El nuevo cardenal mexicano, Alberto Suárez Inda, afirmó aquí que existe manipulación política en el caso de la desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa, cuyo fin es provocar una insurrección en el País.
“Yo percibo que hay una cierta manipulación política, e interés de algunas personas, que se aprovechan del dolor de los padres de familia para querer provocar una insurrección”, afirmó.
Sin embargo, opinó, esta actitud es dañina para México.
“Pero, no debemos llegar a eso (a la insurrección), pues no lograremos nada con ese desconocimiento y descalificación de las autoridades, las cuales pueden tener alguna responsabilidad pero no directamente”, consideró, en una conferencia de prensa celebrada dos días después de su nombramiento como Cardenal.
Aún así, recalcó que también la Iglesia desea que se haga luz sobre los hechos que llevaron a la muerte de los jóvenes estudiantes, de acuerdo con la versión que dieron autoridades.
“La visita (el pasado 22 de diciembre) del nuncio (Cristophe Pierre), junto con el Arzobispo de Acapulco (Carlos Garfias Merlo), a la escuela normal de Ayotzinapa fue un gesto positivo, de cercanía con los que sufren, y también manifiesta un deseo de que las cosas se aclaren, que se hable con la verdad”, afirmó.
En esta línea, consideró también que, a raíz del caso de Iguala, la posición de la Iglesia se ha mantenido en una línea de libertad, de defensa de los Derechos Humanos y reconocimiento del dolor de los padres de las víctimas y de la gravedad del crimen.
“Sin embargo, creo que se mantiene una relación normal y sana, en particular con el Gobierno federal”, añadió.
En este tono, cuestionado sobre la corrupción, criticó a los políticos que abusan de sus puestos de trabajo y, a veces, roban e incluso matan.
“Es triste que varios políticos formados en universidades llamadas católicas o cristianas no han sido precisamente modelos de honestidad”, reflexionó.
“No quiero dar nombres porque no me toca, pero todo el mundo percibe que tristemente que hay un doble vida en muchos católicos que van a misa y luego abusan de sus puestos de poder para robar y a veces matar, y eso es una contradicción de su condición cristiana”.
Según recordó, la corrupción no es exclusiva de México pero en este país hay necesidad de corregir la ética de las nuevas generaciones.
“Hay que ir corrigiendo a base de una evangelización más seria y una educación moral”, dijo.
“En México, también de parte del Estado, se abandonó toda formación ética y se acabó con el civismo, que era una asignatura de las escuelas”.
En este sentido, el prelado afirmó que la belleza y riqueza cultural de México contrastan y hacen paradójico que sea un país con tantos problemas.
“Y, sin embargo, estos problemas tienen raíces hondas, se vienen acumulando desde hace décadas”, indicó, al identificar entre las causas la desintegración de la familias, la falta de coherencia de los mismos miembros de la Iglesia y la convivencia de muchos políticos con el crimen.
Tras el acto con la prensa, el Cardenal mexicano participó en una recepción en su honor que se celebró en la residencia del Embajador mexicano en Roma, Mariano Palacios Alcocer, a la que también acudió el Gobernador de Michoacán, Salvador Jara.
Fuente: Reforma