Decenas de miles de personas procedentes de toda España se manifestaron en Madrid. Muchos de ellos, reclamaban “Pan, trabajo, techo y dignidad” en la víspera de unas elecciones regionales en Andalucía consideradas una prueba ante el descontento social.
En un país donde casi 24 por ciento de la población no encuentra empleo pese a un crecimiento de 1.4 por ciento del PIB en 2014, tras cinco años de recesión o estancamiento, organizaciones como la Cruz Roja o Cáritas tienen que ayudar aún a cientos de miles de personas que viven bajo el umbral de la pobreza.
“Habiendo miles de casas vacías sigue habiendo desahucios a diario, habiendo toneladas de comida que se tira hay gente que sigue pasando hambre, la brecha entre ricos y pobres sigue creciendo”, denunciaba Juan Antonio Laso, un manifestante de 28 años de edad, procedente de Extremadura, al suroeste de España.
Marchó por tres días junto a sus compañeros, otros manifestantes lo hicieron durante 12 para llegar a la capital.
Algunos viajaron en autobús, como Antonio Colmenar, de 41 años, procedente de Sevilla, la capital de Andalucía, bastión del Partido Socialista al sur del país, donde mañana se celebran elecciones regionales anticipadas.
“Hoy es un día para reivindicar nuestros derechos”, decía este militante de una asociación contra los desalojos, asegurando que en los comicios andaluces votará a Ciudadanos o Podemos, los dos partidos centrista y de izquierda radical respectivamente, que amenazan con poner fin al bipartidismo español de los últimos 30 años.
Las políticas de austeridad aplicadas desde la llegada al poder del conservador Partido Popular, a finales de 2011, con recortes de 150 mil millones de euros en gasto público, principalmente en sanidad, educación y ayudas sociales, provocaron en 2012 un clima social muy tenso y masivas manifestaciones de protesta.
Después, la movilización se fue apagando. Hasta que el 22 de marzo de 2014 se celebraron por primera vez las Marchas por la Dignidad, convocadas por plataformas sociales, sindicatos y pequeños partidos de izquierda, que reunieron en Madrid a decenas de miles de personas.
Tras aquella protesta se produjeron duros enfrentamientos entre policías y algunos manifestantes. Aquellos choques, poco habituales en España, se saldaron con 101 heridos, de los cuales 67 eran policías y 34 manifestantes, y 24 detenidos.
‘Emergencia social’
Un año más tarde, nueve columnas reagruparon a todas regiones para marchar bajo la lluvia hasta la céntrica plaza de Colón ondeando una marea de banderas republicanas.
Gritaban “Viva la lucha de la clase obrera” o “Pueblo de Madrid movilízate, y a estos sinvergüenzas párales los pies”, en referencia a la multiplicación de escándalos de corrupción que indigna a la población en un país que desde el inicio de la crisis en 2008 vio a cientos de miles de familias perder su empleo y su vivienda.
Esta situación ha contribuido al auge meteórico en los sondeos de Podemos, aliado del griego Syriza, que denuncia a las élites política y económica y encabeza las intenciones de voto de cara a las legislativas de finales de año.
“Espero que el cambio va a empezar en este país”, afirmaba Pilar García Dorado, una manifestantes de 54 años, que lucía una insignia de ese partido antiliberal surgido hace poco más de un año.
Otros manifestantes denunciaban la reforma laboral, la educativa o el proyecto de imponer fuertes multas por celebrar protestas no autorizadas.
“Nos movilizamos por la situación de los jóvenes, porque en Extremadura es de hasta 60 por ciento el paro juvenil”, afirmaba Laso, quien perdió su trabajo en un diario regional hace dos años y desde entonces no encuentra empleo.
Junto a él, las pancartas pedían: “Empleo digno”, “Vivienda digna, para todos y todas” y “Servicios públicos y de calidad”.
“Vivimos ahora mismo un estado de emergencia social en el que estamos pagando con nuestras vidas los desmanes de los bancos”, denunciaba por su parte Cecilia Salazar, profesora de Filosofía de 54 años, indignada, como muchos, por el rescate europeo de 41 mil millones de euros a la banca española.
Fuente: AFP