político que algún candidato hablara de la despenalización del cannabis”, dijo Tim Cullen, propietario de Colorado Harvest Co., una cadena de dispensarios en los que se expende marihuana con fines médicos y recreativos.

Cullen asistió el mes pasado a un acto de recaudación de fondos de la aspirante a la candidatura presidencial demócrata Hillary Rodham Clinton en Nuevo México, y le preguntó sobre su postura en torno a la legalización de la marihuana.

“Aparentemente no es hostil a la idea, lo que constituye un gran avance”, señaló Cullen. “Cuando menos está dispuesta a conversar abiertamente sobre el tema”, agregó.

Una leve mayoría de estadounidenses, 53%, opinó que la droga debería ser legal, de acuerdo con un sondeo efectuado en marzo por el Centro de Investigaciones Pew.

Hasta hace poco, en 2006, menos de un tercio de los estadounidenses apoyaba la despenalización de la marihuana, según la Encuesta Social General.

Los políticos han cambiado de postura, aunque lentamente.

Los precandidatos presidenciales republicanos Jeb Bush, Ted Cruz y Rick Perry figuran entre quienes afirman que los estados deben decidir las leyes sobre la marihuana, aun cuando consideran una mala idea la despenalización.

En junio, Paul se convirtió en el primer aspirante presidencial importante de un partido que asiste a un acto de recaudación de fondos con la nueva industria de la marihuana, donde cortejó a unos 40 donantes en Denver.

Fuente: AP

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