En un año de gobierno deberá reducirse la violencia, dice Peña. Ese lapso deberá tomarse para evaluar la eficiencia de la estrategia, apunta. La nueva política en la materia no puede enmarcarse hacia cierta región o ciudad, señala desde Roma.
Al cumplirse un año de la actual administración podrían empezar a verse los primeros resultados favorables: ‘‘una reducción sensible’’ de la violencia a partir de la estrategia de seguridad instrumentada por este gobierno, consideró el presidente Enrique Peña Nieto. Pero ese lapso, dijo también, deberá tomarse para evaluar y hacer un ‘‘corte’’ sobre su eficiencia.
Al dar por concluidas sus actividades de tres días en Roma, donde tuvo como actividad central su asistencia a los actos del inicio del pontificado del papa Francisco, el titular del Ejecutivo fue interrogado sobre los hechos de recurrente violencia registrados en el estado de México, donde gobernó hasta 2011. Evitó particularizar sobre esa entidad porque, dijo, la nueva política en la materia no puede enmarcarse ni precisarla hacia cierta región o ciudad.
‘‘Está dirigida (la estrategia) a todo el país, pero con la característica particular de una mayor coordinación con las entidades, y una efectiva y real con los gobiernos locales’’, así como ajustes y precisiones a las particularidades de cada zona (…)Hemos dividido el país en cinco regiones para revisar de manera periódica con los gobernadores los resultados que se van teniendo’’, estableció.
A partir de ahí, ‘‘he señalado que esta estrategia debe estar mostrando resultados y una disminución sensible de la violencia, que es el objetivo central. Pero creo que en un mediano plazo podemos tener un balance que nos permita acreditar su efectividad’’.
Pero frente a la insistencia del recrudecimiento de hechos violentos en entidades como el estado de México, el Presidente rechazó ‘‘caer en el señalamiento de hacer comparaciones de un momento a otro. Lo que pasa en el estado de México y en otras entidades corresponde a condiciones generales y también a particularidades’’, y es así como se aplica la estrategia para atenderlas.
Entonces puso como plazo un año, tanto para ver los resultados ‘‘favorables’’ de la política sobre seguridad como para realizar en su caso los necesarios ‘‘ajustes’’. Esto, durante un encuentro con reporteros en la embajada de México en Italia.
El presidente Peña Nieto se reunió este día con su homólogo de Irlanda, Michael D. Higgins, en su condición de presidente durante este semestre de la Unión Europea, con quien comprometió visitas recíprocas. De hecho, la Presidencia de la República confirmó más tarde la visita del mandatario irlandés en octubre próximo.
También hablaron sobre la posibilidad de aprovechar el acuerdo comercial con el bloque de naciones europeas para ampliar sus alcances.
Enseguida, Peña Nieto se encontró también con Ertharin Cousin, directora del Programa Mundial de Alimentos de la ONU, y por separado con José Graziano da Silva, director de la FAO. Con ambos habló de las posibilidades de compartir experiencias y herramientas de evaluación hacia el logro de mejores resultados en el tema de la Cruzada contra el Hambre, lanzada por su administración a fines de enero.
A ambos les explicó el diseño de ese programa y cómo se enfoca prioritariamente en 400 municipios del ámbito urbano y rural. ‘‘Entonces, se trata de compartir experiencias sobre el combate a la pobreza y marginación y que (el programa) se enriquezca con sus aportaciones. Hacia ese fin, Peña Nieto confirmó que ambos funcionarios visitarán México en abril.
En un comunicado, la Presidencia de la República consignó que el titular del Ejecutivo federal aprovechó su asistencia a los actos del inicio del pontificado del papa Francisco para intercambiar impresiones con otros políticos que también vinieron para testificar la unción del pontífice, como el gobernador general de Canadá, David Lloyd Johnston; la presidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla, y la dirigente del Partido Demócrata en la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi.
El mandatario mexicano también coincidió en la Plaza de San Pedro con la gobernadora de Nuevo México, Susana Martínez; al presidente de Paraguay, Luis Federico Franco Gómez; el primer ministro de los Países Bajos, Mark Rutte; al presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, y el presidente de la Unión Europea, Martin Schulz.
El propio Enrique Peña Nieto había comentado la víspera que en diferentes momentos de la misa de formalización del papado del argentino Jorge Mario Bergoglio había conversado, entre otros, con el vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, y con la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff.
Fuente: La Jornada